El deporte, ¿cosa de mujeres?

Sin casi presencia en los medios, hipersexualización… Es lo que nos sucede en la relación deportes-mujeres. Nos dicen que no es nuestro espacio.


Ilustración: Martine Pop


Enciende la tele. Busca un canal de deportes. Ahora busca otro. Espera al telenoticias. Atenta a la sección de deportes. ¿Qué ves?

Fútbol. Seguro. Y fútbol sólo con hombres. Aunque seguro que cualquier otro deporte que hayas podido ver es también con hombres. Si has visto alguna mujer practicando deporte en este pequeño experimento, estás realmente de suerte. Porque mira que es raro: mujer + deporte + televisión + relevancia = ¿realidad?

Igual de raro y sorprendente es que ayer, justo cuando le andaba dando vueltas a este artículo, me topara con esta noticia. Una mujer entrenando a fútbol profesional, a hombres. Todo un avance, desde luego. Aunque me sigo preguntando por qué ha transcurrido por estos derroteros: una mujer entra al fútbol “profesional” (aka masculino) pero se le sigue sin dar relevancia al fútbol “femenino”. ¿Acaso no es fútbol igual? ¿Por qué el fútbol que conocemos es “fútbol” sin más, y cuando juegan mujeres es “fútbol femenino»?

¿Hasta qué punto necesitamos esa etiqueta? ¿Por qué no conocemos al fútbol que más vemos como “fútbol masculino”? Está “EL cine”, “LA literatura”, “EL deporte” y, como una categoría aparte, “el cine para mujeres” (o “para chicas”), “literatura femenina”, “el deporte femenino”…

Parece que si las protagonistas de una serie son mujeres, es una “serie para chicas”. Y si los protagonistas son hombres, ¿es una serie para todo el mundo? Pareciera que ellos son la medida de todas las cosas, y luego, aparte, nosotras. Por eso nos crean las categorías bien separaditas y a ellos les dan las generales. Cuánta amabilidad (ironía mode on). Nos ofrecen pura condescendencia.

A veces parece que el deporte no esté hecho para nosotras. Bueno, puntualizo. No todo el deporte. Porque el aeróbic, el pilates, el yoga, parece que nos pegan más. Pero ¿fútbol, baloncesto, rugby, karate…?

Si pensamos en las primeras, son actividades que pueden considerarse más “pasivas”. No en el sentido de que tengan poca actividad (siempre recordaré las agujetas increíbles que aparecieron después de la única clase que hice de algo parecido al aeróbic), sino en el sentido de que no tienen connotaciones de agresividad. Son más “amables”, más “tranquilas”. Incluso asociadas con “lo espiritual”. Son… ¿más “femeninas”?

Sin embargo las segundas pueden entrar más fácilmente en la categoría de agresivas: la estructura es un equipo contra otro (por tanto “confrontación”), es chutar, es pegar, es lanzar, es la euforia del equipo que marca un tanto al contrario… Creo que esto resulta muy significativo en cuanto que deja entrever que la agresividad no es cosa de chicas (pero sí de chicos).

El sacar la agresividad a las mujeres nos cuesta horrores. Incluso en situaciones en las que requerirían violencia. He estado en cursos de autodefensa feminista, y muchas mujeres presentan un bloqueo brutal en el momento de tener que golpear. ¡Y estoy hablándoos de pegarle a palos y escudos! A muchas nos entra (y me incluyo) la risa floja, pegas pero “flojito”, cuando lo que interesa es sacarlo todo fuera y practicar por si realmente necesitas defenderte en alguna situación.

Obviamente esto responde a lo que nos hemos referido tantas veces por aquí: la división de roles, cómo nos educan, qué valores nos inculcan… Y siempre volvemos al mismo punto. Las mujeres: lo pasivo, lo bonito, lo que no confronta. Los hombres: lo activo, lo bruto, lo agresivo.

En el mundo de la televisión nos lanzan el mismo mensaje: esto es cosa de hombres. Si no es para adelgazar o para “conectar con la mente” (como es el caso de las disciplinas que he comentado o similares), no es cosa nuestra. Que oye, que no me parece mal, que cada una haga deporte por las razones que le parezcan.

Pero parece que no podamos hacer deporte por el mero placer que nos provocan las endorfinas al practicarlo y para sentirnos más saludables (que no más delgadas). Y eso de dedicarnos profesionalmente al deporte en equipo, ni hablemos. Lo que significa que no se nos tiene presentes; no somos visibles.

El mundo del deporte es uno de los más machistas que existen hoy día. No sólo porque solamente se le dé relevancia al deporte escrito en masculino (porque no, no me creo que un partido con mujeres sea peor), por lo tanto para las mujeres queda en cierta manera vetado; sino que además cuando aparece una mujer en torno al mismo, es inmediatamente sexualizada.

Recuerdo la polémica del 2011 con los uniformes de las jugadoras españolas de baloncesto. Me parece a la par sorprendente e indignante que se esgrimiera desde la misma FIBA, el argumento de que haciendo que los uniformes fueran más ajustados, se potenciaba el deporte femenino… Digo yo si una manera de potenciar el deporte femenino sería comenzar a darle más relevancia, ofrecer las mismas posibilidades que a los hombres que se dedican a ello y demás. Además, si esa medida potencia el deporte, ¿por qué no les ponen pantalones de lycra a ellos?

Otro caso más reciente, el de Eva Carneiro, fisioterapeuta del Chelsea también es muy representativo del lugar en el que nos ponen. En el momento en el que esta profesional saltó al campo para atender a uno de los jugadores, twitter se incendió con comentarios bastante alejados de su papel profesional. Porque claro, Eva Carneiro estaba cometiendo una grave falta: ser mujer, y guapa. Y parece que eso justifica que los comentarios se extendieron fueran todos respecto a lo “buena que estaba”. ¿Y cuándo ha sido viral en twitter el hecho de que un fisioterapeuta hombre y guapo saltara al campo? Nunca. Vale.

Todo esto (y tantísimos otros casos) es otra manera de desprestigiarnos, de no tomarnos en serio. Poniendo en relevancia que importa más, ya no nuestro cuerpo en sí, sino la sexualidad -una sexualidad solamente centrada en el deseo masculino- que nuestra profesionalidad. De volvernos a decir que no es nuestro lugar.

Ah, se me olvidaba. Que no es cosa nuestra.

 

1 Comentario

  1. hey Irene, me encanto el post, concuerdo totalmente, gracias por tus aportes a la pagina, me dan ideas, me hacen crecer y me ayudan a abrir un poquito mas la mente, divertirme y de paso ponerle a los chicos y chicas un tema diferente a lo bueno que esta el sexo contrario
    PD: me encanta discutir este tipo de cosas aunque no mas que sus post (y tener buenos argumentos como los tuyo para justificarme)
    espero mas publicaciones de este tipo, se viene el mundial y me encantaría seguir leyendo sus post
    en fin un beso y un abrazo desde Colombia :*

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