El sexismo es algo totalmente cotidiano. Lejos de lo que pueda parecer a priori, es algo que todas las mujeres sufrimos a lo largo de nuestras vidas.
Sólo por ser mujeres nos vemos sometidas a determinados comentarios y situaciones que nos colocan en un plano de inferioridad con respecto a los hombres. Ser vistas como carne, ser tratadas como seres estúpidos nacidos para complacer y que nos digan de todo por la calle es de lo más frecuente. Detrás de todo esto –y mucho más que hay- encontramos un problema todavía mayor al propio sexismo que encierran: la normalización. Considerar normal que nos griten groserías por la calle, pensar que las mujeres poseemos por naturaleza un don especial para limpiar, o restarle importancia a que nos toquen el culo mientras bailamos con nuestras amigas, hace que perdamos de vista el machismo que hay detrás de todo esto. De esta manera se va perpetuando.
Es por eso que desde PK queremos aportar nuestro granito de arena visibilizando una pequeña parte de nuestras experiencias (hay más historias, algunas no incluidas por su gravedad). Si me pongo a pensar que todo esto sucede con una frecuencia pasmosa, se me pone la piel de gallina… Sigue pareciéndome increíble la cantidad de historias que hemos recogido solamente preguntando en la redacción. No es una cuestión individual: no es algo que me afecte solamente a mí, a mi amiga o a mi vecina, es algo que sufrimos todas.
Ésta es una pequeña muestra de lo que a todas nos pasa. Optamos por hablar, por denunciar, por visibilizar.
Tenía 13 años y volvía de dar un paseo con unas amigas. En mi misma calle me paró un hombre de unos 40 años a preguntarme por una dirección. Mientras yo le explicaba e iba mirando de reojo el coche que tenía parado en doble fila, él se fue acercando y cuando quise darme cuenta lo tenía encima tocándome el culo y la vulva. Le empujé y huí. Nadie antes me había tocado la vulva. Fue una experiencia horrible, volví corriendo y temblando a casa.
De los 17 hasta los 20 años cuando volvía por las noches en tren de ver a mi novio, me enfrentaba prácticamente siempre a algún tipo de acoso: desde los mal llamados “piropos” hasta que me intentaran besar. Por supuesto, también persecuciones.
Me fastidia comprobar que cuando paseo con mi pareja, al pasar delante de grupos de chicos voy menos tensa; y es que con él no me dicen nada. Sin embargo si voy sola soy blanco de múltiples “piropos” y mofas.
Mi primera pareja me maltrataba psicológicamente haciéndome sentir inferior, estúpida, loca e infantil. Me sentía, en aquél entonces, como la culpable del mal funcionamiento de la relación. Nadie me dijo que estuviera siendo maltratada, lo tuve que ver y aceptar diez años después por mí misma.
Tendría unos 10 o 12 años y salí alegremente con mis patines. Un chico de mi edad me acorraló contra la pared y me toqueteó todo el cuerpo de una forma muy agresiva mientras hacía comentarios obscenos. Volví a casa llorando y estuve mucho tiempo sin salir sola a la calle. Un tiempo después me lo volví a cruzar por la calle (no he olvidado su cara) y en esa ocasión «sólo» me tocó el culo… No sé si él se acordaba de mí o era una práctica habitual.
La primera vez que tuve un pene de cerca fue en una parada de autobús cuando tenía quince años. Estaba hablando con una amiga tranquilamente y vi a un señor con la bragueta bajada mostrando como si nada su miembro erecto. No fue una primera vez muy agradable, la verdad.
Mi adolescencia fue especialmente chunga a la hora de volver a casa. Para llegar a ella hay que pasar por un parque. Allí violaron a una de mis mejores amigas. Cada vez que tenía que pasar por allí sola, me entraba ansiedad, lloraba y recordaba toda su historia, temiendo que en cualquier momento me pudiese suceder también a mí.
Mi último año de carrera mi grupo de amigos y yo teníamos entre nosotros una broma friki de ser un grupo de superhéroes y que cada uno tenía un poder especial y único. A mí me llamaban “Pajiwoman, el terror de los pajilleitors” porque tuve un período en que no paraba de encontrarme señores en el coche, en cualquier parte de mi ciudad, masturbándose como si no hubiese un mañana.
Recuerdo cuando tenía 16 años, en el autobús de vuelta a casa siempre estaba el típico grupito que te hacía comentarios, te decía lo guapa que estabas y la pena de que estuvieses sola, etc., ¡de lo más desagradable! Al bajar en mi parada se bajaron conmigo pero yo no hice caso y seguí andando hacia casa y me encendí un cigarrillo. MI último cigarrillo. Al momento escucho detrás mío ¿me das un piti? Y me encuentro a la panda del moco del bus, les digo que no tengo más, se acercan a mí y me lo quitan de la boca. No dije nada y me fui cabreada/acojonada a casa.
Cuando voy al trabajo paso delante de varios bares con sus respectivos obreros, trabajadores y parados varios que siempre tienen algún comentario que hacer… Creo que lo llaman “piropos” pero a mí lo único que hacían era sentirme incómoda. Claro… que como ya tengo una edad, un día paré en seco y les dije que gracias pero que no eran formas. Ahora me dicen “buenos días” :).
Cuando tenía 9 años iba con mi amiga por una calle de mi pueblo en un caluroso día de verano. Llegaron dos niños un poco más mayores (13 o 14) y empezaron a echarnos agua con unas pistolas de agua. Nosotras nos reímos y correteamos por la calle, como un juego. Llegó un punto en el que nos acorralaron contra una pared y mientras nos echaban agua -aún reíamos y pegábamos chilliditos- uno de ellos me metió la mano bajo la falda y me agarró la vulva con agresividad. Les empujamos y salimos corriendo, y seguíamos riendo, aunque mi risa ya era forzada. Empecé a darme cuenta de que los chicos ya se interesaban por estar cerca de mí por razones muy ajenas a mi personalidad o mi habilidad para jugar al fútbol.
