Una lectora nos cuenta cómo le dieron a elegir entre su carrera y su relación sentimental.
“Verás, si voy a tener una familia, el científico de la casa solo seré yo”. Esas palabras se quedaron en mi cabeza y yo estaba como una tonta mirando el piso, dudando sobre si debería dejar de estudiar para ser la ama de casa que él siempre soñó: una mujer que disfrute de ver la casa limpia, los niños preparados para recibir a su padre, una mujer que vea a su marido como un héroe, el único ser que provee y que sigue todos sus sueños. Levanté mi vista y, pensando en que todo era un mal sueño, le pregunté “¿Por qué dices todo esto?”. Su respuesta fue bastante larga, pero en resumen quiso decir que yo me había encariñado mucho con él y que él buscaba alguien sin ambiciones laborales, que si quería estar con él tendría que renunciar a todo lo que yo quería como profesional.
Es cierto, lo quería, no sé si lo amaba pero sentía algo importante por el chico con el que compartía el amor por la ciencia, por la Biología. Después de un silencio incómodo le dije mi respuesta: no cambiaría mis sueños por nadie. Él me miró con un gesto de comprensión, me dijo “Te recomiendo que bajes tus estándares, busca a alguien más “normalito”, menos inteligente, que te aseguro que no soy solo yo quien piensa así. Una mujer que quiera triunfar en el ámbito laboral, debe buscarse alguien sin ambición”. Tras esto me subí a un bus y dejamos de hablar desde entonces.
¿Acaso para estar con alguien inteligente y ambicioso yo debería ser simplemente un ama de casa? ¿Acaso una mujer o un hombre deberían renunciar a las satisfacciones personales solo porque su cónyuge es exitoso? En ese momento recordé a las mujeres que me guiaron en la vida, mi madre, mi abuela, mis tías, etc. Era verdad, todas ellas habían dejado sus estudios o no habían ejercido la profesión que eligieron por ser madres y esposas. Y era verdad también que son más las mujeres que renuncian a sus sueños que los hombres que se dedican a cuidar la casa. Recordé también por qué no quería casarme. Hasta en un punto de mi infancia yo gritaba a los cielos que no me casaría porque estudiar sin ejercer me parecía la peor pérdida de tiempo que podría existir. Aún pienso eso. No lograba entender por qué una mujer tendría que ser solo madre y esposa cuando existían miles de cosas que una podría llegar a ser además de eso.
No desacredito el trabajo de un ama de casa o de una madre, pues para mí ser madre es un privilegio porque al serlo puedo sentir la vida a un nivel diferente, y sentir la vida es un regalo maravilloso. Sin embargo, sé que mi madre y mis tías tuvieron alguna vez ambiciones diferentes que no necesariamente eran independientes o excluyentes de la idea de ser madres o amas de casa; pero que fueron sueños que se les fueron quitados por las condiciones del matrimonio. Y realmente viví de primera mano las desventajas que trae el que una mujer sea solamente una mujer de hogar, llegando incluso a desconocerse como individuo y vivir solo por otros que tienen de ejemplo alguien que no piensa en sí mismo.
Mi madre quería ser arquitecta, quería crear obras de arte, quería dibujar hasta más no dar, y al casarse dejó los estudios. Su primer marido la dejó por “no dedicarse por completo a él”. Bastante loco el señor este, si ella lo había dejado todo por casarse y por tener a mi hermano mayor. Con mi padre la historia fue similar, ella una madre y esposa entregada en todo momento. El resultado de eso fue la partida de mi padre después de su “aventura con quién sabe quien sea” y una reciente charla en la que me decía “Tu madre no sirve ni como esposa ni como mujer”.
Sí, abundan hombres que buscan casarse con amas de casa, dedicadas 100% al hogar, a los hijos, pero más que nada al esposo. Ese raro pensamiento de que la mujer es solo esposa en primer lugar y madre en segundo puesto es como una plaga para la sociedad actual. Personas como las que describo, mi padre y mi padrastro, parecen creer que una mujer es esclava de los deseos del “rey de la casa”, del que da dinero para el pan que llevan a la boca los que están en su techo y otras frases cliché. Y tal vez seamos nosotras quienes ayudamos a que esto ocurra y siga en las generaciones actuales.
Digo esto porque muchas veces una mujer que decide ser ama de casa se olvida por completo de su individualidad, de sus ambiciones, sueños y pretensiones como mujer. ¿Qué clase de ejemplo tendrán tus hijos, hijas, si te ven como una persona dedicada a los otros? Muchos varones creerán que el puesto de una mujer está en la cocina, en la lavandería, que una madre debe ser enfermera, cocinera, consejera, nana, lavandera y plomera entre otros oficios. Por otro lado las niñas pensarán que es mejor ser esposa y dar todo lo que uno tiene a los demás, sin pensar en ellas mismas. Como todas nosotras sabemos, es necesario dejar de dar ese mensaje. Es momento de dar a conocer sobre la libertad de la mujer, sobre la emancipación laboral, sobre la libertad sexual que tanto nos han negado.
