Sufro el estigma de «puta» por haber engañado a una pareja que, aparentemente, era el hombre ideal. Pero, ¿qué sabe la gente de la violencia y el abuso del que escapé con esa infidelidad?
Nunca tuve intención de contar esta historia. El temor a que me tildaran de “despechada” o a que la tomaran como una “venganza” me paralizaba. No contarla me hacía sentir digna. No iba a caer tan bajo de ventilar intimidades. Pero cuando leo, escucho y veo la forma en que nos tratan, la manera en que justifican el abuso, el acoso, el femicidio… todo eso me pone a pensar. Pero, sobre todo, me pone a sentir. Porque tal vez mi silencio me hace cómplice del maltrato al que se nos somete día a día. Porque tal vez el compartir mi historia me permita llegar a alguien que está atravesando lo mismo, y que está tanto o más perdida de lo que estaba yo en ese momento.
Cuando terminé una larga relación en muy malos términos (fui infiel y me descubrieron) se corrió la voz entre mis conocidos. Fui la “puta”, la “ninfómana” que había arruinado una relación perfecta y le había roto el corazón a un pobre hombre que me había amado. Mi comportamiento había sido una vergüenza. No solo para mí, sino también para mis familiares y amigos. Nadie podía creer que la niña buena hubiera sido capaz de algo así. Y me avergoncé de mí. Incluso hoy no me siento orgullosa de lo que hice. Pero aprendí a entender que, sin saberlo con claridad y plena conciencia, había reaccionado de la peor manera a los años de sumisión a los que me habían sometido.
No intento justificarme. Solo intento contar cómo llegué a ese punto. Fui incapaz de terminar una relación llena de abuso, que empezó cuando decidí “perder mi virginidad” con él. Mi entrega fue absoluta, consentida, completamente consciente de lo que hacía. Pero cuando él quiso hacerlo sin protección y yo intenté frenarlo, él decidió que no podía controlar el impulso animal que yo había despertado con mi desnudez. O eso es lo que luego me dijo para que me diera cuenta de que todo había sido mi culpa. ¿Cómo había osado a provocarlo de esa manera y luego pretender que se detuviera, que no avanzara más? Me sentí culpable. No tuve la fortaleza mental ni argumentativa para responderle, como si mi deseo de no hacerlo de esa forma no hubiera sido un motivo suficiente. Sé que en ese momento él me marcó como si fuera ganado, siguiendo con la metáfora de Galeano en Patas arriba: “[…] La violación graba a fuego una marca de propiedad en el anca de la víctima, y es la expresión más brutal del carácter fálico del poder […]”.
Nunca más fui capaz de contradecirlo ni de enfrentarme a él. Perdí la chispa que me hacía ser yo, la rebelde y contestona, y fui incapaz de poner en palabras el agravio del que me sentía víctima, porque dentro mío sabía que lo que había pasado no estaba bien. Sin embargo, ¿cómo decir o pensar que me había violado el hombre al que amaba y a quien yo decidí entregarme de esa manera? La palabra “violación” ni siquiera cruzó por mi mente. Y mucho menos luego de que él me convenciera de que había sido la responsable. Por qué creí en sus palabras sigue siendo un misterio para mí. Pero me avergoncé por mucho tiempo de haber sido tan débil. La muchacha que leía a las feministas no había podido defenderse ante el avance de un “macho”.
Con el tiempo dejé de ser yo. Hice todo como él lo deseaba. No me maquillaba, ni usaba ropa con la que él no estuviera de acuerdo, no hablaba con nadie. Me alejé de mis amistades, porque no quería oír que él no era bueno para mí. Y me sentía orgullosa de ese hombre, el único hombre de mi vida, el primero en todo y el que sería el último. Es curioso cómo ese ideal de mujer predicado en mi familia había calado tan hondo. Me sentía digna y respetable por no haber “estado con varios”. Eso me hacía sentir más mujer que las demás. Pero qué equivocada estaba.