Tendría unos 20 años cuando fui a una romería. Era un día con carretas y caballos, por el campo y hasta las tantas de la madrugada. Todo el mundo acaba fatal, y el camino de vuelta es más peligroso porque todo el mundo sabe que los caballistas van borrachos, y al fin y al cabo, estás en un carril en medio del campo sin iluminación. Me hacía ilusión montarme en un caballo, ya que hacía años que no lo hacía. En el camino de vuelta, alguien me presentó a un caballista y me preguntó que si quería montarme con él, que me daba una vuelta. Mi yo idiota y borracho dijo alegremente que sí y se montó delante de él, de modo que él me rodeaba con sus brazos cogiendo las riendas y yo quedaba en medio entre la cabeza del caballo y él. Al cabo de unos minutos me di cuenta de que habíamos avanzado mucho en el carril, y que mi carreta quedaba muy atrás, tanto que no se veía más que una luz en la lejanía. Me di cuenta de que estaba sola, en medio del campo, con un hombre al que no conocía de nada. En ese momento empezó a besarme por el cuello y a manosearme con violencia. Le dije que parara, casi gritando, pero no me hacía caso. Era una situación desesperada y yo no podía escapar, el caballo era muy alto y no sabía bajarme. Opté por tirarme del caballo y salir corriendo carril abajo, hasta que encontré mi carroza y me eché a llorar. Todos se lo tomaron muy en serio, pero me preguntaban que quién era con quien me había montado, y yo no podía recordar su cara. Estaba borracha, así que ya estaba todo dicho. La guinda del pastel vino un rato más tarde, cuando caminaba agazapada en los brazos de un amigo -que intentaba tranquilizarme-, aún llorosa. Dicho “amigo” se acercó e intentó besarme. Joder, ¿en serio?
Cuanto tenía 16 años mi vecina tuvo unos huéspedes un tanto particulares, sobre todo uno de ellos. Yo era una cría, y estos eran hombres de negocios “oscuros”, no sé bien a lo que se dedicaban pero las habladurías del barrio decían que eran traficantes, que tenían un puticlub… No sé, el caso es que durante las semanas que estuvieron en casa de esta vecina, de negocios también “rarillos”, no sé cómo pero consiguieron el teléfono de mi casa. Me llamaban (siempre una voz principal y risas y voces secundarias) cada vez que me quedaba sola. Eso era lo que me daba más miedo pues sabía que me observaban. Jamás lo hacían cuando estaba mi madre, padre o hermana. Imaginaos lo que ese hombre me decía. Cada vez que salía del instituto corría como una posesa para meterme en mi casa. Alguna vez se me cruzó en un coche a la salida del instituto, no recuerdo su cara pero sí muy bien su voz. Respiré tranquila cuando me enteré que se fueron del barrio pero durante un buen tiempo estuve obsesionada con el teléfono y me sentía observada continuamente.
Mientras estaba en la facultad, solía ir de tanto en tanto a un mercado de mi ciudad a buscar libros antiguos con una amiga. Al salir, siempre contábamos los viejos que se habían rozado contra nuestro culo en los pasillos llenos de gente. Y había unos cuantos que utilizaban esa estrategia…
Aprendí de la peor forma posible que, a pesar de que se vea un caso de violencia machista, por parte de los espectadores puede haber atenuantes: cuando tenía 13 años, estaba enamoradilla de un chico de mi clase. Pero se ve que al chico en cuestión no le debía hacer mucha gracia porque en medio del parque donde íbamos todos después de clase, me acorraló contra una pared y delante de media clase, apretó las manos en mi cuello. Un intento de estrangulamiento en toda regla ¿no? Pues nadie quiso acompañarme a decir nada al colegio, sólo una amiga que dudó un poco. Los profesores no me hicieron ni caso y claro, como nadie quiso decir nada, ahí se quedó todo. Eso sí, todos decían: “pero si él es muy buen chico, quizá es que tú le has puesto nervioso”. Y esto cuando éramos casi niños, espero que nadie les tenga de testigos ahora en un caso parecido…
Hace un par de años tuve que ir a hacerle papeleo a una amiga al rectorado de mi universidad, porque ella estaba fuera de la ciudad. Me equivoqué de parada de autobús porque no sabía muy bien cómo se llegaba y tuve que cruzar un parque que hay al lado de la universidad. Serían las doce y pico de la mañana. De repente oí que alguien me llamaba y vi movimiento detrás de unos matorrales. Había un hombre diciéndome obscenidades y masturbándose. Me asusté muchísimo y aceleré el paso para salir de allí. No había nadie más cerca y me dio mucho miedo decirle nada, porque no sabía lo que me podía hacer.
Hace cosa de un mes iba de camino a la parada del autobús y un hombre bastante mayor hizo un comentario obsceno sobre mi pecho. Lo más curioso del asunto es que yo llevaba una camiseta que no era ceñida y que me tapaba hasta el cuello. Creo que es ilustrativo de cómo lo que llevemos puesto o lo que hagamos no tiene nada que ver ni es la causa por la que sufrimos este tipo de acoso.
La semana pasada volvía de tomar unas cervezas con una amiga. Dos chicos que venían de frente nos preguntaron por un bar, y yo les dije que justo veníamos de allí y ya habían cerrado. Uno de ellos se presentó, educadamente, y después me dijo que era muy guapa y que se había enamorado de mí. La situación empezaba a incomodarme y le dije que nos íbamos ya a casa y empezó a insistir para que me fuera con él a la suya. Finalmente intentó besarme cuando claramente yo no quería hacerlo, y tuve que apartarme rápidamente.
