Una mirada crítica acerca la «credibilidad» de los medios de comunicación hoy en día y el curioso lugar de los espectadores.
Los medios de comunicación están en crisis. Y no es una crisis menor. Es una crisis que nos atraviesa como individuos. Antes, el periodismo era cosa de pocos, era una tarea responsable, artesanal y trabajosa, suponía formación y ética. Sobre todo ética. Hoy el periodismo se cuenta en caracteres de twitter. El periodismo serio, especifico, que busca trasmitir realidades, que se interioriza de los hechos antes de escribir sobre los mismos, que se actualiza constantemente, es el que hoy está en crisis.
Además, los periodistas deben lidiar con las redes sociales. Noticias en 140 caracteres, canal en youtube “porque ahora la gente lee menos y mira más videos”, audios y versiones simples, descriptivas y trágicas de los hechos donde la figura del responsable esta siempre afuera.
Hoy, los medios de comunicación están manipulados. Mienten. ¿Por qué mienten? Por ideología política/religiosa, por negocios, por conveniencia o quizá, por que las personas consumimos esas mentiras. Incluso, mienten por la misma competencia que los medios de comunicación generan. Ya no importa trasmitir la realidad, sino tener más puntos de rating que la competencia.
La opinión pública está en la mano de pocos, y no porque no haya libertad de prensa ni de consumo. La información es manoseada, sutilmente cambiada, datos erróneos, sumisiones, encabezados confusos, y nadie miente. Simplemente omiten detalles de la cuestión, o la cuestión misma. Si algo no se nombra, no existe parafraseaba Foucault.
Hoy el periodismo es amarillo. Es editorial. Es cierto que cada sujeto puede percibir un mismo acontecimiento de un modo distinto, que no todas las opiniones pueden ser objetivas y parecidas, pero lo que hoy sucede con los medios de comunicación es otro caso. Excede la diferencia de criterios o perspectivas. Seamos realistas: los periodistas son siervos que sirven a un chancho, al cual llaman amo o director. Quienes se sientan detrás del escritorio grande de los medios de comunicación no son periodistas, son empresarios, gente de negocios. La información rinde y cotiza en dólares, es un bien más de la bolsa de mercados. Hoy, los medios de comunicación son máquinas de producir dinero y no de contar verdades.
¿Podemos exigirle al espectador que busque información por su cuenta? Seria pedirle que abandone sus 10 minutos de “noticias del día” para que se dediquen a salir a la calle (al mundo) y corroborar por sus medios si vivimos en paz o en guerra. Es pedirle que piensen por si mismos, que dejen de permitirle a los medios de comunicación que piensen por ellos. Una persona promedio crece y vive pensando que su vecino es un asesino (o terrorista, o ladrón, o una excelente persona). No sabe el nombre de su vecino (sea un país, una tribu, una comunidad, o una persona) pero sabe lo que los medios le quisieron hacer saber. El periodismo actual crea historia, y es esa la única historia que consumimos. Nos saturan de información porque saben que cualquier hueco de silencio, nosotros podríamos pensar.
Nuestro lugar como televidentes se resume a ser meros espectadores pasivos. Y no solo eso, lo peor es que desde nuestra pasividad somos cómplices. Por ejemplo, con el terrorismo estadounidense en medio oriente. Vemos las fotografías obscenas de los niños muertos, condenamos a ciertos políticos y pasamos rápidamente a la nota del caniche toy bailando la macarena. Somos el voyerismo en su máxima expresión.
Quizá no sea tan necesario prestar atención a los medios de comunicación, sino comenzar a mirar el mundo que nos rodea. Los detalles de nuestra cotidianidad nos pueden decir mucho más que cualquier índice de desempleo, de devaluación o de mortalidad infantil.