Tardé mucho tiempo en darme cuenta de que no era vida lo que llevaba. De que eso no era amor. Cuando quise terminar la relación, vinieron las amenazas, el “sin vos no puedo vivir”, “si me dejás me mato” o incluso llegó a amenazarme con contar nuestras intimidades entre nuestros conocidos (“¿te imaginás la cara de tus papás cuando les cuente que su hija es una puta en la cama?”). Y fui incapaz de mantener mi decisión. La angustia que atravesé esos meses desequilibró mi mente y mi cuerpo. Enferma todo el tiempo, sin poder dormir, completamente miserable, sabía que tenía que escapar de algún modo de esa vida. Sí, pensé en el suicidio, lo contemplé muchas veces, pero sentía que tenía que haber otra manera. Más de una vez le dije “no te quiero, no quiero estar con vos”, pero él insistía, me amenazaba, me buscaba, me llamaba por teléfono a horas extrañas… completamente convencido de que, si yo no lo quería, no era porque simplemente se puede dejar de querer a alguien, sino porque, seguramente, según su criterio, tenía que haber alguien más, otro hombre… Y tanto lo creyó él que decidí darle la razón. Motivos para acabar la relación no me faltaban, pero opté por el camino más fácil quizás, aunque me salió bastante caro. Hasta el día de hoy llegan a mí los ecos de los rumores y las habladurías. Como si alguien hubiera tenido la autoridad de juzgarme por lo que hice. Como si mi intimidad y mis decisiones tuvieran que importarle a alguien. Hablar de mí, de lo que había hecho, fue el último y gran acto machista de ese hombre pequeñito, incapaz de aceptar que había perdido lo que creía que había sido de su propiedad.
Esta historia no tiene mucho de feminista. De hecho, es evidencia de cómo el machismo, del que me creía liberada, estaba muy metido dentro de mí en forma de prejuicios y temores. Como dije al principio, decidí contarla porque pienso en todas las mujeres que pasan, o pasaron por lo mismo.
Que confunden el maltrato, el abuso y la manipulación con amor. O que tienen mucho miedo de liberarse de una relación enfermiza. Yo lidié con todo eso sola, porque nunca se lo dije a nadie. Y fue un error. No hay por qué estar sola. Hay mucha gente que puede acompañarnos y ayudarnos a salir, a ver el mundo de otra forma. Lo peor es aislarse, dejar que la vergüenza y el miedo nos superen, que nos impidan confiar en los demás. Yo estuve sola y no tomé las mejores decisiones. Y, lo peor de todo, pasé demasiado tiempo sometida a una relación que me quebró por dentro.
Aun así, escapé. Y hoy soy capaz de ver con más claridad ese pasado. Siento compasión por esa pobre mujer inexperta y temerosa que permitió que un hombre le hiciera dudar sobre lo que era y creía. Y me siento orgullosa de no ser esa mujer nunca más.
Ojalá mi historia te ayude hoy a liberarte.
Dina (27), Argentina
21 Comentarios
solamente la persona que pasa por esto, lo entiende…yo la entiendo. Ojala le sirva a las mujeres que estan pasando lo mismo.
Era mas simple y honesto dejarlo que ser infiel
¡Me encantó! La verdad es que, aunque no es exactamente mi misma situación… sí estoy atrapada en una relación de 4 años, con un hijo, a quien le fuí infiel.. y en éstos momentos su familia y él manejan sobre esto, sincereamente me está apoderando el «Qué mala madre, como mandó todo a la mierda por otra persona»! Espero poder librarme lo más pronto.
Besos,
Muchas gracias!
Lei tu articulo casi por casualidad y pienso que estoy en esa situación. Yo no tengo amigos, soy muy poco sociable, mientras que el si tiene amigos, cada vez que yo pretendo tener un amigo,el se pone muy celoso, no es de esos que golpean pero si de los que te hacen pensar que quizas no deberias salir con ese amigo; el me dice que para eso esta él, que somos los mejores amigos. Recuerdo tambien la primera vez que me dijo te amo, yo no lo sentí asi, se lo dije y no entendió porque no sentia lo mismo por él, le dije que solo llevabamos 3 meses saliendo, al final de cuentas le dije que tambien lo amaba, pero ahora que lo pienso lo dije solo para no hacerlo sentir mal.
Me siento atrapada, siento que no encontrare nada mejor, ha sido mi unico novio y aunque muchos no lo crean, la unica persona que se ha fijado realmente en mi. Pienso que he tolerado (o siendo sumisa, ya ni se si hay alguna diferencia) simplemente para ser «felices». He intentado salirme de esta relacion y aunque al principio el me buscaba, me llamaba, me dejaba regalos; ahora termino siendo yo la que lo termina buscando, creo que ya estoy tan dentro de esta espiral de sumision que va a ser muy dificil salir de ella.
Muchas gracias por contar tu experiencia, me ha dejado pensando muchas cosas que estoy haciendo mal.
WOW, tremendas palabras, muy inspiradoras.
Saludos desde Puerto Rico.
-Una chica de 18 años que más o menos pasó por lo mismo.
Me he qedado anonadada.. Pues como un acto de machismo lo confundimos con amor. Solo me qeda felicitarte x tu valor. Y Gracias!! Y ahí q habrir muy bien los ojos ante situaciones asi … Y sobre todo el corazón q este no seqivok x mas q tuval ver q es x amor lo q el siente es daño .