Hace muchos años, en el instituto, yo llevaba un piercing en el labio con forma de pincho. Tuve que soportar comentarios de dos profesores distintos diciéndome que si no le hacía daño a mi novio cuando hacíamos ciertas prácticas sexuales. Nunca me atreví a protestar por ello porque el resto de la clase se reía de los comentarios y me decía que no era para tanto, que era sólo una broma sin mala intención.
En una tienda, el dependiente se fijó en que tenía un piercing en la lengua y me dijo que le gustaba, porque su anterior novia lo tenía y cuando practicaban sexo oral le daba mucho placer, y que no le importaría probar conmigo.
¿Y vosotras, Fridas? ¿Cuáles son vuestras experiencias?
Si además queréis leer o aportar más experiencias de sexismo cotidiano para un proyecto de visibilización, visitad la web Sexismo Cotidiano. También tienen site de Argentina. Están en Facebook y tienen Twitter España y Twitter Latinoamérica.
Proyecto Kahlo
46 Comentarios
Buenos días , cada una de las historias es diferente pero en todas de alguna forma hay violencia , no importa si la intención de aquel que te diga lo que ellos consideran un piropo , si el tocar a una desconocida les parece algo que pueden hacer, basta , basta , no podemos seguir así en vez de decir que las personas que han sido violentadas exageran , que les pasa , es cierto que muchas veces puedes decir que no, pero Francisco si conocemos nuestras diferencias porque no son respetadas, Cristian no siempre se tiene la oportunidad de salir de una zona de riesgo así de fácil, en mi perspectiva una puede vestirse como sea(pantalones justos , sueltos , blusa con escote o de cuello de tortuga, con falda corta pegada, larga suelta , un vestido ajustado o holgado ), andar sola en un lugar solitario a altas horas y no por eso ser agredida , no nos considero victimas , somos personas que han sido agredidas por otras personas, si se respeta esto no pasaría , no es lo mismo que te agredan a los 9, 10 , 12, 15, 20 , 25 o la edad que se tenga tiene diferentes efectos sobre la persona , aquellas que se han defendido las ven mal esperan que una persona se dejen agredir para que ahora si se haga algo , basta de eso , es violencia , nadie debe tocar a nadie sin su consentimiento y cuando se dice que no , hay que parar.
Muy bueno el de los obreros, el de «buenos días». Muy bien dicho eso de «gracias, pero no son formas». Puede que esos obreros se crean agradables por estar haciendo un piropo. Otros de los relatos son estremecedores… Afortunadamente, nunca he pasado por más de algún que otro comentario, pero vamos, tampoco nada excesivo, excepto un señor que me llamó como si fuera una burra al que contesté: «no soy ningún animal». Y bueno, también alusiones muy continuadas sobre mi delantera.
Me he quedado fría…
Lo que yo no entiendo, es porque no tomáis medidas legales contra estos casos, como la chica que pone el nombre del profesor, y tal, en vez de reuniros como cotorras en una pagina web, eso he dicho.
Nos reunimos para darnos el apoyo que no hemos encontrado antes en la sociedad, lo que no sabemos es que haces tú aquí para criticar algo que es positivo que compartamos…a parte de demostrar que tienes una vida muy aburrida y profundamente triste, claro, eso he dicho.
tengo 16 años, me paso hace poco… tome el transporte publico para llegar a casa, iba sentada , un hombre ebrio subió y se quedo parado alado mio. sentia que me miraba demasiado a unos pocos segundos lo sentia muy serca de mia sentia su parte masculina que la pegaba a mi brazo me veia y me veia y sentia su ereccion creciendo … me quede paralisada, nunca habia pasado por algo tan fuerte como esto, me levante y me sente en otro haciento y el señor seguia buscandome, me sentia con temor no pude decirle nada me sentia acosada queria morir en ese momento, llego mi parada baje, y pensando que ya iva a estar alejada de ese hombre, al momento de boltear veo su cara buscandome, #se bajo donde mismo que yo.# nose como le hice que me pude escapar me aleje le corri, llege a mi casa llorando no sabia ni como decirle a mi hermana, estaba atacada, ME SENTIA SUCIA no era YO,.. me meti a bañarme lloraba demaciado, me tayaba el brazo me sentia sucia. violada… es algo que aun no puedo superar, solo de recordad esa tarde que fue un infierno para mi, no se lo deseo a nadie, SUFRI. … me encanta esta pagina porque tienes el valor de expresarte y sus notas son muy interesante.
Querida, tú no tienes por qué sentirte sucia, porque tú lo único que has hecho es ejercer tu DERECHO a caminar, viajar en transporte público, estar en cualquier sitio. Nadie tiene por qué acosarte de esa manera y la culpa no es de otra persona, sino de él. Tú no eres sucia, tú eres una mujer que ha sufrido un episodio sexista, como muchas otras desgraciadamente, y no tienes por qué avergonzarte porque tú no has hecho nada. Un beso enorme y mucho apoyo.
tenía 23 años, mi compañero de piso y de trabajo empezó a traerme regalos como flores y corazones, le dije que no estaba interesada. una noche se me echó encima (yo estaba en la cama, leyendo) y me dijo que lo haría quisiera o no. grité que porqué me hacía eso, forcejeé, no me olvido de su peso encima de mi, abriendo mis piernas, su polla contra mi y mi asco y mi impotencia. se arrepintió y paró. salí como una bala corriendo a la calle, por el camino le arrojé todo objeto que vi a mi paso, solo me dio tiempo a coger mi abrigo y salir en pijama con el abrigo puesto. llevaba poco dinero y tomé un taxi, que me alejó de allí lo justo para que no pudiese alcanzarme, pues corría detrás de mi.
me fui de la casa y tuve que dejar el trabajo porque allí me acosaba a diario. me quedé en la calle y sin trabajo, con 23 años y sola en un país extranjero.
algunos me dijeron después «eso te pasa por salir sola por el mundo»
Creo que esto nunca va acabar exactamente yo también tengo anécdotas por contar, pero es que esto lo vivimos todos los días, me molesta demasiado y pues ami siempre me ha dado pena encarar a los hombres que me dice de cosas pero últimamente me vale, y lo único que obtienen de mi es una grosería pero obvio no es la forma correcta de manejar la situación, pero es que aún no me acostumbro alas miradas lujuriosas de señores y chavos, al principio pensé que eran mis nervios pero ya me ha tocado que mis amigos o incluso mi pareja me diga que se me quedan viendo por la calle.