Nosotros nos cansamos de conocer el mundo a través de una pantalla de televisión y hace unos años que decidimos viajar por el mundo a fin de conocerlo. Y mientras los medios se empeñan en hacernos creer que vivimos en una gran guerra mundial, nosotros descubrimos que el mundo es un lugar hospitalario. Aquí convivimos 7000 millones de personas con miles de religiones, costumbres, intereses y dialectos; y eso no es noticia en ningún medio.
4 Comentarios
Esta nota para mi es de las mejores que he leído en este blog, todas son interesantes e invitan a la reflexión pero esta ha sido la más completa, critica y reflexiva. con la cual estoy totalmente de acuerdo, como bien dijiste, pasar de los muertos en Palestina a la nota amable es una forma grotesca de presentar las noticias y esto crea un aplanamiento en la mente de las personas haciendo que lo feo ya no se vea tan feo y lo bueno ya no se vea tan bueno. Solo tengo un detalle y es que al final tienes razón en proponer que el mundo de hecho es hospitalario, solo que no es correcto que digas dialectos ya que también son lenguas y mencionar dialectos es denigrar a la lengua indígena.
Hola Estrella, lejos de nuestra intención estaba denigrar a la lengua indígena. Al contrario 😉
Gracias por los piropos. Saludos!
Me gusta mucho que en este blog se pueda leer diferentes tópicos… La información puesta acá realmente sirve de algo en nuestras vidas, y en sí -cada vez que lo leo- sonrío porque sé que hay gente que le sigue apostando a hacer algo más crítico, más profundo, y que valga la pena leer fuera de los clichés que solemos ver en revistas, páginas de Internet y redes sociales…
Ahora… hablando acerca de la publicación, como estudiante de Comunicación Social no puedo estar más de acuerdo con lo que se alega, sin embargo, los medios SIEMPRE han actuado de esta manera… Los periodistas, editores, redactores y profesionales en la materia de medios saben que -dejando de lado los sentimentalismos- deben seguir líneas editoriales que tienen ideologías y maneras de proyectar la verdad según su conveniencia. Y es por eso que hoy día nos podemos cuestionar entonces dos cosas a partir de esto… ¿Será que los medios informan o desinforman a la sociedad?
Lamentablemente, queda de cada persona darse cuenta de la sociedad y la realidad en la que se desenvuelve… Un país con censura en los medios no cuenta a su público noticias con objetividad… más bien las oculta para simplemente complacer a un gobierno. No obstante, como receptores del mensaje, alejándonos de ser simplemente »pasivos», al ver una realidad latente que no se escapa del ojo humano, nos damos cuenta de que los medios no cumplen entonces con su papel principal, el cual debería ser el informar objetivamente a su público.
¿Cuál sería entonces el objetivo de los nuevos medios de comunicación si no informan al público? Simplemente ellos se encargan de alcanzar el objetivo mismo de poder establecer patrones de conducta en las sociedades, para generar a partir de ellos nuevas »necesidades» y producir mayor conducta de consumismo y formas de pensar… desde la publicidad -la cual siempre nos bombardea- hasta las nuevas series de televisión que tanto nos suele gustar. Además de ser los medios empresas organizadas con potencial económico indescifrable, ya que nunca se sabe cuánto dinero ingresa a ellos. Y como decía McLuhan, estos son los »gigantes tímidos» ya que sin darnos cuenta de su poder, por más insignificantes que nos parezcan, pueden cambiar a sociedades con creces.
Es por eso que los medios no son ese cuento de hadas de Disneyland que siempre nos pintan… todo lo que vemos está »fríamente calculado» y está allí por algo.
Wow, Alejandra! Lo dijiste mucho mejor que nosotros. Claro, ese es el fin: Alertar que nada es tan tan, ni muy muy.
Y es tanta la confusión que los medios generan (y en Argentina, ni hace falta aclararlo) que la gente ya no sabe que creer. Es cierto, la pregunta no debería ser ¿A quién creer?, sino más bien ¿Es posibe creer?
A seguir despertando conciencia. Comunicación Social es una carrera que nos ronda por la cabeza.
Saludos!