Gracias por esto, de verdad. Durante mucho tiempo pensé «al menos soy dueña de mi silencio», pero siempre he sabido que se me escapa por los poros.
Nuestras historias se parecen mucho aunque él jamas me decía que ropa usar, constantemente decía que prefería alardear de lo bonita que podía ser, porque a fin de cuentas sólo él podía tenerme. Y mi primera vez, ja, eso fue exactamente una violación, «yo tengo mis necesidades» solía decirme, y yo estúpidamente sentía que me correspondía estar ahí, vivía en un trance constante.
Me identifico muchísimo contigo, puesto que recurrí a algo similar, e igualmente no me arrepiento porque fue la única manera de convencerme a mí misma de que aún tenía la capacidad de dirigir y decidir mis actos, y de que ya no lo necesitaba a él en ningún aspecto.
Él se convenció tanto de que yo estaba con alguien más que enloqueció, molestando a mi familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, etc. A final de cuentas decidí hasta cambiar de lugar de trabajo, tanto llegó a afectarme que no me sentía cómoda en ningún lugar.
Años después se enteró que estaba por casarme y volvió a molestarme de nuevo, hasta que supo que estaba decidida a aplicar una demanda legal, fue hasta entonces que decidió abandonar este asunto, por fin.
Han pasado años de esto, y he sabido que él sigue mal, yo sólo espero que algún día se de cuenta de todo el daño que me causó, aunque a final de cuentas sé que todo esto me lo hice yo misma.
Gracias a Dios desperté pero también pienso constantemente en las chicas que no sólo se encuentran con hombres así, sino que hasta deciden casarse y formar una familia con este tipo de seres.
Gracias por darme un espacio para liberarme, y a todas esas chicas sólo puedo decirles una cosa: FUERZA.
Porque creiste sus palabras también es un misterio para mi, encima sabias de feminismo…que edad podías tener?, yo perdí mi virginidad con trece y jamás he consentido que nadie me haga sentir culpable o violada!!.y no tenía ni idea de ser feminista a esa edad, solo que tenía caracter y no me dejaba vacilar. Si no tenía ganas no había sexo y punto, y podía estar desnuda y recién depilada. Las familias tienen mucho que ver con el comportamiento social de las personas, esta claro que la tuya andaba muy equivocada respecto a sus valores… Pero esque me cuesta tanto creer que alguien que encima se curtía en el feminismo tuviese una relación tan tóxica. Al menos todo salió bien, y los chismes hay que tomárselos con humor, si le engañaste es porque no te daba lo que necesitabas jajaja. Y si tus padres se enteran de tus intimidades en la cama que?? Acaso ellos no follan? Hay que dejsr los prejuicios atrás o a las familias que los tienen… Ya eres libre florr!! A vivir!!
Ara, me ha encantado tu comentario precisameante por lo que recalcás »nosotras sabemos»
Y eso es tan cierto, nosotras sabemos lo que es bueno o malo, lo que decidimos, lo que no
queremos, lo que deseamos, lo que nos espanta.
Yo tengo amigas así, que saben y me han hablado de feminismo y cuando veo, escucho y/o
comentan sobre sus relaciones me espanto.
Admiro mucho que todas tengan la fuerza de decir lo que les ha pasado, y a lo mejor yo no soy
quien para decir, juzgar ni apuntar, pero si les invito, a poner en práctica todo lo aprendido.
Saludos ♥
Tremendamente identificada por un momento sentí que fui yo la que escribió esto… tal cual no me quedó otra alternativa que convertirme en la villana para safarme de esa enferma y deteriorada relación… ya han pasado varios años y continuó con traumas y temores de que me vuelva a pasar no me es fácil sostener una relación estable después de ese noviazgo de 6 años de sumisión.. pero se que así como me liberé de eso podré superar todo y rehacer mi vida.. ánimo a las chicas que están en una situación así, hay una hermosa vida allá afuera.
Tengo 27 años y tengo esge tipo de relacion ahora tengo u hijo de 5 e pasado por esto y yo se q debo parar q no es bueno sentirme tan mal nunca pense q llegara a sufrir biolenvia psicologica no se si es lk peor no creo q el sea malo pero siento q no me hace bien. Aveces es mejor huir pronto pero se hace dificil con mi hijito de por medio
Excelente, agradezco por esta historia. Ver otros focos es importantes porque muchas veces una se pierde un poco. «Me sentía digna y respetable por no haber “estado con varios”. Eso me hacía sentir más mujer que las demás. Pero qué equivocada estaba.» Esta parte me gustó mucho, eso realmente nos meten en la cabeza. Nada que ver…
Nunca he pasado por esta situación, he tenido suerte de saber elegir hombres muy respetuosos y que comparten mi visión feminista de nuestra cultura, pero me topé con un hombre que no quería usar preservativo de ninguna manera, intentamos un poco pero de mala gana. Ese tipo de cosas, no deben ser aceptadas y es difícil poque cuando te apasionas por alguien surge aquel sentimiento de sumisión y de entrega que dificulta el discernir cuando te estás fallando a ti misma. Es por eso que encuentro importante el habernos compartido ésta história. Para refrescar que es lo que está mal y en donde no debemos meternos, de como somos víctimas de nuestras propias debilidades, pero que nunca es tarde para dar un stop!.