Una una vez estaba con una amiga sentada en una plaza cuando llega un señor de unos cuarenta y tantos a decirnos que teníamos la cara bonita y que se nos vería mas bonita si le hiciéramos sexo oral y otras obscenidades ahí enfrente de mucha gente en serio no tienen vergüenza.
también hace poco descubrí a unos compañeros de mi clase viéndome el trasero descaradamente, y por si fuera poco, como que si estuvieran discutiendo sobre el, me quede impactada a ver este tipo de acción, después les dije algo al respecto y uno se disculpo y el otro solo le hecho la culpa al otro y todavía me empezó a decir que estaban comentando de el ya ni la chingan, y como ellos son el claro ejemplo de hombres que ven a las chicas como objeto ya ni mejor ni dije nada.
iba en un autobus primero, me baje para cambiarme de transporte y un tipo se bajo detras de mi, me subi al otro transporte y se subio detras de mi, me sente en un asiento del pasillo y ahi fue cuando vi que algo estaba raro, porque habiendo disponibles multiples lugares se vino a sentar donde yo estaba, era un tipo de mas de 50 años, cn una chamarra y de repente senti como movimiento a mi lado, vi sus manos, solo tenia la derecha a la vista la otra dentro de la chamarra, entonces pense «maldita sea seguro se esta agarrando algo, por que me tuvo que tocar un pervertido el dia de hoy» me enoje tanto ya iba con toda la adrenalina en mi cuerpo sintiendo rabia, me separe lo que pude de el porque pense tal vez es mi imaginacion, pero pase sutilmente mi mano por el costado de mi muslo que colindaba con el tipo y ahi senti sus dedos escondidos bajo la chamarra tocandome creyendo pasar desapercibido, me enoje tanto y pasaron imagenes de esas otras veces en las que por miedo no pude decir ni hacer nada, aprete su mano, me levante de repente, le dije groserias y desde arriba lancé un puñetazo a su rostro, la gente del camion se asustó, me veian como una loca, todos a la vez, yo solo tenia ira, mucho coraje, me fui al area trasera del camion que no era grande y me quede de pie esperando mi bajada, el tipo no dijo nada, lo voltee a ver y el estaba sangrando de la sien del golpazo que le di; para colmo unas muchachas como de bachillerato estaban sacando papel para darle al pobre señor que estaba sangrando!!!!! y les dije no lo ayuden, es un pervertido!!! se quedaron sin hacer nada… creo que eso me indignó mas, yo era la victima…. pero la gente no hizo nada mas que verme feo como si estuviera loca, en fin esa experiencia me dio mucha fuerza para caminar por las calles y transportes y x lo menos poder levantar la voz ante un ataque, o para poder ayudar a alguien que lo este sufriendo, verlo sangrando y con mirada incredula fue lo mejor …
Justo hace unos días le platicaba a mi novio acerca de este tema,, y salió a la plática por que le comente que había pasado frente a unos trabajadores de una obra y me gritaron lo que mencionan que estamos acostumbradas a verlo normal una especie de piropos unos días antes le había platicado que en un taxi libre que tome, en el transcurso el chofer me iba haciendo cierta platica incomoda de como una noche anterior una prostituta le había pagado con un beso, también me dijo que si me casaba con él y una serie cosas que aguante solo pensando que en menos de 5 minutos me bajaría de ahí,, cuando le contaba como que se sorprendía como me pasaron esas cosas en tampoco tiempo y es que hace unos días había yo perdido mi auto y al comenzar a usar transporte publico pues eso comenzó a ser más seguido,, lo que me recordó a mi adolescencia cuando no tenía carro y le comencé a contar varias anécdotas al respecto,, el solo me abrazo y como que se le hacia increíble, le comente que le podría preguntar a cualquier mujer y cualquiera tendría más de una historia que contar al respecto,, algo que pues bien puedo ver aquí,,
Te entiendo … Somos muchas!…. Un abuso naturalizado más que OTRA VEZ somos las MUJERE las victimas… Yo tambien te abrazo.
Cuando tenía 14 años, tenia una mejor amiga y estabamos todo el tiempo juntas, ella siempre estaba en mi casa y yo en la suya, además su papá y me mamá eran amigos y había tenido una pequeña relación en algún momento. El padre de mi amiga, (al cual yo quería mucho) empezó a decir cosas que me incomodaban, a hablarme más, me regalaba cosas (que yo rara vez aceptaba, no me gustaba) hasta que un día ibamos solos en la camioneta y empezó a decirme cosas, me tocaba la pierna, el pantalón, y me segía tocando, yo estaba paralizada. Llegamos a la casa (donde estaba mi amiga) y yo me fui rápido a acostar, nada más quería que ese momento horrible se fuera de mi cabeza. Me el vino, me tocó la vulva de una manera exagerada, y yo lo único que pude hacer fue pedirle desesperadamente que se fuera. Y me soltó rápido, me insultó con algunas de las peores cosas que escuché en mi vida, me mostró su pene erecto, y se fue maldiciendome.
Hice la denuncia, al principio todos lo tomaron muy encerio, dps nadie más se acordó de nada, y me trataron de exagerada.
Qué gracia me hace que los hombres que comentan lo hagan para restar importancia a estas cosas. Como siempre, somos unas exageradas.
Como muchas contais no son ni una ni dos las cosas de este tipo que me han pasado.
