¿Te has planteado alguna vez cambiar tus vacaciones por un campo de trabajo? Marta lo hizo y nos lo cuenta.
Todo comenzó navegando por Internet (en mi eterna búsqueda de un curro futuro). Allí encontré un anuncio en el que se buscaba una persona para la última plaza disponible en un Workcamp en Benslimane, Marruecos. La actividad principal consistía en dar clases a menores de edad. Envié mi solicitud, por probar suerte más que nada, pero cinco días después, me encontré en el lugar donde iba a vivir una de las experiencias más gratificantes de mi vida.
Para quien no lo sepa, un workcamp es una actividad voluntaria donde se reúne un grupo de jóvenes (de procedencias diversas) para realizar conjuntamente un proyecto específico. Los proyectos pueden ser de carácter muy diverso: medioambiental, cultural, social … Para poder participar hay que ser mayor de 18 años y tener un nivel mínimo de inglés, ya que suele ser el idioma común en la mayoría de proyectos. Los gastos de alojamiento y manutención corren a cuenta de las organizaciones de acogida, pero los gastos de viaje y la cuota de inscripción dependen de lxs voluntarixs. En el sentido de gastos tuve mucha suerte, pues pague poquísimo el viaje hasta Benslimane, ya que en ese periodo me encontraba viviendo en Marruecos y no tuve que cambiarme de país.
El grupo de voluntarias y voluntarios proveníamos de Bélgica, Corea del Sur, Italia, España y Marruecos. La verdad es que congeniamos enseguida aunque fuésemos tan diversos culturalmente y formamos sin dificultad un equipo unido en el cual me sentí constantemente apoyada.
Los días se pasaron volando; por la mañana íbamos a una escuela y allí dábamos diversas clases entre canciones y juegos. Yo daba lengua española con otra chica y el resto de compañerxs se dividieron inglés, francés y manualidades. Por la tarde los niños y niñas venían al centro donde nosotrxs vivíamos para hacer deportes, otros juegos y pintar un mural.
Por otra parte, nos dividimos en grupos para preparar las comidas del día y hacer la limpieza. Nunca respetábamos nuestros turnos, siempre acabábamos haciendo el nuestro y metiéndonos en el de los otros grupos para ayudar porque había bastante volumen de trabajo. Terminábamos agotadxs, pero se compensaba con los buenos ratos que pasábamos en compañía lxs unxs de lxs otrxs.
No sólo estábamos con los niños y niñas, el grupo de voluntarios tuvo sus escapadas. Fuimos a la playa y también de excursión a Casablanca y Rabat. Hicimos más de una cenita fuera del centro donde vivíamos y también tuvimos la suerte de que algunxs de nuestrxs estudiantes nos invitaran a sus casas a tomar un té que luego se convertía en una gran comilona.
Pero no todo fue genial ni maravilloso, pues tuvimos muchos problemas con el responsable que coordinaba y organizaba todas las actividades de la asociación de acogida marroquí. Hubo peleas, momentos de tensión y enfados. Pero siempre que cogíamos el bus para ir a hacer algo, intentábamos aparcar nuestro mal rollo y pasarlo lo mejor posible. El descontento que nos produjo esta persona fue altamente compensando por el resto de los voluntarios marroquíes, los cuales siempre estaban ahí para ayudar y para apoyar al grupo en todo momento.
Me llevo conmigo todas las cosas que me han enseñado y todo lo que me han hecho crecer el resto de voluntarixs y niñxs. Nunca me había sentido tan acogida ni tan valorada como en este pequeño lugar llamado Bensliman. Los niños y las niñas me hicieron sentirme muy especial. Nos regalaban miles de besos y abrazos. Nos cantaban, nos hacían regalos y siempre, siempre, nos daban las gracias por estar allí. Aunque soy yo la que les debería haber dado las gracias por haber soportado los 15 días, con una gran sonrisa, mis desvaríos de profesora. Me llevo también conmigo la confirmación de lo bien que se pueden llevar personas de lugares y culturas tan diferentes, de cómo se pueden romper fácilmente las barreras y estereotipos negativos para construir sueños conjuntos y de gran valor.
Un abrazo muy fuerte a todxs lxs voluntarixs: Marta, Cristina, Moi, Laura, Julia, Gaetan, Manon, Ji Won, Bi wi, Kolja, Omar, Ilyass, Khalib y Abdsamad.
Ya será un poco tarde para este año, pero de todas formas os dejo algunos nombres que se pueden buscar en Internet para quiera hacer un Workcamp. Quizá en alguna organización haya todavía alguna plaza disponible para la segunda mitad de Agosto o para Septiembre.
- Volunteers for Peace (VFP)
- UNAREC International Work Camps
- Concordia
- Youth Action for Peace YAP
- Servicio Civil Internacional (SCI)
- Libertas international
- Agci
- Caminosur
- Moove-Morcco
- Avsozt
- Waslala
- Ninarwa
- Afaij
El Injuve y las web de las Comunidades Autónomas, aunque en los campos de trabajo que ofrecen hay que apuntarse con meses de antelación y me parece que además van por sorteo.
Buscadores de voluntariado o que anuncian las oportunidades de diversas organizaciones:
- Hacesfalta.org
- Trabajarporelmundo.org
- Oportunidadeuropa.com
Espero que os animéis, ¡quizás nos encontremos en uno en el futuro! 😉
1 Comentario
Sabés que muchos optan por esta opción a la hora de veranear. Nosotros nos encontramos en Calcuta, India y si que está lleno de españolxs haciendo voluntario en lo de la madre Teresa,
Abrazo