Es muy sorprendente para mí leerte y descubrir a muchas nos ha pasado algo similar. Yo también opte por la vía fácil de ser infiel para terminar esa relación en la que debí decir BASTA YA NO MÁS!! Ahora me siento libre y segura de decidir cómo, cuándo y con quién quiero estar.. Y queridas.. Que no den importancia a esas personas que opinan mal de ustedes, siempre van a tener una excusa para criticarlas ya sean muy putas o muy cartuchas.. El único juicio que importa realmente es el propio. Mucho amor para ustedes <3
El sometimiento es a veces imperceptible, y crees que es la cuota que hay que pagar para sostener una relación. En realidad me parece no se debe dejar de buscarse una mismo y satisfacerse. Que no sea que al final no tengas nada, ni siquiera lo que tanto quisiste.
Yo pasé por bastante similar. Por suerte, luego de 6 años, decidí dejar esa relación enfermiza atrás. Aun es mi culpa, aun soy la mala de la película, cuando solo quise escapar. La gente comenta, dice «déjalo» o de plano no te creen, porque muestran esa faceta de buena persona, siempre la víctima. Ha pasado casi un año de mi historia y me siento liberada.
Me entristece pensar en todas las mujeres que están en esta situación, o similares, que son incapaces de liberarse por ningún medio… Por eso, debemos luchar por todas ellas.
Gracias por compartir tu historia, realmente me hizo sentir que no estoy sola.
Es la misma historia de mi hermana (quien ya cumplió 50 años) y no ha podido empoderarse. Y gracias al artículo tengo otros sentimientos hacia mi hermana.
siento que todas en cierto punto somos aquella mujer » sometida» aveces la inocencia la poca experiencia nos hacen vulnerables, no tenemos con que comparar , siempre es importante dejarse llevar por nuestro instinto. cuando algo nos hace eco y nos apreta la garganta hay que dejarlo.
Gracias por compartirlo y hacer ver a otras (y a mi) que existe todo tipo de violencia en el noviazgo y/o matrimonio. A veces los términos que hay en una pareja son tan múltiples y diversos en cada una de ella pero siempre con una constante: RESPETO y CONFIANZA. Así había sido en la mía hasta que de su parte hubo infidelidad porque yo había sido la primera en todo sin embargo su excusa fue la falta de «experiencia» y «variedad». Sin embargo como pareja lo brincamos y decidimos seguir juntos sin ningún problema hasta hace unos meses… me habia sentido controlada, limitada e insegura gracias a él. No dejaba que conociera a otras personas (donde vivo me mude hace 4 años y no tengo much@s amig@s) o que saliera sola o simplemente que platicara con mis otros amigos que deje en mi ciudad pasada a quienes hace años no veo; él sigue siendo inseguro en muchas cosas y tal vez una parte es mi culpa porque cuando recién fue infiel yo con mucho coraje le dije que algún día le iba a devolver la moneda (cosa que no debí decir pero estaba muy molesta, rota, dolida), bueno el cuento es muy largo así que se lo conté a mi mejor amiga y consulte un psicólogo, profundizamos en tema y supe lo que era la agresión pasiva, ya que él se comporta de cierta manera que yo creía que simplemente era su forma de ser pero no, resulta que tiene conocimiento de sus actitudes hacia a mi y no planeaba cambiarla, al grado que no permitiera que yo fuese a ver a mi familia a la ciudad de donde soy y que dejé años atrás. Hemos platicado y le he sugerido terapia de pareja pero no le convence, sin embargo a tenido cambios de actitud muy favorables gracias a que profundizamos mas en el tema y nuestros términos como pareja. Yo sigo decidida en ir a terapia por mi cuenta y rescatar lo rescatable: a mi y luego a nosotros. Por algo se empieza…
Me siento muy identificada con tu historia. Yo viví prácticamente lo mismo. Por suerte las dos hemos podido salir de eso. Mucha fuerza, compañera!!!!
Gracias por compartirlo 🙂
Identificada con ciertos aspectos que tocas, yo también me siento orgullosa de no ser esa mujer sometida. Enhorabuena, desde Puerto Rico