Con unos 12 años, de camino al colegio un tipo se paró frente a mí sacandose el pene «¿Te gusta chupar?». Me asusté tanto, que isiquiera pude pensar en corre hacia mi casa, que estaba much más cerca que el colegio.
De adolescente estando con una amiga en una estación de tren en plena tarde, un chico me agarró el culo. Cuando me di la vuelta para enfrentarme a él, no sólo no se disculpó o pareció avergonzado, sino que él y sus amigos se me encararon y tuve que cerrar la boca e irme mientras ellos reían.
Ir un día por la calle distraida, pensando en lo que tenía que hacer ese día y de pornto toparme con un tío que trataba de besarme.
Y la lista sigue. Comentaban más abajo que esto no era sexismo, que era violencia. Pero esta violencia es la consecuencia directa de vivr en una sociedad machista.
Tambien pensaba en una vez que un muchacho con el que bailaba enuna fiesta me dijo que le gustaba y me pidio un beso. Yo le dije que me alagaba pero que no queria… Tenia miedo!… Pensé que no lo iba a aceptar y me iba a tomar por la fuerza o insultarme… SORPRESA!… me dijo «te entiendo y gracias por tu compañia»!!… Esta sociedad machista tiene sus «excepciones»!!!
Haceros bollers.
Ay, amigo, eso solo lo empeoraría aún más. No sabes la de sandeces y babas que tienen que aguantar las pobres lesbianas.
GUAPA PARA LESBIANA– GAYS.. HABLAMOS DE TODA MINORIDA– QUE HA SUFRIDO.. NADIE EXCARELA.. LA TEMATICA DE KAHLO ES EXPRECION LIBRE— TU HA SUFIDO IGUAL— NO DESMINUE EL DOLOR QUE DA SU TESTIGO…. VALE GUAPA……….. 2013 sociedad machista— HOMBRE S Y MUJERE S
LUCHAMOS POR EL RESPETO— NADA MAS
Doy fe, cuando salía con mi exnovia, tuve que aguantar como incluso nuestros supuestos amigos, le tiraran los tejos delante de mi, como si yo no existiriera, como si no estuviera delante, como si no fuera su novia, como si por ser mujer, yo valiera menos. Era invisible, mis sentimientos no importaban. Como si al lado de un hombre yo no sirviera sino en la medida en que podía aportarles fantasías sexuales. Al contrario, también pasaba, me tiraban los tejos a mi descaradamente, delante de las narices de ella. Y por supuesto, cómo, no, también nos tiraron los tejos a las dos a la vez. Eso cuando estaban de buenas, Cuando no, nos insultaban. Una vez casi nos pegan. Sólo les faltaba decir «mirálas, son lesbianas, sólo están ahí para calentarnos la mente mientras se besan, cuando intenten encararnos, entonces las insultaremos». Por supuesto, hubo muchos hombres que no se comportaron de esta manera, pero tengo que decir tristemente, no eran mayoría chicas. Para que luego me digan que la mujer ha avanzado en España y que hablar de machismo ya sobra, y las que lo hagamos somos unas pesadas. Sólo de pensarlo me dan muchísimas ganas de llorar de la rabia, menos mal que aquí podemos apoyarnos.
Una de mis historias es la siguiente:
Cuando era menor iba siempre a casa de la que era mi mejor amiga. Siempre, desde los cinco años. Ella tenía un vecino de unos 70-80 años, quien, al tiempo de quedarse viudo, comenzó a salir al patio (que coincidía con el patio de mi amiga) y nos mostraba su miembro masturbándose. Teníamos no más de 10 años cuando estos episodios se repetían periódicamente. Una vez, inconscientemente, nos cansamos y fuimos con una rama y le amagamos a pegar allí porque estábamos hartas de no poder salir a jugar por este tema.
Eso no fue todo. A los muuchos días salimos en bicicleta, y el hijo de este depravado (de unos 50 años) nos cruzó y nos dijo cosas horrendas, como culpándonos por la situación. Hasta hace poco tiempo cada vez que veía a este -el hijo- me daba vergüenza porque me sentía culpable. Pero NO. Me gustaría que hoy, ocho años después, me diga algo sobre eso para gritarle tantas cosas!
Esa fue una de las primeras experiencias sexistas. Hoy respondo hasta con violencia si se requiere…
(por algo seré gay…)
Me ha encantado tu articulo! Pese a que en realidad el contenido sea deplorable y muy triste. Eres muy valiente de relatar cada historia.
Yo, como supongo mucha más, hemos sufrido ataque similares, y creo que el quid de la cuestión es que realmente, no nos damos cuenta de que son ataques machistas hasta que con los años lo analizas con perspectiva. Pero aún peor, son las chicas que no se dan cuenta de ésto, y lo defienden o les gusta ser piropeadas de maneras tan záfias y degradantes..
Sólo nos queda apuntar estos ataques y educar a nuestras hijas para que no toleren semejantes atrocidades.
Muchas gracias por el artículo y por el proyecto!
un abrazo a todxs!!
Las veces que a mis alumnxas de la escuela secundaria le digo que «PERRA» es una animal….! Ellas se lo dicen de forma cariñosa naturlizando el deseo/intención machista.
