Y marzo nos trae, ventoso, recuerdos de nuestra infancia y nuevas sorpresas con las que hacernos crecer. O seguir siendo eternamente párvulas. Vosotras decidís.
Abel, Sara y Marta, nuestra lectora más fiel, nos hablan de los libros que les vieron crecer, seguramente añadiendo su grano de arena para convertirles en las increíbles personas que son ahora. Gracias a los tres por ser tan fantásticos.
Título: 50 Cosas simples que los niños pueden hacer para salvar la Tierra
Autor: The EarthWork Groups
Editorial: Círculo de lectores
Precio: Incalculable
A esa tierna edad en la que tu principal problema es rodearte de peluches y que el monstruo no aparezca por debajo de la cama o de dentro del armario para asustarte, la palabra crecer en realidad significaba aprender, aunque en ese momento, para ti, la palabra crecer significara “poder hacer lo que te dé la gana sin que tus padres te molesten”. (A veces, muchos años después, esta afirmación puede seguir vigente).
Aprender: Adquirir conocimientos, acción inevitable que ocurre al comenzar a leer.
Seguro que todas nuestras lectoras y lectores recordaran con cariño algún libro en concreto de aquella época: “Alicia en el País de las Maravillas”, “Fray perico y su borrico”, “Historias de ninguno”, “El patito feo”, etc. Pequeños libros o cuentos que con sólo ver la portada te dibujan una sonrisa en la cara.
De todos aquellos libros que provocan en mí una reminiscencia de bienestar en mi sistema límbico, he elegido uno. Tal vez no el más entretenido (y eso que me gustaba mucho) pero sí posiblemente el que más me enseñó.
50 cosas que los niños pueden hacer para salvar la Tierra, es el libro responsable de mi obsesión patológica con no gastar agua cuando estoy fregando los platos. Un libro noventero, de esa época en la que se comenzaba a escuchar la palabra reciclaje por primera vez, se daban las primeras alarmas sobre los agujeros de la capa de ozono (recuerdo mi temor a morir abrasado) y el calentamiento global ya empezaba a no tener remedio.
Cada uno de los cincuenta capítulos del libro contaba con una breve introducción, una sección teórica y sencilla llamada “Tal vez lo sepas” y finalizaba con sugerencias de pequeñas acciones que los niños podíamos hacer para mejorar la Tierra, como fabricar compost casero, cortar las anillas de plástico de las latas o ahorrar agua al lavarte los dientes.
En la reseña de hoy, da igual que leas o no este libro, es probable que ni lo encuentres. Lo importante es esto: LEE y si tienes hijxs, procura que tus hijos lean. Que lean para divertirse, pero que también lean para aprender. Y lo más importante, busca un libro de cuando eras pequeño, sonríe echándole un vistazo y si alguna vez tienes hijxs, dáselo para que lo lea.
Y cuida la Tierra, sólo tenemos una. Abel
Título: El Principito
Autor: Antoine de Saint-Exupéry
Editorial: Salamandra
Precio: 6€, 0€ en tu biblioteca habitual
Seguro que muchos de nosotrxs asociamos El Principito con un cuento infantil pero ¿es en realidad una historia para niñxs?
El protagonista, un pequeño príncipe de otro planeta, decide dejar su hogar cansado de la tormentosa amistad que mantiene con una rosa. En su aventura, viajará de planeta en planeta y en todos ellos se encontrará con serios adultos, cada cual con su propia obsesión —poder, riqueza, trabajo…—.
Durante todo el relato, el joven protagonista se plantea, incesantemente, lo absurdos que son los adultos, intentando hacernos reflexionar sobre las grandes verdades que olvidamos al crecer —que podemos perder un minuto para disfrutar de un amanecer, que la belleza también se encuentra en lo corriente, que podemos dibujar si nos gusta aunque se nos dé mal—, y cómo decidimos sacrificar estos placeres para vivir por y para nuestras preocupaciones.
