El precio de ser libre

Una frida nos cuenta cómo la libertad de las mujeres es constantemente juzgada, criticada y relacionada con la palabra puta.


Ilustración: María B.


En la tienda, parada frente al espejo, me miré y pude sonreír; pude reconocerme en mis defectos y virtudes; aceptarme en esencia y gritar, gritar y gritar. Como por reminiscencia, mientras compraba un nuevo vestido, recordé aquel tiempo en el que temía mostrar mis piernas: me daba terror porque me asustaba que la gente pensara que yo era una puta.

«¡Pero mira!, ¿cómo se atreve a usar esa falda tan corta?», «¿cómo se visten así?, ¿acaso no tienen decencia?»

Eran la clase de cosas que yo solía escuchar cuando era pequeña y, sin desearlo, esas ideas echaron raíz en mí. Vaya suerte crecer en una sociedad tan jodida y llena de prejuicios.

La verdad es que pasaron años para que yo me atreviera a usar alguna falda o vestido sin medias. Mientras tanto, iba creciendo, y también me fui percatando de que la gente juzgaba a la mujer cual inquisidor; me percaté de la guillotina que nos ponían en el cuello desde el día en que nacemos y pude sentir los grilletes apretándose cada vez más en mis tobillos.

¿Pero qué pasa? Me preguntaba. Ya no usaba falda, y aun así me seguían juzgando como puta: puta porque hablo con un hombre, puta porque río muy alto, puta por tomar la iniciativa, puta por besar a la persona que me gusta, puta por no ir a la iglesia, puta por esto y puta por aquello, puta por todo y puta por nada. Fue entonces cuando el cataclismo me abrió los ojos: ya no podía seguir agachando la cabeza, ya no podía continuar en un círculo de falsedad absurda en el que yo intentaba ser y hacer lo que los otros veían bien. Ya no. Ya no más.

En aquel tiempo me miré al espejo y no me reconocí; estaba llena de inseguridades y me sentía la mujer menos atractiva del planeta (y ¿de qué otra forma me podía sentir cuando en todos los medios me decían que no era bonita si no me parecía a Megan Fox?).

Pero realmente estaba harta, muy harta. Sin embargo, gracias a ese hartazgo supe lo que no quería para mí: no quería seguir sintiéndome fea por toda esa bola de estereotipos vacíos que me imponía la sociedad, muy alejados de la realidad. ¡A la mierda con sus estereotipos! No quería dejar de usar la ropa que me gustaba por miedo a que la gente me juzgara, no quería ser una mujer adoctrinada sin poder de decisión, no quería ser una marioneta, no quería seguir vacía, etc. Si el precio por ser aceptada era negarme la libertad de ser yo misma, era un precio que no estaba dispuesta a pagar, era un precio muy alto a cambio de nada.

Si el precio a pagar por ser dueña de mi cuerpo y decisiones es ser una puta, entonces lo soy. Sí, soy una puta por amarme tal y como soy, soy una puta por no ser esclava de sus moldes superficiales, soy una puta por vivir mi sexualidad libremente, soy una puta por vestir como yo quiero, soy una puta por luchar por mis derechos, soy una puta por tomar las riendas de mi vida. Llámenme como quieran, puta está bien, porque también soy libre, soy mujer, soy…

Comprendí que no hay por qué temer a ser juzgadas. La gente nos juzga para llenar el vacío de sus vidas, la gente nos juzga por ignorancia, nos juzga porque ellos también están llenos de miedo… ¡Liberemos nuestras cadenas! A nosotras nos queda seguir luchando por demostrar que somos más que un término empleado con el fin de insultar, somos más que un par de piernas, somos más que cabellos largos, somos mucho, mucho más: somos mujeres, y nos tenemos que sentir orgullosas de ello.

Si el precio que debo pagar por ser libre es ser llamada puta, entonces díganme ¿a nombre de quién pongo el cheque?

X

Anahí G.Z (19), México.

https://mexicoaldesnudo.wordpress.com/

7 Comentarios

  1. Pingback: Feminismo/Machismo III | Pearltrees

  2. Karina fernandez

    Quisiera contactar a la autora de este hermoso texto. Soy actriz y quisiera tratar sobre violencia de genero y este post es muy bueno!

    Gracias!

  3. Karina fernandez

    Me gutaria contactar a la chica que escribió esto, soy actriz y me gusto mucho el texto…deseo emprender un proyecto teatral y como tema puntual quiero hablar sobre la violencia de genero.

    Gracias de ante mano

  4. Todo iba bien hasta que leí «sentirnos orgullosas por ser mujeres». Por lo que uno debe sentirse orgulloso es por los logros personales y aportes positivos a la sociedad.

    • Yo pienso que ser mujer si es razón suficiente para sentirse orgullosa, y va de acuerdo al tema del texto, obviamente también las cosas que hacemos, nuestros logros, son para sentir orgullo. Esta parte u oración creó que va enfocado a decir algo así como «no te sientas menos por ser mujer, como si fuera algo malo, como si tuviéramos algo de que avergonzarnos y ocultarlo, como si valieramos poco,claro que no, al contrario es algo que aceptamos con gusto, algo que es digno de respeto, ser mujer es algo que vale y por eso te puedes sentir orgullosa». Va en el sentido de que la mayoría de la población femenina se desvaloriza, somos atacadas constantemente con estereotipos y prejuicios que a veces inconscientemente nos sometemos a ellos, como si nosotras no pudiéramos elegir lo que nos parece bello, por ejemplo, como si nuestra idea de belleza no fuera válida y por ello debiéramos seguir la que nos imponen, es decir nuestra opinión es tan débil que mejor no la expresemos, pero ¿por qué? Acaso… nos avergonzamos? No, hay que valorarnos y así sentir orgullo de nosotras .

  5. En este mundo donde la opinión de los demás debe importarte si quieres ser señorita yo renuncié a serlo. Que importa si te dicen puta? encontrarse guapa todos los días, ponerte encima lo que más te gusta, tirarse encima de ese hombre que te alborota entera y darle todos los besos que quieras… y lo que quieras c:
    Esa plenitud y coherencia con los sentimientos de una no tiene precio.
    Y de tomarse unos tragos, bailar y alborotarse pero seguir siendo una buena muchacha. Como Mujer Borracha, no sé si la conozcan, acá en Chile tiene chorrocientasmil seguidoras y seguidores en su fanpage «Historias de una mujer borracha», una pequeña rebelión para defender nuestro derecho a pasarlo bien, muy bien 😀

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