Era estudiante de intercambio. Estaba cursando un semestre académico en la Universidad Nacional Autónoma de México. No soy mexicana, sólo estaba allí por cuatro meses. Una mañana acudo a la Facultad y como no hubo clase, nos reunimos los alumnos que fuimos con el docente en la cafetería. Tuvimos una charla amena… como para pasar el rato de la clase suspendida. Los compañeros me comentaron que todos los viernes se reunían en la noche para comentar de filósofos y distenderse. El profesor me animó a que fuera. Pensé que no sería tan malo sociabilizar un poco con ellos, después de todo, no es fácil estar absolutamente sola en el extranjero. Además, necesitaba un poco de distracción, porque había discutido por Skype con mi novio la noche anterior y me sentía fatal por eso. Fui a la facultad a la hora pactada y sólo estaba el profesor. Me pareció un poco extraño. Pero como él se comunicó con otras personas que participarían, fui confiada. Llegamos al departamento donde se reunirían. Empezaron a llegar algunos estudiantes. Unos conocidos, otros no. En un momento se les ocurrió que yo debía probar el mezcal. Claro, no soy de tomar demasiado. Cualquier bebida me «pega» rápidamente. En un momento me levanté de la mesa y poco recuerdo… Caí en un sillón mientras me vomitaba. Luego, estaba en una cama acostada y el dichoso profesor frotándose detrás mío (masturbándose). Atiné a decirle: «Basta, déjame». En ese estado en el que me encontraba… Eso no fue todo. Lo peor fue cuando le conté a mi novio. Por supuesto: la culpa había sido toda mía. Por salir con extraños. Por fiarme de cualquiera. Por no prever la borrachera… Como que abusarse de una estando inconsciente y vomitando fuera aceptable.
Amelie, es un horror, ¿Cuál es el nombre del «profesor»? Se debe advertir a otras chicas sobre el comportamiento de este «académico».
Rafael Angel Gómez Choreño
Oye, no sé si sigas en México pero creo que deberías denunciar en la CNDH. Justo ahora la UNAM está siguiendo un proceso por acoso sexual a un profesor de preparatoria, y creo que no estaría de más que tu caso se supiera. Yo la verdad al leer tu comentario me eojé muchísimo y casi quería ir a golpear al hijo de puta, pero digo, habrá que usar vías más legales y que den más resultados.
Siento mucho que te haya pasado esto.
Creo que puedo numerar algunas de sexismo, como estudiante de una carrera mayoritariamente de hombres.
Un profesor me encargó una investigación acerca del shintoismo, la religión de Japón. Cuando me tocó -aparte de todo- exponer un tema del libro que usábamos para apoyarnos en la clase, dijo «bueno, si quiere puede aventarse el enfoque de este tema bajo el enfoque del shinto… no dudo que no pueda, verdad», pero en un tono que hizo que levantara la ceja, indignada, ante su duda sobre mi inteligencia. El profe por supuesto se quedó callado luego de que expuse.
A una amiga de mi hermana menor, por accidente envió un mensaje de que estaba sola en casa a un chico que le traía ganas y además la manoseaba -ya le había puesto un alto-. Por supuesto que pasó una violación. El chico, para defenderse, comenzó a inventar rumores de la pobre chica, pro si fuera poco, no demandaron, por no ponerla en entredicho. Y a mí me hierve la sangre cada vez que lo recuerdo, pensando que no puedo irle a dar un buen tubazo, porque él sigue por ahí y vaya uno a saber si, viendo lo fácil que fue salirse con la suya, le irá a hacer lo mismo a otra chiquilla.
por demás puedo añadir que un día, para una cita con mi novio, me puse un vestido. Vaya, hasta los policías me miraban «con ganas» -como decimos-, y un vagabundo quiso verme la ropa interior (gracias a Dios se me ocurrió ponerme un short de licra debajo), me sentí súper incómoda y respiré aliviadísima cuando llegó mi novio… pero es triste que solo estando con un hombre los demás varones te respetan.
El primer chico con el que tuve sexo un día quiso practicar el sexo anal. Estuve de acuerdo. Pero cuando empezó, yo no podía soportarlo y le dije, gritando de dolor, que parara, que lo dejara. No paró.
Octubre, alejate de esa basura. Espero estés bien
La historia que tengo para contar no es de violencia sexual ni física lo que hace que aquí el sexismo pase mas desapercibido y sea mas «cotidiano». Tengo una amiga que ha decidido separarse de su marido. La razon??? se mamó de ser la muchacha del servicio de él y de sentir que lo que tiene es un niño grande terminando de criar, al cual hay que lavarle hasta los calzoncillos. El marido abandonado ha estado muy triste y fué a buscar a mi novio buscando consuelo y desahogo…..parte de sus reflexiones han sido: No se porque me ha dejado, yo sé que no he sido el hombre perfecto pero antes debería de estar agradecida……nunca le pegué!!!!. Me alegro tanto que mi amiga lo haya dejado!!!!!
El caso de sexismo cotidiano no fue que un amigo de la familia de unos 50 me besara y tocara la vulva diciendo que me amaba y era muy bonita e inteligente cuando yo tenía 12; sino que mi madre dijese primero «Pobre viejito ¿qué te puede hacer?» Y zanjara el asunto diciendo que a ella le había pasado, a mi tía y a mi abuela también, que era algo normal y que nada había pasado. «Todo está bien, agradece a dios que no te pasó nada malo», y así lo creí por años.
desgraciadamente muchas veces cuando hay una historia de abuso en la familia, hay muchas mas detras y las cubren, les restan importancia y asi se vuelven a repetir
Cuando estaba en grado décimo, tenía un profesor que era bastante morboso.
Un día, en clase con él, yo tenía un collar de guitarra, y se me acerca este profesor y me dice: Tóqueme una…. Pues, una canción. Me sentí bastante incómoda, pero simplemente le miré feo.
Es dificil decirlo, pero cuando tenia 12 años, regresando de comprar cosas para el almuerzo, a mediodia era casi desertico. Me encontre con el papa de una amiga que me sonrio al paso. Yo sonrei y en un abrir y cerrar de ojos lo tenia sobre mi manoseandome los senos y la vulva. Cuando le pedi que parara, se rio y se fue. Despues de eso ya no quise ver o visitar a mi amiga nunca mas.
Opino que, más que sexismo, el 90 % de estos relatos son sobre violencia sexual. Fisica o verbal, pero violencia pura y dura. Lo mas triste es que no conozco a quién no le haya pasado algo parecido…
Aquí va una opinión, sin ofender a nadie, pero creo que está mal ver tan negativo todo. Comienzo sabiendo que existe machismo en muchas partes del mundo, eso no lo dudo, pero con el pensamiento de que en cualquier cultura moderna y forma de pensar actual ya no es tema sino es una aflicción para aquellas que viven de «como era antes».
