«Si tus sueños no te asustan, es que no son lo suficientemente grandes».
Sueña a lo grande. Dice una frase de esas chulas que rulan por internet que «Si tus sueños no te asustan, es que no son lo suficientemente grandes«.
Yo estoy de acuerdo. Y las colaboradoras de PK también. Si echáis un vistazo a los artículos de este mes, veréis que todas tenemos sueños, claro, pero también veréis que a todas nos da un poco de respeto alargar la mano para alcanzarlos.
A mí, particularmente, los miedos que me reprimen están relacionados con la soledad y con el rechazo de los/as que me quieren. Y creo que no soy la única. Dudamos si tomar decisiones profesionales arriesgadas por miedo al fracaso. Nos resistimos a revelar nuestra auténtica personalidad -«me gustan las chicas», «en realidad me encanta coleccionar pañitos de croché», «tu madre es una metomentodo y me está volviendo loca»…- por temor al rechazo de aquellos/as a los/as que más queremos. Y, en mi opinión, este es el miedo más absurdo de todos: dejamos de hacer lo que nos gusta en la vida por el miedo al qué dirán.
Ayer veía un episodio de Elementary, y la Dra. Watson (la impresionante Lucy Liu) pasaba por un momento de cambio profesional. En primer lugar había sido cirujana -con todos los años de hincar codos que eso conlleva-, luego fue «sober companion» (acompaña las 24h a drogodependientes para que no recaigan) y en ello estaba cuando conoció a Sherlock Holmes y decidió convertirse en investigadora privada. Sus amigas pensaban que todos esos cambios señalaban que algo no iba bien en su estado anímico. Le preguntaban que de qué estaba huyendo, y desde luego no la tomaban en serio en absoluto. Ella se enfadaba y las dejaba tiradas en el bar. No me extraña, yo habría hecho lo mismo.
Estamos en un momento chungo, para qué engañarnos. Cumplir tus sueños es hoy más difícil que nunca, si cabe. Pero lo que no entendemos es que los sueños son los motores que impulsan nuestras acciones. Son los que nos hacen mejorar nuestras circunstancias; son los que nos hacen mejorar a nosotras mismas. Y a veces los sueños van cambiando. Qué digo a veces, casi siempre. Los sueños no son estáticos. Evolucionan, o se alcanzan y se sustituyen por otros.
Y ya me estoy cansando de que todo el mundo a mi alrededor solo sepa poner «peros». Hace menos de un año, PK era uno de mis sueños, y si me hubieran afectado las sonrisas condescendientes cada vez que explicaba mi proyecto, hoy no estaría escribiendo esto.
Si viérais mi currículum os daríais cuenta de que nunca he seguido un guión predeterminado tipo «chica nace, chica sabe que le gustan los números, chica estudia matemáticas en la uni, chica se saca unas oposiciones, chica tiene trabajo para el resto de su vida y es feliz». Yo no soy así. No tengo idea de cuáles son mis sueños vitales, pero no me importa en absoluto. Tengo otros sueños pequeñitos que son los que me importan: ir a hacer snorkel este verano, terminar la carrera dentro de dos años, tener hijos o escuchar el sonido del francés salir de mi boca con fluidez. Ah, también tengo un gran sueño que os cuento en este artículo.
¿Alguna vez os habéis sentado a hacer una lista de vuestros sueños, como ha hecho Marta en su artículo? Yo no, y creo que voy a empezar ahora mismo.
¡A seguir soñando, Fridas!
Mines
2 Comentarios
Pues no sabes cómo te entiendo… mi currículum es un batiburrillo de mil cosas y las que aún me quedan por hacer! A veces envidio a aquellos que lo tienen tan claro, no te creas, pero entonces me paro a mirar las cosas que he vivido y no me arrepiento de nada 🙂
Mi vida está llena de pequeños sueños, pero sobre todo procuro disfrutar del camino que me lleva a alcanzarlos, al fin y al cabo de eso se trata no?
Alguna vez he hecho la lista típica de «cosas que hacer antes de morirme». Muchas de ellas ya las he cumplido pero la verdad que muchas otras no sé si realmente eran sueños o cosas que quedan «guay» decirlas jajaja
Mis sueños si que me asustan un poco y me he dado cuenta que la gente a mi alrededor más inmediato no tiene grandes aspiraciones, solo conseguir un trabajucho mediocre e ir sobreviviendo, sin que ni siquiera les guste, pero es que salir de eso es «muy difícil».