Una Frida que sufre maltrato en casa nos envía una carta cargada de dolor y sinceridad destinada a sus padres.
Queridos padres:
Les escribo esta carta desde el otro lado de la puerta, el lado de la miseria y el dolor. Aquel que construí con una barrera para sepárame de vuestro lado. Lo amurallé para poder llorar tranquila y poder perdonarlos.
Les escribo porque hace tiempo que ya no estoy ahí. Físicamente ese cuarto sigue intacto; mis cosas ocupan su espacio y yo a veces yazco en mi cama. Sin embargo, hace mucho tiempo que dejé esa casa y tomé la decisión de no volver, hace mucho tiempo que ya no les hablo y que dejé de estar presente en alma en esa casa.
No voy a volver porque las cosas no van a cambiar, ya que sé que esa persona que fue violenta conmigo tantas veces va a seguir ahí, y ustedes van a continuar siendo cómplices de su maltrato, como lo han hecho por tantos años. Quizás por vergüenza, quizás porque piensan que son episodios aislados, o quizás porque lo justifican. Me da igual. Pero seguirán con su silencio, ése que grita que ustedes ya eligieron que posición tomar: la de quienes aceptan la violencia. Lo saben perfectamente, esa persona violenta, es mi hermano.
Cuando escribo esta carta, la hago desde la impotencia, porque sé que no hay nada que pueda hacer, porque ni siquiera la ley me va a proteger en esta situación, y porque sé que ustedes tampoco saben bien qué hacer. Estoy segura de que mañana volverá a insultarme, y yo tendré que hacer oídos sordos de nuevo. Sé que volverá a gritarme y asustarme con pegarme, mientras que ustedes seguirán creyendo que en algún momento va a parar. Creo firmemente que en cualquier momento va a hacerlo, no será una amenaza sino un acto consumado, por lo que tendré que tomar la decisión de irme y no volverlos a ver más.
Quiero perdonarlos y no puedo.
Y me pregunto, ¿En qué momento esto escaló tanto? ¿En qué momento dejaron de tener el control de la casa para que lo tuviera él con sus gritos, golpes y objetos estrellados? ¿En qué momento decidieron que había que dejarlo pasar? ¿En qué momento creyeron que amar era aceptar la violencia? Ninguna de esas preguntas tiene respuestas, ya que ustedes también están aterrorizados, y porque está casa dejó de ser segura hace ya mucho tiempo.
Hoy me encuentro tomando grandes cantidades de pastillas para estar estable, porque decidieron que era mejor medicarme a tener que solucionar la causa que ha provocado todo esto: la violencia. Tuve que escaparme de la realidad porque vivir ahí dolía mucho, porque me exprimía las ganas de continuar existiendo. Tuve que aislarme en mi propio mundo para soportar la realidad. Tuve que separarme de ustedes para no sentir dolor por su complicidad.
Y hoy, en esta casa machista, resulta que ¡el problema soy yo! Por ser mujer, por no quedarme callada cuando me dice puta, por no querer aceptar que los hombres nos opriman, por no ser racista, y sobre todo, por no querer convertirme en él; el problema soy yo.
Les escribo, porque quiero decirles adiós. No sé cómo comenzar a contarles que tengo todo listo para irme, y que me voy a ir bien lejos para dejar de escuchar los gritos. No sé cómo explicarles que no quiero volver a verlos más.
Les escribo para decirles que no puedo perdonarlos por tantos años de dolor, pero que a pesar de eso, les estoy agradecida, porque yo salí adelante, y hoy tengo alguien que me espera y una carrera brillante como camino futuro.
El querer estar lejos de él fue tan fuerte que me impulsó a luchar por mí, por mis sueños y por una vida en la que nadie más me ponga un dedo encima, ni me grite, ni me humille, ni me controle, ni me insulte.
Adiós.
Guadalupe
9 Comentarios
Muchas gracias por la palabras de apoyo. Les mando un abrazo a todas las fridas que se identificaron en mis lineas. Dejar la violencia atras es un proceso dificil, pero se puede!!
Desgarradora tu historia, y leo los comentarios y me entristece más aún lo típico de esa violencia familiar. También me identifico un poco con ella pero no a ese nivel.
Quisiera, desde el fondo de mi alma, enviarles un abrazo gigante y apretado, que aliviane un poco las angustias. Y sólo quisiera repetirles que no estamos solas, en ninguna parte del mundo, en ningún tipo de problema, siempre habremos otras dispuestas a brindarles nuestro corazón y buena energía para que lo oscuro se aleje.
Con amor Queridas Fridas, las abrazo con el corazón.
Es impresionante como pude verme entre esas líneas, yo también estoy a punto de irme de casa. En mi caso, no le digo adiós a mi madre, le digo adiós a mi abuela… que se puede ver como el hermano de la autora de esta carta. Debo decir que la odio, y ese rencor es quien me ha llevado a buscar trabajo a querer sacar mi carrera lo mas pronto posible. Ha sido mi motor. Totalmente identificada.
Wow, a mí me pasó lo mismo pero en vez de hermano es hermana y yo soy mujer. Mi hermana es una persona violenta que me dice cosas feas, destruye cosas mías, grita cosas sobre mí y los vecinos las escuchan, me insulta, me humilla, miente y mi padre la defiende, es horrible y me siento identificada con esta historia. Y lo peor es que como se trata de una hermana, una hija para mis padres y una mujer, a ellos no les importa la situación y la aminoran, además de que es algo demasiado inusual que una hermana sea violenta con otra hermana y muchas veces me he sentido confundida y totalmente sola y sin ayuda de alguien debido a esta rara pero dolorosa situación.
Yo también sentí como si lo hubiera escrito yo , aun lo vivo con mi padre , te entiendo y te apoyo . Un abrazo , hoy me siento menos sola , gracias .
Me fui con catorce años desesperada la misma historia pero con ambos mi padre y mi hermano, fui donde mi hermana mayor y fue peor pero sin golpes, mi cuñado habia tomado el rol de padre conservador, volvi a casa por los llantos de mi vieja con mi padre en orden de alejamiento y mil temas judiciales ensima, meses en donde mi hermano no me habla y hoy mismo es cuando en el dia de su cumpleaños y su graduacion me tira un vaso de agua caliente y me grita puta, pense en irme unos dias a la capital donde mi tia, y leer esto me ronpio por dentro mas aun, y de casualidad momentos despues del incidente aparece este articulo en mi facebook. Despues de mi visita a la capital, ya lo decidi, me voy denuevo PERO no vuelvo.
Es tan difícil adiós… La imagen de la maleta y los lazos lo muestra claramente.
En las casas donde hay maltrato hay unos brazos invisibles de chantaje que te atrapan y te hacen sentir culpable de querer vivir tu vida.
Por eso, te digo: enhorabuena, valiente y fuerte mujer!!!
Esto me deja impactada, ya que viví exactamente lo mismo, pero con mi papá. Es como si yo hubiese escrito esto, y más aun, compartimos nombre.
Tan dolorosa esa realidad, y sin embargo, tan común. Es más fácil callar que decir, mirar para otro lado, no escuchar. Creo que llega un punto que se acepta como «normalidad», lo conocido, lo habitual. La violencia es un monstruo que va comiendo a todos los que tiene a mano. Solo muy pocos pueden verlo, y otros menos, pueden abrirse. Felicitaciones por ser parte de ese grupo de alguien que también lo es.
Abrazo gigante!