En resumen, El Principito es un “no libro infantil” en el que se tratan temas profundos como el sentido de la vida, la soledad, la amistad, el amor y la pérdida, y que nunca está de más releer de vez en cuando —lo cual no nos llevará más de una tarde— para obligarnos a meditar.
Advertencia: Este cuento no es apto para adultos que no vean al leer más que lo que está escrito. Sara
Título: Esther cumple cuarenta
Autores: Purita Campos y Carlos Portela
Editorial: Espasa
Precio: 0€ en tu biblioteca habitual
“¡Hola Chicas…! Me llamo Esther Lucas… Los días en que no voy a la escuela, me saco algún dinero extra repartiendo periódicos en mi ciudad…” Así se presentaba la heroína de mi infancia, Esther y su mundo, en la primera viñeta del primer número titulado Ya tengo 13 años.
La primera vez que leí un tebeo suyo yo tenía 3 años menos que ella y eso que empecé a leerlos bastante después de que viera la luz la primera edición. Ahora que Purita Campos, su ilustradora, ha decidido sacar una novela junto a Carlos Pontela, ¡tengo casi 3 años más que Esther! En fin. Cosas de la ficción. Grrrr
Pero una vez pasado el trauma de haber crecido más que Esther, he vuelto a disfrutar como cuando era niña de sus vivencias, sus reflexiones, sus relaciones con los amigos de siempre, la antigua enemiga, la familia, los nuevos personajes, y ese largo lapso que Esther no ha estado en mi vida ha desaparecido igual que cuando te reencuentras con una amiga a la que hace años que no ves y de la que no sabes nada pero en seguida os ponéis al día y es como si no hubiera pasado el tiempo.
Vale que ahora Esther es madre y “no divorciada”. Pero sigue siendo la misma Esther, cosa que Purita Campos ayuda a reforzar gráficamente intercalando alguna ilustración (para mi gusto escasas) entre las páginas de texto.
La música, por supuesto ochentera, también tiene un gran protagonismo tanto en la historia como en la estructura de la novela.
Y a pesar de ser una continuación de un personaje de hace muchos años, quienes no hayan leído antes ningún comic de Esther y su mundo no se van a sentir perdidxs en la historia de Esther cumple cuarenta. Marta
Por mi parte, os dejo aquí mi recomendación de este mes. Nos vemos el próximo número hablando de libertad. ¿Alguna sugerencia?
Título: La embriaguez de la metamorfosis
Autor: Stefan Zweig
Editorial: Plaza y Janés
Precio: 0€ en tu biblioteca habitual
Este libro me fue recomendado por un amigo que resulta ser adicto a la editorial Acantilado, que recuperó el texto y al autor, desde hacía años olvidado. Y como tengo una amiga bibliotecaria, que es una amiga que todo el mundo debería tener, pues se lo pedí y lo buscó. Y lo encontró y me lo dio.
Y no puedo estar más agradecida a cualquiera de ellos porque me descubrieron un mundo nuevo, Zweig, a quien dedicarme. Tal ha sido la impresión que la primera novela me ha dado. Más vale tarde que nunca.
Esta obra nos explica la experiencia de una no tan joven muchacha que vive en la Austria de entreguerras. Funcionaria de correos, un trabajo tan deseado muchas veces, la joven se asfixia en la mediocridad de las cuatro paredes de la estafeta y la humedad del cuarto donde vive con su madre enferma. Un telegrama que recibe en su oficina será el detonante del inmenso cambio que sufrirá cuando descubra los deleites y comodidades de la vida suntuosa.
No sólo la descripción del cambio de la protagonista, sino también la del ambiente (magistral), junto al trasiego de un mundo a otro, otorga a esta novela una sobresaliente calidad.
Acaso sea la emoción de haber descubierto un autor lo que me lleve a recomendar este libro a todo el que se me ponga por delante, no digo que no. Pero es que debéis leerlo para que creáis que os digo una pura verdad. MLuz
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