Que pena pensar que seguimos en un siglo pasado… para mi y hablo por una proporción gigante creo yo, no encontramos normal tocarle el poto ni gritarte a las mujeres. Si en cambio querer piropear al sexo opuesto, que lo hacen mis amigas cuando van en mi auto y ven a un tipo guapo y mis amigos a una mujer. Bailando lo mismo, creo que ya está bastante interiorizado que no es «puta» si la mujer besa muchos hombres igual que hombre a varias mujeres. Ahora es común para ambos hacer lo que plazca sin juzgar a menos que hagan sentir mal o daño a otro. Obviamente se sabe, por la historia, por el pasado en el que viven todas estas «Feministas», que claramente si ven un piropo en vez de ellas decir otro, ven solo lo negativo. Para mi la batalla feminista ya está bastante ganada, pero me carga que le den ese tono, ya que es más bien una batalla por justicia, hombres y mujeres son distintos, tienen una forma hormonal distinta, combinación genética diferente, apego al hijo distinto y esperar que seamos un «homólogo» para eso mejor nos quitamos absolutamente todos los genitales del mundo o creemos una especie nueva, mezcla.
Querido Francisco, una cosa es un piropo… Otra cosa es decirte, porque llevas minifalda «así se te ventila bien la raja», que ni es un piropo ni es nada, es una obscenidad dicha para incomodar desde una posición de impunidad. O ponerse a describir a gritos el movimiento de tus nalgas al caminar. Cuando me ocurrió esto segundo, llevaba unos vaqueros holgados, y el tipo decidió que era muy adecuado que todos los pasajeros de aquella estación de autobuses se enteraran de cómo se movía mi culo y de lo cachondo que a él le ponía. Una cosa es que me llamen guapa, otra cosa es que me ofrezcan, con gestos incluidos, sexo oral. Estas personas no pretendían halagarme, pretendían demostrar que tenían el poder de incomodar y humillar a una joven. Eso de que el machismo es cosa del pasado… Para empezar, casi todas las mujeres a mi alrededor, y yo misma, hemos sufrido algún tipo de violencia sexual. Y eso que yo siempre he vivido en un entorno bastante privilegiado, entre gente que entendía que el machismo era algo malo y que maltratar a una mujer es un acto despreciable. No quiero ni pensar lo que sufren mujeres que viven en entornos machistas y violentos.
En cuanto a decir algo bonito sobre su aspecto a alguien… hay que ser muy fino para hacerlo sin ofender ni hacer que la otra persona se sienta incómoda o vulnerable. Yo no creo tener esa finura, así que nunca lo he hecho. Y procuro no alentar a que lo hagan conmigo, aunque confieso que las veces que sí me ha podido resultar halagador un piropo en el que he visto la intención de halagar, no de demostrar poder sobre mí ni de incomodarme ni de violar mi intimidad, en esos casos, he devuelto una sonrisa.
SE NOTA QUE USTED VIVE EN UN MUNDO DE HOMBRE… Y NO SOY FEMINISTA— SOLO UNA MUJER EN UN MUNDO REAL– JODER.. TU ESTAIS DICIENDO QUE HOMBRES Y MUJERES SOMOS DISTINTOS– VALE– EL RESPETO PERDONA MENOS POR EL SEXO FEMENINO
cuando tenía como 14 años fui a comprar chuches a la tienda después del colegio. yo llevaba el típico uniforme de colegio con falda, calcetines altos y todo eso. caminando por la calle crucé mi mirada con un hombre qe me miraba desde su coche. me asustó un poco porqe no era una típica mirada cruzada sino qe me miraba fijamente. yo no le di importancia y seguí hacia la tienda. de pronto me fijé en qe el hombre se había bajado del coche y me estaba siguiendo, pero yo no me sentía insegura del todo porqe había muchísima gente por la calle. me metí en una tienda para comprobar si de verdad me estaba siguiendo o eran paranoias mias. él entro detrás, hizo como qe le caían las gafas y me tocó el culo mientras se agachaba a recogerlas. me giré violentamente y él dijo «perdón perdón, las gafas, ha sido sin qerer» yo sabía perfectamente qe no y aún así sólo dije «no pasa nada» sonriendo. salí de la tienda con miedo a qe me siguiera cosa qe no hizo. cuando llegué a casa me fui directamente a la ducha y lloré durante mucho rato. sentía perfectamente su mano en la zona exacta donde me había tocado, en la ducha intenté qitarme la sensación con la esponja pero no valía de nada. seguí llorando hasta qe me desahogué y no recuerdo qé hice después, supongo qe cenar e irme a la cama. en mi casa no se lo conté a nadie.
Historias tengo muchas desde que recuerdo. Es lamentable decirlo asi, pero no conozco a ninguna mujer en mi vida que no las tenga, eso es más lamentable. Le dije un día a mi novio una noche mientras paramos en una gasolinera (esa noche decidí que quería usar minifalda por el simple gusto de poder hacerlo, pero me sentí más segura de no salir sola a la calle) «recarga tu mano en mi pierna para que el que despacha no me mire solo las piernas y mírale a los ojos «. Yo lo sé, se cómo se escucha eso, como a «es mi chica, mi mano esta en su pierna» , pero funcionó, el tipo no me vio lascivamente las piernas o por lo menos fue muy discreto y no me sentí intimidada.
Con los años aprendí a defenderme, a no dejarme y es seguro…ya no me pasa tanto, no sé si porque se me ve más madura y segura o porque ya no gustó tanto, pero, lamento mucho que en todo el mundo las practicas sexistas se vean tan naturales y que hombres y mujeres ignorantes se burlen de ello o no les den importancia. Ya he escuchado de todo y estoy harta de esta situación!, necesitamos una educación que no promueva la violencia de género!
