Este mes Frida ve cómo su relación llega a su fin mientras una nueva figura aparece en su trabajo. Que ambas situaciones sean para bien, dependerá de sus propias decisiones.
Al final, ayer no me dio tiempo a nada. Con las ganas que tenía de fin de semana, todo se torció. A ver si hoy, cuando llegue a la oficina y vea a Laura, se me pasan todas las penas. Voy a cerrar un poquito los ojos hasta la siguiente parada. Aún los debo tener rojos. Mierda de domingo. Los odio. Son tediosos, aburridos, interminables. Los odio casi tanto como a los lunes.
Y ahora esta máquina de café; cada vez sirve el brebaje más asqueroso. No doy con la clave: ocho, ocho botoncitos de azúcar, cortado. No es difícil; estúpida, dame mis cambios. Ah, ahí viene Pablo, ¿cómo puede sonreír a estas horas de la mañana, un lunes, con un tiempo del demonio, a finales de mes, con todo por cerrar? Es de otro planeta, como Clark Kent, estoy segura que detrás de esas gafas tan monas hay un superhéroe. Pero es un tirillas, no está mazado. Simple mortal, como todos.
Voy a wasapear a las chicas, y a decirles que Laura está superbien con sus nuevas tetas, que no es nada escandaloso, pobre Sara, se va a llevar un chasco, y que la camisa blanca que le compramos para pedirle disculpas por ser tan petardas, le queda increíble. Y le pienso decir a Maca que no se suba las suyas, porque aunque no tiene las mejores del grupo, son preciosas y han alimentado a sus tres niños. Ay, no, Sonia a la centralita, a ver qué quiere ahora. Yo esta tarde no puedo hacer recados, tengo que solucionar lo mío primero. Hemos quedado a las siete en mi casa y tengo que llegar a tiempo, porque dudo mucho que hoy, precisamente hoy, venga a buscarme.
Cuando lo oyes es mucho peor. Llevo casi un año detestando tener que recoger las copias que imprimo en ese cuartucho infecto, pero desde ahí se cotillea la sala del café que es un primor. Laura contándole a Pablo lo mío con Roberto: casado. Casado, casado. Es lo único en lo que puedo pensar. En el wasap de Sara, cuando salía del cine abrazado a una mujer y un crío en una sillita. Qué gran foto, no necesitaba ni pie. De repente estaba todo clarísimo, como decía Maca: él queda contigo cuando termina el turno, siempre; te lleva a los sitios más modernos, donde nadie os conoce, siempre; en ocho meses no habéis pasado ni un fin de semana entero fuera de casa; ese tío esconde algo, algo feo.
Encima les oigo decir que ya se olían algo, pero que estaba demasiado cegada y embobada para darme cuenta, que me había olvidado de mi parte práctica y analítica. No, Laura, yo no he tenido esa parte jamás. Se me da de maravilla quererle porque es maravilloso y me lo ha hecho pasar increíblemente bien, eso es todo. Pero ahora es un sinvergüenza, que me ha engañado, me siento utilizada, sucia, estafada. Jo, y encima me llega un email del Asqueroso para que se lo traduzca. A mí no me pagan por esto, estoy para pasaros las llamadas. Espero que no sea mucho, no tengo la cabeza para tonterías alemanas.
Sonia es increíble. Después de invitarme a comer, que no paga ella, que paga la empresa -así yo también sé ser generosa-, ratito que ha aprovechado para dictarme la lista de invitados para su fiesta de aniversario de este fin de semana, a ver qué se me ocurre de menú, algo sencillito, que sólo viene la familia… Cualquier día tengo que ir a cocinárselo yo, lo veo venir. Después de comer me suelta que le llame a un taxi, ese de confianza que viene muchas veces a buscarme, porque quiere que le lleven a una reunión muy importarte, como todas, que son vitales, en un hotel del centro, y necesita la máxima discreción. Pero, vamos a ver, punto uno: si necesitas discreción, por qué me lo cuentas, que a mí me importa un pimiento que vayas a acostarte con alguien esta tarde y punto número dos: por qué tengo yo que llamar a mi taxista de confianza, manda narices, de confianza, si no me apetece un ápice hablar con él.
¿Quién es esa que entra con Sonia? Lo que me faltaba hoy, no por favor, alguien nuevo no. Encima esta chica es monísima. ¿Pero de dónde ha salido, cuántos años tiene, dieciocho? ¡Parece que va a entrar en el despacho del jefe y se va a quedar con su asiento! Despídete de este trabajo, Morena, que acaba de llegar una rubia nórdica que te quita de donde estés con una sonrisa. Qué pelazo tiene la tía, ¿cómo es posible que sea tan lacio y con tanto volumen? Y mírale a Pablo, se le cae la baba, ha sacado su mejor sonrisa. Y ahora un wasap, a ver Laura qué quiere.
“Solo es n erasmus q an contratado x q les d clases de inglés a los d arriba, vendrá l y x. Se va n 3 meses” “Y sonríe, idiota, q crean q ests encantada d colaborar cn ella” “Como a Pablo no s le quite la cara d imbécil en dos segundos, s traga el movil”
1 Comentario
Me tome dos horas del trabajo para leer todos los capítulos, pero ha valido mucho la pena, pobre Frida ojala todo le marche mejor y bueno que también en muchas cosas nos sentimos identificadas. Besos!!!