«¿Hay un continuo entre el machismo y el feminismo?». «La presencia de mi ex, que abusaba de mí, sigue estando presente». Vuestras dudas respondidas por nuestro equipo.
Hola (de nuevo). Tengo una duda que no logro resolver: se puede no ser «feminista ni machista»? ¿O eres feminista eres machista? ¿Es un «sí o no»? ¿Es un continuo? ¿Puedo ser más feminista que machista? ¿En qué punto soy feminista si es que es un continuo?
¡Sí, muchas preguntas! Y no tengo con quién discutirlo, ojalá puedan ayudarme.
Abrazos.
Hola C. :).
Muchas gracias por volver a confiar en nosotras.
La pregunta que planteas es interesante. En el binomio machismo-feminismo es una imposibilidad la postura de estar «en medio» porque posicionarse en uno implica la negación de su contrario. Y no ser «ni machista ni feminista» implica una no-acción total respecto al mundo y las personas. Este no-hacer, no-pensar, no-sentir es la única posibilidad de no ser ni machista ni feminista, pero precisamente porque implica un no-ser en las personas que es impensable.
En la sociedad en la que vivimos no posicionarse como feminista -a nivel de acción, de pensamiento, no necesariamente una identificación con el término «feminismo»- implica ser machista, sencillamente porque vivimos en una sociedad patriarcal y los valores imperantes surgen de este patriarcado que considera a las mujeres ciudadanas de segunda. Otra cosa son los grados de intensidad con los que una persona pueda ser machista, y es que hay gente que lo es sencillamente porque no se ha planteado jamás los mensajes sociales, y hay otra gente que lo es a sabiendas, que consideran a la mujer un ser inferior sin ningún tipo de duda, que asumen los mensajes patriarcales como verdades y son conscientes de que lo asumen así.
Creo que cualquier persona que no piense con valores feministas, que no se plantee los mensajes patriarcales, cae en un machismo por omisión: si no asumes valores feministas en una sociedad que es intrínsecamente machista, tu pensamiento será machista. Aunque no seas consciente de ello.
Te mando un abrazo grande, para cualquier cosa aquí nos tienes para tratar de discutir todas tus dudas ;).
Irene
Hola me llamo S. y soy de Madrid, y no sé cómo, pero encontré está página por casualidad. Al principio empecé leyendo algún articulo que me resultaba muy interesante pero al final he acabado enganchada leyendo todo tipo de cosas, aprendiendo, y me ha ayudado mucho leeros puesto que me he visto reflejada en muchas historias y eso ha hecho que se me abra un poco más la herida, pero para curarse mejor.
Os escribo porque me gustaría haceros un resumen de mi historia y que me dieseis un consejo desde un punto de vista objetivo, puesto que llevo una temporada larga como en una especie de »bache», si puedo llamarlo así.
Con 18 años empecé a conocer a un chico que, al parecer, era encantador, atento, me apoyaba con los estudios (siempre he sido muy exigente con los estudios, me gusta aspirar a lo alto), me hacía reír… Vaya, lo que se dice un chico perfecto y claro, nunca me habían tratado así y caí enamorada cual tonta.
Poco a poco fueron surgiendo problemas o como me dijo mi madre en su momento, el lobo enseñó la patita. Pero yo estaba tan ciega que ni lo veía; el primer ejemplo fue que en verano nos fuimos juntos a la playa yo con mis mejores amigas y él con los suyos. No sé qué pasó allí pero se le cambió un chip, no quería verme. Yo siempre he sido una chica muy sociable y alegre, me encanta hablar con la gente y esa noche, en una discoteca, un chico que habíamos conocido se acercó a saludarnos. Mal momento en el que él me vio. No me dijo nada, simplemente me dejó un mensaje en el móvil diciéndome: »Tú por tu lado y yo por el mío».
En ese momento me hundí y amargué dos días enteros de nuestras vacaciones a mis amigas por pasármelo llorando , sin comer y arrastrándome cual oruga para conseguir que me contestase al móvil. Sin embargo, otra noche le cambió el chip y quiso estar conmigo y yo como tonta, más feliz que una perdiz. Este fue el principio, luego vinieron situaciones en las que me dejaba de hablar, no me contestaba al móvil y si estábamos en persona no me miraba a la cara ni me dirigía una palabra.
Otra fuerte fue cuando empecé la universidad, no le hizo mucha gracia porque decía que iba a conocer a más gente y yo le decía que sí, y qué pasaba, yo le quería y eso no iba a cambiar. Pero nada, no lo entendía, me decía que le daba paranoias sólo de pensarlo. Otra situación fue cuando empecé exámenes, soy una persona un poco insegura y me gusta preparármelo todo muy bien por lo que le dedico mucho tiempo al estudio, pero nada, tampoco lo entendía, sólo me decía si me parecía normal que llevásemos una semana o dos sin vernos. Yo la verdad que para eso siempre he sido muy mía , pienso que puedes estar perfectamente tiempo sin ver a una persona que tus sentimientos no van a cambiar .
En esta época empecé con ansiedad , no conseguía estudiar pensando en que le estaba haciendo daño y cada vez que me iba sintiendo peor conmigo misma. Él ese año comenzó a trabajar en un puesto de trabajo de un amigo de mi padre, al principio genial, estaba entusiasmado conmigo porque decía que nadie le había tratado tan bien, pero luego llegaron las quejas sobre el trabajo: »me tratan mal», »no es lo que yo esperaba», y yo eso lo digería como si yo fuese toda la culpable .
Lo peor fue, entre otras cosas que me ahorro por no ser una pesada, cuando asistí a su cumpleaños con sus cuatro amigos (yo dije que no pintaba mucho pero me convenció). Allí me mostré como lo que soy, sonriente , habladora y se ve que no le gustó porque al entrar a la discoteca me dejó de hablar, ni una mirada, le decía algo y no me contestaba, se palpaba la tensión entre los amigos. Lo más lógico de una chica con los ovarios bien puestos sería decir »hasta luego amigo» pero yo me quede ahí, humillada, pensando que había hecho mal.
A los dos meses me dejó por whatsapp diciéndome que se iba a Francia (al final no se fue) a ver una amiga de la que nunca me había comentado y ya ahí fue cuando más me hundí. La gente que me conocía decía que me había quitado un peso de encima enorme pero yo no lo veía, y me volví mas insegura, con más ansiedad, miraba sus redes sociales constantemente en las que él reflejaba que era feliz. Luego llegó su arrepentimiento y le dije que no, que ya no. En ese momento me hice una ola a mí misma pero luego llegaron los llantos, y volví arrastrándome y parecía que me hacía un favor.
Yo en esa época era un muerto viviente llorica , sentía que le quería pero que no podía estar con él y eso se lo dije. Y resumiendo el final, que no fue nada bonito, acabó la relación definitivamente diciéndome que le daba asco por haber jugado con él, cosa que no hice, me sentía mal conmigo misma y no supe llevar la situación.
A partir de esto la gente de mi alrededor me decía que no era la misma, estaba triste todo el rato, no reía, no me apetecía salir. Me convertí en una persona totalmente dependiente siempre de su aprobación y me dejé en el último lugar, junto con las personas que me quieren y me sugerían que me saliese de ahí. Me quité las redes sociales, él es una persona que publica todo, y empezó en octubre a salir con una chica (que ya había aparecido antes pero yo no le di importancia) mientras me hablaba por el móvil. A la chica la veo muchas veces y según me han contado son la pareja perfecta, mientras yo me he quedado con todo el dolor y un poco estancada.
Siento haber sido una plasta contando mi vida, pero me cuesta mucho hablar sobre mis sentimientos y al leer vuestra revista he visto que es un lugar idóneo para expresarse. Espero que no sea mucha molestia.
Miles de gracias y saludos.
Hola,
Gracias por tener la confianza de contarnos lo que estás pasando en estos momentos.
Comprendo que te sientas mal por haber finalizado una relación en la que inicialmente tenías mucha ilusión. En las relaciones como en muchas cosas de la vida, las cosas no siempre salen como una espera.
Las rupturas de las relaciones son procesos que nos pueden llevar a pasar un mal rato, pero todo depende de la actitud con que enfrentemos la situación. Creo que sabes, pero voy a recordártelo, que tu relación ya no era lo que tú deseabas que fuese, cuando una se embarca en una relación tiene expectativas, ilusiones y al inicio de éstas todo pinta bien, la famosa etapa del enamoramiento.
Pero luego de ello, las cosas empiezan a apreciarse con mayor objetividad y podemos ver a nuestra pareja e incluso a nosotras mismas como realmente somos y cómo estamos en esa relación. Es ahí donde empiezan las pruebas de fuego de las relaciones.
En tu caso había un abuso por parte de éste chico, aunque suene pesado, pero el hecho que una persona no quiera que te enfoques en tus proyectos personales, que chantajee emocionalmente y no te permita ser quién eres, eso es un abuso. No tienes porqué vivir algo así.
Creo que ya has dado el primer gran valioso paso, que es reconocer que no está bien depender de alguien y que te estás dejando de lado. Ahora es momento de hacer acciones para recuperar esa mujer que quieres ser. Céntrate cada día en las cosas buenas que tienes por hacer, las personas positivas que te rodean, date la oportunidad de reinventarte a ti misma. Suena muy cliché, pero creo que has salido librada de algo que no iba por buen camino y eso hay que agradecerse.
Te invito a que te preguntes: ¿Qué cosas hago por mi cuenta y suelen ponerme feliz? Las respuestas pueden ser las cosas más sencillas, pero verás que hacen la diferencia en tu día a día. Date mucha paciencia, cariño y anímate a ser quién eres.
Te envío un fuerte abrazo,
Hellen
3 Comentarios
¿Se podía ser buen alemán en 1939 sin ser nazi?
Muchas gracias por escribir esto, me ha sido de mucha ayuda.
Hola Jimena.
Qué alegre que te sea de ayuda.
Para eso estamos, para apoyarnos.
Saluditos 😉