Sobre la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo, la parafrenia, los trastornos delirantes… y su realidad paralela.
Con frecuencia cuando hablo de enfermedades mentales visualizo algunas de las películas en las que sus personajes presentan alguna enfermedad o trastorno mental, alguna de ellas con argumentos basados en hechos reales. Y aunque cargadas de atrezo, en ocasiones se acercan bastante al padecimiento que pueden llegar a experimentar estos pacientes y las consecuencias que pueden tener en su entorno.
Mejor imposible: las dificultades que encuentra un hombre diagnosticado de TOC. Una mente maravillosa: un genio atormentado por su enfermedad. Cisne negro: la presión de los que rodean a la bailarina la traslada a un estado en el que no sabe discernir realidad y ficción. Psicosis…
Pero como en la mayoría de los casos la realidad supera a la ficción, y el relato del que ha padecido o padece alguno de estos trastornos no puede menos que hacernos pensar en la relatividad del concepto realidad.
Ángel tenía 22 años cuando coqueteaba con las drogas, «unos porrillos para relajarse y alguna que otra borrachera con los compañeros universitarios». Hasta que su comportamiento fue tornándose extraño, más para los que le rodeaban que para él mismo. Apenas dormía, no realizaba ninguna actividad en concreto y empezaba cien a la vez. A las seis de la mañana en el autobús, recién levantado, con apenas tres horas de sueño mientras los demás se desperezaban, él cantaba algún éxito del grupo roquero de turno… hasta que un día el abuelo del autobús se convirtió en un conspirador, la universidad en un centro de espionaje y su familia era un grupo de extraterrestes que querían abducirlo.
Juan tenía 52 años y fue trasladado al servicio de urgencias por la policía. Se presentó ante estos angustiado como rey de un país remoto, en una misión secreta y de suma importancia para la diplomacia internacional.
Sonia compraba de forma compulsiva, se mostraba verborreica y sus escarceos amorosos eran más frecuentes de lo habitual. Sus compañeras de piso se asustaron seriamente cuando les dijo que ella era la actriz que posaba en el cartel de cine que tenían en el salón.
Algunas definiciones
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El término «trastorno psicótico» alude a un grupo de enfermedades mentales que tienen como síntoma común la pérdida del juicio de realidad. Tradicionalmente, los trastornos psicóticos se han clasificado como «funcionales», en contraposición a las psicosis orgánicas, que se caracterizan por las alteraciones orgánicas cerebrales.
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Dentro de los trastornos psicóticos se halla la esquizofrenia. Con una frecuencia del 1% en la población, se caracteriza por su curso crónico, y está asociada en la mayor parte de los casos a un grave deterioro de las funciones cognitivas y las alteraciones psicosociales.
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La parafrenia se caracteriza por un delirio crónico de contenido imaginativo o fantástico y la superposición de la realidad fantástica a la realidad objetiva. La personalidad del individuo está conservada, por lo que puede tener un funcionamiento normal.
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Los trastornos delirantes crónicos (paranoia) se caracterizan por una serie de delirios crónicos, de carácter endógeno, con una evolución continua de un sistema delirante duradero e inamovible, conservando completamente la claridad del pensamiento, la voluntad y la acción.
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El trastorno esquizoafectivo es un síndrome clínico heterogéneo caracterizado por la combinación de síntomas característicos de esquizofrenia y otros que conforman un síndrome afectivo, en la que ambos grupos de síntomas no siempre ocurren de forma simultánea, aparecen durante una parte sustancial de la evolución de la enfermedad y suponen un deterioro respecto al funcionamiento previo individual (AMF, rev. Medicina Familiar y Comunitaria, Jul. 2013).
Suelen ser los familiares los que dan la voz de alarma de un cambio en el comportamiento. No siempre existe una fase prodrómica clara, pero en ocasiones se puede identificar precozmente si el individuo en cuestion puede estar gestando un enfermedad mental, y beneficiarse de una intervención precoz. Algunos de estos síntomas pueden ser:
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Miedos, nerviosismo, inquietud, falta de energía, lentitud, depresión, desconfianza, disminución del rendimiento, retraimiento social, irritabilidad, ideas de suicidio, promiscuidad sexual, comportamiento autoagresivo, ansiedad, dificultades en el pensamiento y concentración, inseguridad, trastornos del sueño y apetito, hipersensibilidad, cambios afectivos, disminución de la concentración y/o atención, falta de interés, síntomas obsesivos y/o compulsivos (Monchablon,Derito y Martínez. 2006).
Además existe un concepto según algunos especialistas muy valioso en la detección de la enfermedad mental: es el llamado trema. El trema fue descrito primera y detalladamente por Klaus Konrad (1958). Se trata de una etapa temprana en la que el sujeto además de presentar alguno de los síntomas antes nombrados, siente que algo ha cambiado, que algo es distinto en el mundo, lo que se denomina desrealización.
La psicosis marca dos mundos, dos realidades, grandes debates filosóficos pueden surgir a raíz de esta afirmación. El enfermo psicótico vive una realidad paralela a la que viven los que le rodean, suya, individual y propia. Algunos especialistas te hablarán de cambios en la neurotransmision, sinapsis y niveles de neurotrasnmisores, otros harán referencia a cambios en la esfera biopsicosocial que rodean al individuo. Por otro lado se hablará de consumo de drogas como precipitante y antecedentes familiares como condicionante.
¿Cuál es tu realidad?
Lola C.
3 Comentarios
Parafrenia interrsante…
Interesante*
Me encanta leer esos temas tan interesantes y este artículo no se ha quedado atrás. Muy bueno. : )