Convivimos con silencios establecidos sin previo aviso en nuestras vidas. Son temas que no se tocan y que provocan vergüenza o miedo; así que se establece sin pacto alguno, que sean dejadas de lado.
Todo el mundo sabe que hay tabúes sociales que no se deben tocar en la calle, cuando hablas con desconocidos o con gente con la que no se tiene mucha confianza. En España tenemos unos cuantos temas que es mejor no sacar. Se me ocurren cosas tan dispares como la independencia de País Vasco o Cataluña, el suicidio, las blasfemias o el sexo en la tercera edad. Si eres la o el valiente que decide aventurarse a hablar de ello, hay una posición, la diversa a la que tenga la mayoría, que es mejor no comentar, aun a riesgo de ser excluida y considerada una extraterrestre rebelde y radical.
Aunque no lo parezca, estos tabúes generales que provocan silencios incómodos en este país no son los que me interesan de verdad y de los que me gustaría hablar en este artículo, sino de aquellos de puertas para adentro, los que nos rozan a diario en casa. De esos que no son tan obvios pero que pueden crear malestar en tu día a día. Son nuestros tabúes personales. Esas cosas de las que te sientes incapaz de hablar e tu entorno más íntimo porque sabes que su mención puede causar heridas a tu familia y/o amigxs; o lo peor de todo, a ti mismx.
¿Sabes a cuáles me estoy refiriendo?
He preguntado a unas cuantas personas y he decidido hacer una pequeña lista con los tabúes más comunes en su día a día.
Familiares (secretismos telenovelescos):
- La muerte de un ser cercano: no se habla de su muerte ni de esa persona nunca, como si no hubiese existido.
- Algún familiar que haya provocado mucho daño por algo que ha hecho en el pasado a otro/s miembro/s de la familia: ocurre como antes; no se menciona a esta persona para nada.
Sexualidad (la reina de todos los tabúes):
- De dónde vienen los niños y las niñas: por el ombligo, de París, la cigüeña, papá pone la semillita a mamá… Vamos que los bebés son de todo, menos naturales.
- La masturbación femenina: un tema delicado incluso con tus mejores amigas y amigos. Es como si fuese una leyenda urbana, nadie sabe (o no quiere saber) si se da o no, así que mejor no preguntárselo. Por cierto, si alguien quiere pasárselo bien y aún no lo ha leído, aquí está el link a Manual de la buena Masturbadora) ,
- La menstruación: lo duro que puede ser descubrir sola los cambios que va produciendo en tu cuerpo y no poder hacer preguntas sobre ello.
- Homosexualidad, bisexualidad: Silvia hija, el abuelo no puede saber que Carolina es tu novia, hay que presentarla como una amiga.
Política-historia-sociedad (es que tú no entiendes; cuando crezcas lo comprenderás y cambiaras de opinión):
- Etapa franquista: cómo vivieron aquellos años, como se sintieron, si se sentían oprimidos o no, si fue duro o no… Mejor olvidar el pasado, vaya.
- Política con la familia: cuando eres de otro pensamiento o ideología distinta a la del resto de los parientes, es mejor estar bien calladita o calladito, no vaya a ser que te coman junto a los langostinos de Navidad.
- Activismo político, activismo feminista, activismo social: lo radical y rebelde que puedes parecer a ojos de tus allegados cuando se quiere luchar y transmitir aquello en lo que se cree.
Pareja (tus padres siempre te verán como un pequeño pollito que nunca debería crecer):
- Tener muchos novios o novias: porque todo el mundo sabe que eso es de guarrillas lagartas. Guarros no, evidentemente, ellos son campeones o machotes, o simplemente no son nada, que es lo que debería ser para todo el mundo.
- Padres que se niegan a que tu pareja y tú durmáis en la misma cama aunque llevéis viviendo juntos desde hace años.
- La convivencia extramarital con tu pareja, aunque tengo que decir, opinión personal, que esta poco a poco va desapareciendo.
- Tener o no tener hijos sin estar casadxs. Esta no, esta sigue ahí bien fuerte.
