Una lectora nos describe lo que supone ser mujer y feminista en espacios antifascistas donde se invisibilizan ciertas actitudes sexistas.
Podría pasarme horas escribiendo sobre lo que la sociedad crea con sus estereotipos, su presión, lo que invisibiliza, lo que normaliza, lo que coarta o lo que encasilla pero me interesa más saber en qué situaciones sucede cada una de estas cosas y cómo sucede una misma situación en diferentes espacios. Voy a analizar más detalladamente una en concreto y no porque no crea que las demás no son importantes, sino porque es la que mejor conozco: lo que supone ser mujer y feminista en espacios antifascistas.
Cuando te pones las gafas violetas sabes perfectamente que estás expuesta todo el rato, que el patriarcado es un sistema y como sistema está en cada rincón de la sociedad. Sabiendo esto debemos tener en cuenta que si nos encontramos rodeadas de personas sean de ideología que sean estas actitudes machistas y sexistas se van a reproducir. Podríamos creer que por juntarnos en espacios de izquierdas esto no debería darse en la misma cantidad que en otros espacios pero, por desgracia, no es así.
En espacios de izquierda también es muy probable que suframos las consecuencias del patriarcado.
Puede entenderse que al vivir rodeadxs de ello es inevitable que ciertas conductas se reproduzcan pero no por ello debemos aceptarlas y ni mucho menos quedarnos calladxs ante una agresión machista de cualquier tipo. Por tanto, cada vez que alguna mujer sufra o sea testigo de una actitud patriarcal y la denuncie ésta debe ser escuchada y no cuestionada. Se supone que si luchamos por la igualdad debemos respetar a nuestras compañeras y analizar la situación para que no vuelva a suceder.
Es curioso ver cómo muchas personas creen que por el mero hecho de ser de izquierdas son inmunes a reproducir estas conductas patriarcales creyendo así que se salvan de ser cuestionados y por tanto de ser algo contra lo que luchan. Debe ser curioso creer que eres el bueno por estar en un lado y de pronto descubrir que eres igual que tu mayor enemigo.
Por eso una de las cosas que menos podemos tolerar es que alguien crea que por militar en la izquierda está libre de pecado mientras cuenta chistes machistas negando luego que exista el machismo en la izquierda y que si crees eso es que eres una exagerada, loca e histérica.
Así que no, que no vengan a decirnos que no hay machismo en la izquierda porque yo lo he visto, lo he vivido y lo he soportado igual que he soportado el machismo de cualquier otra persona en cualquier otra situación. A fin de cuentas el machismo es lo que es y nos mata a NOSOTRAS día a día. Si estás en contra de ello, si quieres acabar con la desigualdad, entonces mírate bien al espejo antes de hablar, mírate bien y escucha, mírate bien y no cortes el mensaje de una mujer porque creas que el tuyo es mejor, mírate bien y lucha primero contra tus propias actitudes patriarcales para así poder luchar contra todas las demás.
Cora Álvarez (21), Vigo (Galicia)
Twitter: https://twitter.com/cora_
1 Comentario
Me recuerda a «Partes de mí que me asustan», a la primera parte: «¿Cómo puedo ser machista? ¡Si soy Anarquista!». Por si a alguien le interesa es esto
https://alcachofa.pimienta.org/textos/Partes_de_Mi_que_me_Asustan.pdf
, es este mismo tema pero narrado por un tío que se va dando (le hacen ir dándose) cuenta.