Hombres, lenguaje y feminismo

Una lectora nos pregunta acerca de la relación de los hombres con el feminismo y si el lenguaje que empleamos es sexista. Aproximamos una respuesta.


Ilustración: Daniela


Hola queridas amigas de Proyecto Kahlo. Me he tomado el atrevimiento de escribirles sobre una temática que no es la de los deportes. Es que ha nacido en mi una duda respecto a una discusión. ¿Cuál es el problema de un hombre en autodenominarse FEMINISTA? Esta temática ha salido en mi facebook entre dos compañeros universitarios. ¿Se sienten menos hombres? ¿Acaso se ven menos representados en una palabra cuya raíz etimológica hace alusión a la mujer, porque históricamente fue un movimiento fundado por mujeres? ¿Todavía no se generaliza la idea de que FEMENINO y MASCULINO son construcciones sociales independientes de la genitalidad y que todos los hombres y mujeres poseemos características femeninas y masculinas?
¿O es acaso el mismo problema he visto presentado por muchas feministas, en varias ocasiones, respecto a los términos generalizadores de «TODOS» «HUMANOS», etc. pero desde su óptica? ¿Hasta donde la lengua nos incluye/excluye o simplemente son maneras de ver?

Saludos atentamente.

 

¡Hola M.!

Muchas gracias por escribirnos, nos alegra mucho que confiéis en nosotras para contarnos vuestras dudas.

Las dudas que nos planteas nos resultan muy interesantes, son temas candentes y que han dado lugar a muchas disertaciones y opiniones variadas. Siempre es un placer que nos lancéis retos como estas dudas :).

Desde mi punto de vista no veo ningún problema en que un hombre se autodenomine feminista siempre que comulgue con este término. Muchas veces, y sobre todo en movimientos de izquierdas, muchos se ponen la etiqueta porque «es lo que toca», pero sus prácticas diarias distan mucho de ser feministas. Yo creo que el feminismo es un término que engloba a los hombres en cuanto que el feminismo es una lucha de todos y todas. De nosotras surge la lucha, y nosotras hacemos mucho trabajo en este ámbito y se nos debe escuchar activamente y no invadir nuestro espacio, cosa que no podemos perder de vista. Pero ellos también deben cambiar si se pretende encontrar la pretendida igualdad. Su papel respecto al feminismo se resume muy bien en una frase de Kelley Temple:

«Los hombres que deseen ser feministas no necesitan un lugar definido dentro del feminismo. Ellos deben tomar el espacio que tienen dentro de la sociedad y hacerlo feminista».

Una manera de llevar esto a cabo es cuestionando y trabajando su masculinidad.

El problema que puede surgir de que un hombre «se sienta menos hombre» al denominarse feminista, tiene que ver con los mandatos sociales de la masculinidad. El replantearse sus características y estatus que le definen como hombre, supone cuestionar todos los valores que van asociados a la masculinidad: poder, dominancia, control. Y querer cambiarlos en pro de la igualdad (es decir, de la práctica feminista) significa abrazar otros más asociados a la femineidad: comprensión, emociones, vulnerabilidad. Estos segundos van asociados a «debilidad», a «niñita». Sabemos que no es así, que mostrar emociones y ser comprensiva no es en sí nada malo, pero las connotaciones sociales que cargan, hace que no sean conceptos fácilmente abrazables cuando se ha presupuesto toda tu vida que no debes ser así si quieres ser «un hombre de verdad» (en el caso de los hombres; en el caso de las mujeres nos cuesta abrazar «la agresividad» incluso cuando ésta es necesaria).

Es decir, el cuestionar las características de lo que se supone que debes ser puede generar conflicto, y en consecuencia la identidad de «hombre de verdad» se pone en entredicho. Pero precisamente ahí está la gracia, en cuestionar qué significa ser «un hombre de verdad» y construir al hombre que se quiere ser, aceptando sin prejuicios características supuestamente femeninas que lo que hacen es dar otra dimensión y construir a quien las acoge, como persona completa y compleja.

Todo esto que te digo señala precisamente lo que tú dices: la idea de que «lo masculino» y «lo femenino» son construcciones no está tan generalizada como nos gustaría. Generalmente las características asociadas a hombres y mujeres son naturalizadas, no cuestionadas, y asumidas una y otra vez como lo normal; con las injusticias y mandatos que se cargan al asumirlas como «lo que toca».

El tema del lenguaje es otro temazo. En el caso de lo que proclamamos desde el feminismo de «lenguaje inclusivo» muchas veces es manipulado y malentendido. El lenguaje como herramienta de comunicación que es, no surge de la nada, y cómo lo utilizamos no es ni mucho menos de manera neutra. El lenguaje que utilizamos es androcéntrico. Hasta el punto en el que he visto cosas tan absurdas como vídeos que hablan de cómo ponerse la copa menstrual y comenzar diciendo «Hola a todOs». Y en este caso (como en tantos otros) es un mal uso del lenguaje, pero esto no se señala.

Se supone que reclamar un lenguaje inclusivo es estropear el lenguaje, pero no tiene por qué. Es importante que se incluya a las mujeres en el habla; por tan sencillo motivo como que, como ya sabemos, lo que no se nombra no existe. Utilizar el masculino plural presupone que las mujeres nos tenemos que sentir incluidas en él; y yo me pregunto: ¿por qué no es al revés? ¿Por qué no es el femenino plural el que los englobe a ellos? Porque el lenguaje se ha construido dentro del patriarcado, dentro de la ideología social de que lo visible, lo público, la norma a seguir, son los hombres; las mujeres siempre hemos estado más en el ámbito privado, subyugadas, sin voz ni voto. Y esto se refleja en el lenguaje: el mundo tiene voz masculina.

Se supone que utilizar el masculino plural incluye a la generalidad del público, y que es lo correcto. Pero ¿por qué es lo correcto? ¿Porque siempre se ha hecho? El lenguaje está vivo en cuanto somos las personas las que lo usamos. Y si lo podemos usar de manera que sea inclusivo, será un paso más hacia la visibilización de las mujeres.

Un abrazo bien grande, y ya sabes, si tienes cualquier otra duda o cuestión que plantearnos, estaremos encantadas de leerte y contestarte :).

Irene

 

3 Comentarios

  1. piperina

    muy interesante la pregunta, o preguntas mejor dicho y también las respuestas. Respecto al tema del lenguaje, además existe la manía de hacer siempre la burla, como si fuera la cosa más ridícula del mundo cuando se plantea, lo cual me da mucha rabia. Yo comprendo que a veces por simple costumbre o cuestiones de economía del lenguaje se use el lenguaje inclusivo, porque al haber en castellano diferencia de géneros gramaticales la verdad es que se haría hasta un poquito pesado que en cada palabra hubiera que mencionar a ambos géneros y tampoco vamos a pretender ahora que se cambie el idioma y a partir de ahora el lenguaje inclusivo sea en femenino, por ser realistas más que nada. Pero bueno, que para introducir vocablos tipo «wharsappear»y aprendernos impronunciables nombre de futbolistas extranjeros, para eso sí que somos todos muy flexibles…

    Bueno solo quería aportar mi opinión aunque es básicamente la misma que la vuestra, porque me ha parecido muy interesante el tema, un saludo y enhorabuena por el blog! (lo descubrí el otro día y me he enganchado)

  2. Hola Fridas! Me gustaría saber la fuente de la cita de Temple … estoy haciendo un ensayo sobre el tema y me encantaría citarla. Gracias! Excelente artículo, son mis favoritas del mundo entero!

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