Romper con el consumismo

Elo reflexiona sobre la ruptura que ha experimentado con el consumismo: cuando menos es más.


Ilustración: Javitxuela


Nunca he tenido grandes cantidades de dinero para poder gastar sin preocuparme. Esto, que en principio puede parecer una desventaja, en realidad me ha hecho descubrir que puedo ser feliz con poco. Y, creedme, esta es una de las lecciones más valiosas que he podido aprender en la vida.

Hace poco leí una frase que decía: si crees que eres libre, prueba a ir a cualquier lugar sin dinero. Creo que es muy acertada y expresa con total claridad la esclavitud a la que nos somete el vil metal. Pero, en mi opinión, aún quedan pequeños reductos de libertad que nos pueden hacer felices con poco o nada de dinero de por medio. Además, incluso cuando me quejo por no tener trabajo y disponer de muy poco dinero, pienso que sigo siendo afortunada porque tengo un techo bajo el que vivir, ropa con la que abrigarme, comida en la nevera. Y eso es mucho más de lo que un montón de gente tiene.

A veces no nos damos cuenta de los muchísimos privilegios que tenemos. Ahora mismo estoy cómodamente en mi casa, escribiendo este artículo en un ordenador mientras me fumo un pitillo. Sí, hasta para vicios tengo. ¿Y aún así me quejo? Si me quejo es porque el sistema en el que vivo me ha hecho creer que para ser feliz, debo consumir sin parar. Y mi experiencia es que las cosas son, simplemente eso, cosas, que no tienen valor por sí mismas, y que al final nos hacen sentir vacíxs. Si me pongo a pensar en las cosas más valiosas que poseo, la mayoría no son materiales, son personas, sentimientos, actividades. Y las que sí son materiales, son cosas como el oso de peluche que conservo de mi infancia, las notitas que me escribe mi chico y que tengo colgadas en nuestro dormitorio, esa bufanda que me cosió mi abuela o una foto que me hace recordar a mis amigxs. Esas cosas son las que tienen verdadero valor para mí y no la tele, el ordenador o el mp4.

¿Qué cosas me hacen feliz y para las que no necesito dinero? Un paseo, una buena conversación, el sexo, los abrazos, los besos… Las cosas que realmente importan. Y además, tener poco dinero nos vuelve creativxs, porque empiezas a pensar cómo suplir con lo que sabes hacer aquello donde usarías dinero si lo tuvieras.

Algo que me encanta es hacer manualidades para regalar: marcos de fotos, llaveros, postales… Recuerdo que a una amiga le hice una especie de cuaderno lleno de recuerdos sobre momentos que habíamos vivido. Sé que lo guarda como oro en paño porque le recuerda a mí. Creo que eso vale más que el regalo más caro de toda la tienda. Es cierto que a veces me da rabia no poder corresponder a los demás con cosas materiales que sé que les podrían hacer ilusión. Y que me ha molestado quedarme fuera de planes con mis amigxs por no tener dinero. Claro, a todo el mundo le pasa en mayor o menor medida. Pero según pasa el tiempo te das cuenta de que no importa si en vez de ir a una cena sólo puedes tomarte una cerveza con tu gente. Porque el sentimiento, las risas y los recuerdos van a ser igual de buenos.

Mientras pueda seguir riendo, caminando por un parque, mojándome bajo la lluvia en un día de tormenta o abrazando a la gente que quiero, seré feliz. Y no importará que mis deportivas sean las más baratas de la tienda o que tenga que hacer una comida en casa porque no puedo salir a un restaurante. Porque si hay cariño, y ganas, el dinero sobra.

5 Comentarios

  1. luis ampuero

    Es significativo cuando reflexionas del que soy.que quiero ycon que .es muy sustanciosa tu escrito para ser libre por lo menos un momento

  2. Claudia Rey

    Gracias, ya somos más los que pensamos así. Disfruto cada día de lo más valioso, un beso, un abrazo, un te amo de mi esposo, una llamada de mi amiga, cuando hago sonreír a alguien. Una frase dice: «Las personas son para amarlas, las cosas para usarlas». Saludos a todos. 🙂

  3. Interesante artículo, me encanta como poco a poco vamos llevando al consciente lo que realmente importa, si bien es cierto que vivimos en una época consumista, también es cierto que tenemos libre alberdrio, no podemos culpar todo el tiempo al sistema, somos responsables de nuestros actos, y como lo mencionas en la cita, la libertad va más allá de simples palabras, para obtenerla hay que experimentarla y quizá el primer paso sea hacernos conscientes de quienes somos, qué deseamos, y qué necesitamos, en este sentido no se trata de caer el lo que nos han echo creer que necesitamos, sino la realidad de nuestro ser, de nuestra vida, y es que echemos un ojo, en mi México hermoso pareciera que vivimos en abonos, y que sentido tiene estar endeudado, deber, o trabajar para obtener algo material o un status, eso no es calidad de vida, recordemos vivir, y vivir conlleva ser feliz, disfrutar, gozar, experimentar y crear, con lo otro atraemos mal humor, enfermedades, problemas, miedos, dejamos de ser quienes somos para ser quienes nunca nadie nos pidió que fuéramos pero que creemos necesitar ser para formar parte de un grupo.

  4. Excelente! con permiso digo que tus palabras son una pieza de alusión a lo que describís! Me sentí muy identificada, creo que es porque a veces nos viven poniendo reglas de cómo se debe vivir en vez de enseñarnos a vivir no? Nos dicen que es lo que tenemos que saber y no nos enseñan a entender y comprender. A veces uno piensa tanto en uno mismo que hasta cuando alguien muere somos egoístas y lo queremos seguir teniendo con nosotros. A veces inclusive lo material no nos deja ver que todo tiene un fin y en ese fin de nuestra vida nada de eso se queda, nosotros pasamos a ser un recuerdo en las personas. Yo creo que las personas como vos se hacen de otras personas que le enseñaron a vivir y comprender el mundo y creo profundamente que quien comprende y busca vivir y crea cosas como este mensaje tuyo son gente valiosa. Ojala se sigan expandiendo estas ideas! Lo material debería ser sólo de subsistencia y el resto es lo que le da el sabor y la esencia de lo verdaderamente importante de cada día. Eso es el sentido de vida no? Saludos!

  5. CrmnLbrd_06

    Buen artículo, me ha removido los sentimientos, me hizo recordar a mi madre que siempre me enseñó que la cosas mas hermosas de la vida son gratis.

Navegar

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies