Bailemos hacia la revolución

Ilazki reflexiona sobre las crisis como opción para crear alternativas al patriarcado, tal y como lo han hecho en muchas ocasiones nuestras antecesoras y lo siguen haciendo hoy en día.


Ilustración: Yolanda


Si los cambios son profundos […], y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución”, es parte de la definición de crisis que aparece en Wikipedia. Me gusta. No es la mejor fuente para buscar definiciones, pero lo he hecho por curiosidad y me ha gustado, así que me quedo con esta frase 😉

Las mujeres llevamos en crisis desde hace siglos: hemos estado vetadas a la hora de salir a la calle solas (es decir, sin que nos acompañe un padre o un marido), para poder formar parte de la vida política y social, para poder trabajar cobrando un sueldo mensual, etc. y, por desgracia, aún en muchos países no se ha conseguido cambiar estas injusticias y convertirlas en derechos. Y, aunque en algunos países pensamos que hemos avanzado (y sí, por suerte, algo hemos avanzado), siguen asesinando a mujeres día tras día, simplemente por ser mujeres. Esa sí que es una verdadera crisis. Es la punta del iceberg. No poder dejar una relación tóxica sin tener miedo, no poder volver a casa después de salir de fiesta con amigxs sin mirar atrás continuamente, no estar valorada profesionalmente de la misma manera que los compañeros de trabajo. Estas situaciones, y muchas más que ocurren a diario, nos pasan por ser mujeres. No hay otra razón para ello: simplemente, ser mujeres. Y eso, que se supone que vivimos en una sociedad “avanzada”, “democrática” y “libre”; al menos, eso es lo que nos dicen. Pero está claro que no es así, que la crisis de las mujeres sigue vigente: el patriarcado sigue trabajando para que las mujeres no podamos ser libres.

Aunque gracias a todas las mujeres luchadoras como Sojourner Truth, Annie Sprinkle, Olympe de Gouges, Simone de Beauvoir, etc o las que no son conocidas pero han sido tan luchadoras como las citadas: nuestras abuelas, las abuelas de nuestras abuelas, tías solteras, lesbianas, madres, transexuales, etc. Mujeres, cada una con su historia vital y las consecuencias de haber nacido en Italia, Namibia o Vietnam. Pero, aún estando en situaciones límite, lucharon y siguen luchando contra normas o tradiciones injustas, a favor del derecho a votar, del trabajo remunerado, del aborto libre, de la planificación familiar, a favor de los derechos sexuales, a favor del derecho al placer… a favor, en definitiva, de vivir libremente. Durante este camino largo y difícil, se han conseguido muchas cosas, pero, por desgracia, seguimos luchando día a día por ser libres, simplemente por eso.

Así que crisis hay continuamente: en un país, luego en otro, hoy en día mundialmente “gracias” a la globalización; crisis económicas, sociales, de cuidados, ambientales, de derechos, de relaciones de pareja, familiares, etc. Pero, hagamos cambios profundos y bailemos hacia la revolución 😉 Porque aunque sea cansado y totalmente injusto estar continuamente demostrando que podemos, que tenemos aptitudes y actitudes, que podemos decidir sobre nuestras vidas y cuerpos, estamos creando, entre todas, alternativas. Alternativas al patriarcado.

Si tantas mujeres a lo largo de tantos años, han conseguido retos inimaginables en la situación que estaban viviendo, nosotras, cada una en su lugar y teniendo en cuenta cada situación, seguiremos luchando por la libertad de nuestras vidas y cuerpos.

Tomar las crisis por oportunidades nos ayudará a darle la vuelta a la situación y encontrar una solución donde en sí hay un problemón. Tomemos un tiempo para reflexionar sobre las crisis que tenemos en este momento, sean de la índole que sean, y busquemos alternativas. En mi caso, llevo más de dos años en el paro y después de darle mil vueltas, pero ante todo, intentando no caer en el victimismo, decidí aventarme a la piscina y crear una agencia de comunicación con perspectiva de género junto con otra chica. No es fácil llevar adelante algo que estás creando, cambiando continuamente, intentando mejorar en cada proyecto con nuevas ideas y mejoras. La situación es cansada, pero muy enriquecedora y motivadora. Cada vez que pienso y miro unos meses atrás, me siento orgullosa de haberme atrevido a crear una alternativa a la situación, a crear algo en lo que creo totalmente y con lo que espero aportar mi granito de arena al cambio, a la alternativa.

Sigamos, entre todxs, bailando hacia la revolución.

 

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