No sentirte única da más miedo que alivio. Mi historia es la siguiente: Una tarde de invierno, de camino a casa de una amiga, unos chicos mayores nos interrumpieron el paso. Nosotras tendríamos 12 años, ellos 14 ó 15. Se abalanzaron sobre mí: mientras unos me sujetaban brazos y piernas, otros tocaban mi cuerpo sin pudor alguno. Mi amiga logró escapar. Estuve sola, sin que nadie me ayudara, hasta que el grupo se divirtió suficiente. Regresé a casa sintiéndome muy mal, pero no se lo conté a mis padres. Al día siguiente, mi amiga me convenció para que se lo contara a mi tutor del colegio. Con mucha vergüenza, lo hice. Expulsaron a los responsables unos días. Durante años, seguí tropezándome con aquellos chicos por el pueblo: reían a mi paso e incluso restaban importancia a lo que me habían hecho, diciéndome que sólo estaban jugando. Y yo seguía sintiéndome mal: nunca quise jugar con ellos.
Pues sí, da más miedo que alivio… y más aún al comprobar que hay gente que no lo ve «para tanto», que nos considera «unas exageradas». Mi experiencia es muy parecida a la tuya y 20 años después sigo recordándola… pero «no será para tanto» 🙁
Tengo una tonelada de historias que contar: empezando por la primaria, que aun con 9 años ya me estaba desarrollando, imagínense todos los acosos que recibía de parte de mis compañeros y compañeras, inocentes, pero acosos en fin.. Los chicos de los años mas grandes recuerdo que me encerraban y me decían «uh que curvas» y al reaccionar mal contestaban «curvas peligrosas». Luego en los «corsos», que serian una suerte de carnavales, que se dan en febrero, siempre me acorralaron tirándome espuma, sin poder defenderme, y de esa manera me tocaron absolutamente todo el cuerpo, eso me ha sucedido en todos los años que fui (ya ni me acerco). De piropos por la calle y de acosos en los boliches tengo tantas historias que no terminaría nunca. Pero voy a resaltar algunas: un señor en el colectivo se ponía en el medio del pasillo y cada mujer que pasaba (incluyéndome) la tocaba. Otra situación fue el año pasado caminando por la calle, un señor en moto subió a la vereda y cuando paso por mi lado me subió la pollera y se fue.
Y la que mas reciente me sucedió fue estar en la parada del colectivo y qué un señor frene su auto y me proponga «llevarme a algún lado».
Todas estas historias son referidas al abuso/acoso sexual. Ni hablar de la violencia de genero que he recibido de parejas, de amigos y de familiares.
Una tortura, sin duda. Y ellos siguen riéndose como si fuese algo normal, aceptable y no dañino.
Casi todos los casos que comentáis está fatal que sucedan, pero concretamente lo de que alguien se pare y te proponga llevarte a algún sitio no me parece «violencia de género» ni «abuso sexual», por cuanto a los hombres también nos sucede. Soy hetero y me he visto en situaciones como que estés meando en unos w.c. públicos y se te ponga otro justo al lado cuando hay varios meaderos libres, te mire de arriba abajo y te pregunte qué hora es, o que un viejo detenga el coche y, cuando me acerco creyendo que quiere saber por dónde se va a algún sito, me proponga subir y acompañarle, o alguna encerrona tipo «vente al local con nosotr@s» y que cuando llegamos allí desaparecen tod@s menos uno. Y no me he cabreado. He respondido con educación y me he marchado de allí.
Cuando teníamos 14 años dos chicos pararon con la moto al lado de mi y de mi amiga, al principio no supimos que hacer, así que fueron caminando con nosotros e intentamos seguirles la conversación, pero muy cortante, porque estábamos asustadas. Mi amiga consiguió irse a su casa pero yo no había llegado a la mía, y cuando se fue empezaron a amenazarme para que les diera un beso, uno me puso la mano por encima y me agarró el cuello. Lo que sí conseguí fué llegar a casa de mi amiga mientras caminaban sin separarse de mi, porque temía que conocieran donde estaba mi casa. Una vez la madre de mi amiga se asomó a la ventana y me abrió la puerta entré lo más rápido que pude, ellos empujaron la puerta y le dieron una patada pero no entraron, y también me insultaron todo lo que pudieron, hasta que se fueron, y al rato yo pude salir de casa de mi amiga. Me morí de miedo.
Lastimosamente tengo tantas «historias de terror» que necesitaría un post completo para describirlas, me quedo con la primera por la manera en que mi infantil mente resolvio el problema: Tenía 8 o 9 años y estaba con una amiga en el patio de la escuela un fin de semana de actividades de puertas abiertas, donde participaban los familiares de l@s alumn@s… mi amiga y yo estabamos ensimismadas en un juego en un rincón del colegio, cuando un hombre se aLastimosamente tengo tantas «historias de terror» que necesitaría un post completo para describirlas, me quedo con la primera por la manera en que mi mente infantil resolvió el problema: Tenía 8 años y estaba con una amiga en el patio de la escuela un fin de semana de actividades de puertas abiertas, donde participaban los familiares de l@s alumn@s… mi amiga y yo estábamos ensimismadas en un juego en un rincón del colegio cuando un hombre se nos acercó, se bajo los pantalones y empezó a masturbarse. Salimos corriendo. Mi amiga fue directa a buscar a sus padres… yo estaba convencida de que «de alguna manera» había sido mi culpa. Nunca dije nada, tenía miedo de ocasionar un problema.cercó a nosotras se bajo los pantalones y empezó a masturbarse, salimos corriendo. Mi amiga fue directa a buscar a sus padres… yo estaba convencida de que «de alguna manera» había sido mi culpa. nunca se lo conte a mis padres, tenia miedo de ocasionar un problema.