Las mujeres del cambio

Desde el domingo pasado me siento ilusionada, porque por primera vez creo que puede producirse un cambio para bien en nuestra sociedad. Tengo ilusión no sólo como ciudadana, sino como mujer; porque son tres mujeres las que lideran el cambio y la esperanza.


Ilustración: Kaysiell. Puedes seguir su obra en http://kaysiell.com/


Considero que es importante que otras mujeres lideren y gobiernen en mi país; pero no cualquier mujer sirve. No me refiero sólo a sus capacidades como política o gestora, sino a aspectos más profundos como su código ético, sus valores, o su defensa de las personas más desfavorecidas de la sociedad. Y, por supuesto, es fundamental para mí su posición respecto al feminismo y a los derechos de las mujeres.

En Madrid teníamos una alcaldesa, Ana Botella; pero ella no ha luchado por defender mis derechos o los de otras mujeres. Parecía estar más ocupada endeudando a mi ciudad para conseguir unos Juegos Olímpicos entre relaxing cups of café con leche in Plaza Mayor o haciendo declaraciones absurdas sobre peras y manzanas. Tampoco lo ha hecho Esperanza Aguirre, candidata a la alcaldía de la capital, con declaraciones como el aborto es un fracaso para la mujer o sus recientes declaraciones sobre posibles pactos mientras se aferra al poder con uñas y dientes. Ni Cristina Cifuentes, hasta ahora delegada del Gobierno en Madrid, que mandó a los antidisturbios a pegarnos palos por hacer un escrache frente al Ministerio de Sanidad contra la reforma de la Ley del Aborto. No, no quiero a mujeres en las altas esferas a cualquier precio.

Quiero mujeres capaces de liderar un cambio en el marco de la igualdad; mujeres conscientes del camino que queda por recorrer para desterrar al machismo de nuestra sociedad. Mujeres a las que les indignen los desahucios, la corrupción, la miseria a la que nos abocan nuestrxs gobernantes. Mujeres comprometidas y justas.

Siempre me he sentido muy decepcionada con la política de este país, y de hecho he de confesar que no voté en las últimas elecciones europeas. Una de las razones ha sido que no he visto iniciativas que tuvieran en cuenta a los movimientos sociales; entre ellos, el feminismo. La lucha feminista se hace desde la calle, con mujeres anónimas, pero no en los despachos de los Ministerios. Esa era mi impresión. No quiero con ello desmerecer a las mujeres, que las ha habido, que desde las instituciones han luchado por nuestros derechos. Pero si pensaba en mujeres poderosas, siempre me venían a la cabeza malos ejemplos: las citadas Aguirre, Botella y Cifuentes; Rita Barberá, Margaret Thatcher o Angela Merkel. Mujeres que, no sólo obviaban la lucha por la igualdad de género, sino que eran representantes del capitalismo más salvaje y sin escrúpulos.

Y de repente, en estas elecciones, me encuentro con mujeres maravillosas, dispuestas a luchar desde los Ayuntamientos o las Asambleas Autonómicas por los derechos de todos. Y de todas. Mujeres como Manuela Carmena, que lleva luchando desde los tiempos del franquismo para defender la democracia y las libertades; como Ada Colau, hablando a las claras sobre el capitalismo patriarcal y frenando desahucios, o como Mónica Oltra, expulsada durante un mes de las Cortes Valencianas en una sucia maniobra por señalar la corrupción que desborda a la Comunidad Valenciana.

Estas mujeres sí me representan. Porque de verdad creo que no van a parar hasta cambiar las cosas, y porque no serán marionetas del sistema patriarcal. Van a alzar la voz por todas nosotras, por las más desfavorecidas. Por esa anciana que cobra una mísera pensión, por esa chica joven que está en el paro, por esa mujer que decide abortar. Por ti. Por mí.

Puedo decirlo más alto, pero no más claro: no quiero a mujeres en puestos de poder si esto significa que le van a seguir el juego al patriarcado y al capitalismo salvaje. No quiero Aguirres, Botellas, Barberás o Thatchers. Yo quiero a Ada, a Manuela, a Mónica. Gracias por devolvernos la ilusión y las ganas de seguir en la lucha.

 

2 Comentarios

  1. Ahora lo he leído. Hacen falta muchas mujeres como ellas. Están ahí, solo hace falta que comiencen a surgir para que el cambio sea real y no se quede en simples palabras como ha ocurrido en otras ocasiones. Tengo plena confianza en estas tres mujeres porque me han demostrado con sus hechos su sapiencia, su igualdad y su humildad.

    eestaptres mujeres

  2. Hay un cambio, uno que se esta desarrollando lentamente en toda la sociedad. Se nota en la ilusión de la gente, y también en los indignados capitalistas y conservadores que alzan ahora el puño por las redes sociales, e incluso intentan manifestarse. Ellos saben mejor que nadie que las cosas no van a volver a ser como eran, notan como el suelo tiembla bajo sus pies, y eso es bueno. Es bueno no porque les desee algún mal, que en absoluto, sino porque significa que esa sociedad jerárquica que tanto admiran es posible que pueda desaparecer, aunque sea un mínimo, para dar pie a un mundo más justo para todos. Yo de verdad lo espero.

    Un abrazo fuerte =)

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