Intimidades y confianza (eso es para el psicólogo):
- Sentimientos: ¿Cuántas veces habéis tenido con vuestra familia una conversación sobre emociones? ¿Habéis decidido no compartir con algún amigx un estado emocional por temor a que se rían de ti o a que piensen que eres unx pesadx?
- Pedir perdón, por favor, dar las gracias: suena estúpido, lo sé, pero a veces hay tanta confianza que de verdad da asco.
- Cualidades y defectos personales: eso de fomentar la autoestima y de hablar de lo que no se nos da bien para poder mejorarlo es de cafres.
- Preocupaciones: problemas personales (económicos, de trabajo…) que se esconden y que podrían afectar a los componentes de tu entorno.
Especial hablar con el sexo masculino (si es que, ¡no nos entienden!):
- Complejos físicos.
- Sexualidad femenina: a ver qué cara me ponen si les hablo de menstruación.
- Sentimientos y emociones: en el mundo masculino son como la masturbación femenina; todo el mundo sabe que no existen.
¿Os suena de algo en vuestras vidas?
La verdad es que no me preocupan tanto los tabúes en sí, sino el porqué de cada uno ¿Qué hay detrás de cada tema que hace que no se quiera hablar de ello? Los porqués pueden ser muchos y muy variados: por vergüenza, por el qué dirán, por no decepcionar, por una educación completamente diversa a la tuya, la tradición establecida, las creencias religiosas, las malas experiencias vividas… Pero el que creo fundamental y que en cierta manera podría abarcar todos los porqués, es el miedo. El miedo a enfrentarse a unx mismx, a enfrentarse al otro y a enfrentarse al cambio. El miedo a lo desconocido siempre va bien agarradito de nuestra mano y es un obstáculo que se ha de empezar a superar. Se piensa que los cambios nos podrán traer consecuencias negativas, pero es ese miedo el que nos impide ver que dentro del silencio hay muchos caminos que se podrían recorrer para hablar de todas esas cosas que nos preocupan.
Se puede elegir no hablar y estar más tranquilx, pero siempre quedará el peso de sentirse incómodx, de las posibles mentiras y de no poder establecer una relación completamente sana con las personas que te importan. Tengo la firme convicción de que si nos saltásemos nuestros propios temores, buscando los porqués de cada tabú, y los pusiéramos en evidencia para intentar solventar los miedos de la otra persona, podríamos llegar a un encuentro común, ganando conjuntamente en confianza y libertad.
¿Lo intentamos?
3 Comentarios
Hola! Me ha gustado el artículo, está muy bien fomentar la comunicación sin miedo y con confianza para ir avanzando y rompiendo estereotipos y tabúes. Lo único con lo que no estoy de acuerdo es la generalización del mundo masculino, es cierto que abunda mucho lo que comentas en el artículo, pero hay muchos tipos de personas diferentes. Supongo que todas esperamos que podamos llegar a comunicarnos sin tabúes ni por cuestión de sexo y mucho menos de género, que personalmente creo que no tienen porqué coincidir. Salud!
Hola!
Me a gustado que hayas hablado de este tema sobre el que he pensado y actuado tantas veces!
La verdad es que tengo suerte porque en mi familia, que es bastante numerosa, tras mucho empeño y dedicación, hemos conseguido poder hablar de muchos temas de los que mencionas.
el camino no ha sido fácil, ha habido risas y lágrimas, pero poniendo el tema sobre la mesa cláramente, se consigue que que todas las personas puedan dar su opinión al respecto por muy dispar que sean entre ellas.
Me ha ayudado mucho para mejorar este procedimiento el participar en asambleas abiertas. «inculcar» ese respeto que en casa muchas veces se pierde, se consigue con «buenas prácticas» aprendidas fuera de ella.
Animo a todas a provar en vuestras casas, aliaros con hermanxs, primxs, de vuestra generación +o- y a por un debate más plural!!
Muchas gracias por tu comentario MI !!Me alegra que te haya gustado el artìculo. Me ha hecho ilusiòn saber que tù en tu familia has puesto fortaleza para afrontar las cosas y me parece un gran consejo el de aliarse con otras personas para conseguir entre todxs un debate màs abierto!! Un gran abrazo y a seguir luchando por una comunicaciòn libre!! 😉