Elo le escribe a su yo de la pubertad para hacerle ver que todas esas barreras que ella cree que le impone su físico no son tan reales como piensa.
Madrid, 1 de diciembre de 2015
Querida Elo:
Ya sé que estás en una edad muy mala, la del pavo; esa enfermedad por la que todo el mundo tiene que pasar en su adolescencia y que sólo nos trae quebraderos de cabeza. También sé que puede que no hagas caso de estas palabras porque estás en ese momento de la vida en el que desoyes los consejos por sistema y piensas que ya eres mayor y lo sabes todo. Pero, aun así, quiero intentar hacerte ver que no todo es tan malo como tú ahora mismo crees.
Lo más importante que te puedo decir, aunque aún te quedan casi quince años más para darte cuenta, es que tu físico no es un impedimento para la vida ni para el amor. Ya sé que ese chico por el que bebes los vientos (aunque, créeme, cuando tengas 28 años no vas a entender por qué un día te gustó) te ha dicho que le gustas pero que sólo saldría contigo si adelgazases. Y también sé que te has puesto a dieta. Elo, ese chico no te conviene. El día que le gustes de verdad a alguien no te pondrá condiciones y te querrá tal y como eres. Seguro que ahora mismo estás pensando que ese día tardará en llegar, pero está mucho más cerca de lo que tú te crees.
Los complejos te atenazan, te ves fea, te da rabia no poder llevar ropa tan bonita como la que llevan tus compañeras de clase… Pero precisamente eres tú la que más te frenas para ser feliz. Todavía te quedan cuatro años para que te atrevas a ponerte una camiseta sin mangas; unos doce o trece para empezar a llevar minifaldas y quince para que te pongas un biquini. Y te vas a dar cuenta cuando lo hagas de que todo este tiempo has estado haciendo el idiota. Porque cuando te los pusiste, ¿sabes qué? No se acabó el mundo.
Durante muchos años achacarás todo aquello que te pase a tu físico y pensarás que te va a frenar en la vida. Quizá pienses que llevo algo de razón pero que estoy exagerando. Vas a llegar a pensar cosas rocambolescas como que no te van a conceder una matrícula de honor en una asignatura de la universidad porque compites con otras tres chicas mucho más guapas. Y sí, te la van a dar a ti, porque lo vales, porque te lo curras. Sé que ahora mismo estarás pensando: claro, eso es fácil, me gusta estudiar y se me da bien el colegio. Pero, ¿qué hay del amor? Seguro que no voy a encontrar a nadie y moriré virgen. Querida Elo… Sé perfectamente que te rondan esos pensamientos. Pero confía en mí, el amor llegará; y te darás cuenta de que es genial, pero no es lo más importante en la vida. Y te aseguro que no, no vas a morir virgen.
Aunque ahora mismo te parezca imposible, vas a encontrar a alguien que te adorará, que besará todos y cada uno de tus michelines como si fueran de oro puro, que suspirará por tus enormes caderas y tus grandes pechos. Le vas a parecer la chica más guapa del mundo incluso aunque a veces sigas en tus trece y le preguntes a cada instante si le gustas. No, no le gustas: le encantas. Asúmelo.
Siento decirte que, a pesar de todas esas cosas buenas, te vas a encontrar con gente desagradable por el camino. Me gustaría poder contarte que en el siglo XXI la gente ya no critica al resto por su apariencia y que todos los cuerpos y las diversidades son bienvenidos. También me gustaría poder decirte que no tendrás que volver a llamar a nadie machista, como has hecho hace poco con un profesor del colegio. Por desgracia, hay cosas que no han cambiado mucho. Pero debes estar tranquila: encontrarás a gente estupenda en el camino, y vas a construir grandes cosas si sigues luchando por lo que crees.
Te veo escribiendo sin parar y haciendo un diario a base de dibujos a imagen y semejanza de aquel tan bonito que viste que escribió en su día Frida Kahlo. Si te cuento que un día encontrarás a una comunidad de Fridas con la que compartir tus escritos seguramente que no me creerías porque piensas que lo que escribes sólo tiene valor para ti. ¿Y si te digo que te leerán miles de personas a las que inspirarás con tus palabras? Seguro que piensas que te estoy tomando el pelo.
Pero sí, todo eso sucederá; desde ese sitio tan bonito del que te hablo es desde donde te escribo estas palabras. Aunque seguramente esta te parezca una frase muy manida, te doy un consejo que puedes aplicar a todas las facetas de la vida: baila siempre como si nadie te estuviera mirando. O, en otras palabras, haz siempre lo que te salga del alma. Así serás infinitamente más feliz.
3 Comentarios
PARA TODAS LAS FRIDAS A LOS 12 AÑOS!
EXCELENTE
Cuánto me gustaría que leyesen este texto todas aquellas adolescentes que esten pasando por una situación parecida. Muy recomendable Gracias.
Precioso. Me he emocionado.