No me arrepiento de haberle contestado lo que contesté y de haber dado negativa a la propuesta que ese chico me hizo. Soy bióloga, soy científica y soy mujer. Y amar mi carrera es lo mejor que me ha pasado en esta vida. Construir sueños, de eso estamos hechos los seres humanos, no hay excepciones. No hay más que decir, decidí construir la vida que yo quería, no la vida que me impondría una persona que quería que trabajase para él; no hay nada mejor que sentir esa libertad y sentirme una poderosa mujer.
Stephanie Torrico Paz (21). La Paz, Bolivia
8 Comentarios
Lol, se me hace familiar esa historia. No pude evitar reír cuando lo leí…. y yo que estaba reconociendo mis razones para no depilarme en verano…
Si quieres mi consejo… apunta a alguien cuyos demonios se entiendan con los tuyos, y deja a esta persona ir a buscar una geisha a otro lado, para eso está educado, si mal no recuerdo.
Que pequeño es este mundo. 😛
Argyle 52, Wilmer-Hutchins 12
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Hola! De acuerdisimo en todo, pero se me quedo gravado algo de la historia, «las desventajas del matrimonio» , saben eso de que una tenga que renunciar a sus sueños y expectativas profesionales han sido impuestas por los hombres mas no por el matrimonio en ninguna parte de mis votos o promesas religiosas por ejemplo yo soy católica, dice que debo dejar todo para atender a mi esposo mis hijos y mi casa al contrario es para ser felices juntos, para crecer los dos como personas, para apoyarnos los dos en nuestros sueños, creo que estarán de acuerdo conmigo que son los hombres machistas que distorcionan la idea del matrimonio, y lo malo que hay muchas mujeres que «sacrifican sus sueños» por atender 100% al marido, eso esta mal, en mi caso si estoy casada, y elegí a un hombre que quisiera crecer junto conmigo, que le importaran mis anhelos, que supiera que soy mujer y que los dos somos responsables de la casa no solo yo como mujer, así lo ha hecho, deje mi trabajo por elección por mi embarazo no como sacrificio es elegir una cosa por la otra, ahora con mi hija de casi 2 años estoy empezando mi negocio, y afortunadamente aplico mu carrera en este negocio en el cual mi esposo me apoya emocional y económicamente pues sabe que es lo que me gusta hacer!! Ojala las mujeres no sacrifiquen sus sueños por una idea errónea de cuidar a sus maridos, una cosa es hacerlo para ayudarlos a ellos y otra muy distinta que sea una obligación la cual no lo es!! Mejor busquen a alguien que las apoye en sus sueños y no que las quite de ellos, quedo admirada de esta reflexión sin duda tomo la mejor decisión!!
bueno me equivoque al principio no dice desventajas del matrimonio sino las condiciones al matrimonio a las que ellas fueron condicionadas para poder casarse con quien querían, aun asi es bonito tener quien si te apoye =D
Yo he crecido escuchando a mi madre decirme: «no renuncies a nada por nadie, nunca estés con un chico que no te respete, da igual que sea millonario o el más pobre del mundo, simplemente que te quiera como eres».
Y hoy en día, estoy con ese hombre.
No podría estar con alguien que fuera diferente.
Grandiosa reflexión, tenemos que aprender como mujeres a darnos cuenta que somos la persona más importante en nuestras vidas y que si alguien desea ser nuestro compañerx lo hará porque desea vernos realizadas y plenas, es por eso que el hombre que está a mi lado es una persona que sabe que mis planes en la vida solo yo los fijo y que entiende que si llegamos a formar un hogar las responsabilidades son de ambos por igual no de uno u otro. No por ser feminista voy a renunciar a la idea de tener una familia si así lo deseo, pero solo podré formarla con alguien que camine a mi lado, no delante de mi.
Wow, esto que cuentas es increíble. Al principio, mi padre utilizaba frases como «te doy todo lo que puedo para que si en el futuro tu esposo no te puede dar una vida mejor, aún así hayas vivido de una manera mejor». Naturalmente no me ponía a pelear directamente con ese argumento pero me parecía aún así una verdadera estupidez. En ese caso tendría que rezar y esforzarme para que me tocase un marido adinerado el cual pudiese darme una buena vida. Por ésta y más razones debemos seguir esforzándonos y si algún día tuviésemos hijos, ellos aprenderán que nadie tiene porqué renunciar a sus sueños por cualquier condición, ya sea género, posición económica, etc, etc. ¡Te felicito y sigamos adelante!
No sabes lo identificada que me siento con todo lo que escribiste. Tengo 19 años y estoy estudiando biologia. Desde chica mi madre me repetia siempre que si podia estudiara lo que mas me gustara, que no permitiera que nadie me oblige a abandonarlo ya que ella habia dejado todo por tener a mi hermano mayor siendo una adolescente. Su nuevo discurso es que yo termine mis estudios, consiga una marido que me mantenga y que me dedique a mis hijos.
Yo simplemente enloquezco ante la idea de tener que depender de un hombre para llevar adelante mi vida y sobre todo perder la oportunidad de ser lo que siemre quise.