Masturbación culpable

Que si es pecado, que si hay que esconderse para hacerlo, que si es sucio, que si es como engañar a tu pareja… ¿Aún te sientes mal por disfrutar de ti misma?


Ilustración: María Rodríguez
Ilustración: Ninde


Os tengo que reconocer que tengo una relación de amor/odio con el sentimiento de culpa.

Por un lado me parece muy útil, nos ayuda a ser conscientes de que hemos hecho algo mal y así intentamos no repetirlo o -si es posible- dar marcha atrás y enmendarlo. Hasta aquí la culpa y yo somos amigas y su “moralidad” me gusta, me viene bien. Cuando no me cae tan bien es cuando aflora en situaciones que no están mal, cuando aparece sin motivo aparente y hace que esa persona sufra sin justificación alguna. Eso no, culpa. No. Muy mal.

Una de esas veces en la que la culpa se distrae y aparece donde no pinta nada es de la mano de la masturbación y, la mayoría de las veces, como colofón de ella. Porque ¿qué mejor que una ración de culpa tras un orgasmo? Pues no. Gracias, pero no.

La realidad es que es probable que todxs hayamos escuchado en algún momento de nuestras vidas que tocarse está mal. Puede que este recuerdo sea algo muy consciente y nítido e incluso que más de unx recuerde un momento específico en el que se lo dijeron o puede que no sepamos ni quién ni cómo ni cuándo nos lo inculcaron, pero sabemos que así fue.

Y es que hay muchas cosas que llevan a “castigar” este acto y pueden haber quedado asentadas en tu interior, formando parte de lo que eres, de tus cimientos, sin apenas darte cuenta.

Algunas religiones (no me atrevo a poner todas, sinceramente, porque no sé si sería cierto) lo prohíben. Para la Iglesia católica, por ejemplo, la masturbación está catalogada como “acto impuro” y se considera un pecado. No sé si mortal o no, me ha sido imposible averiguarlo porque parece no haber consenso entre ellos, así que supongo que depende de a quién preguntes ya que cada cual interpreta el mensaje como le da la gana. Pero el tema es que naces en una sociedad que de laica tiene poco y ese mensaje, hasta al más ateo, en algún momento y de alguna forma le ha llegado.

También puede ser que descubrieras el autoplacer de manera “inapropiada”. Igual cuando eras peque, sin ningún tipo de reparo, te estabas acariciando tus genitales por una sencilla y simple razón: porque te daba gustito -¡oh! ¡qué locura!- y lo que no sabías es que eso es mejor hacerlo en la intimidad ya que nadie te lo había enseñado hasta ahora. Porque de eso no se habla. Igual te llamaron la atención y te subieron los colores porque “eso no se hace, eso no se toca” y sentiste, lógicamente, que lo que hacías no estaba bien y aún te sigue persiguiendo.

Otra posibilidad es que te haya llegado la idea absurda de que el autoerotismo es algo sucio pero, como bien decía Woody Allen, “el sexo sólo es sucio si se hace bien” y, si hablamos de esa suciedad, una tangible creada por fluidos no hay nada más que hacer que lavarse las manos después de hacerlo y voilà! Si hablamos de una suciedad, llamémosle moral, apaga y vámonos porque a mí el concepto de que si algo da placer es malo es algo que me chirría y no me entra en la cabezota.

Desafortunadamente, durante mucho tiempo, el sexo se ha vivido como algo a ocultar, como algo que no hay que hacer, algo de lo que no se habla y el hecho de tener que esconderte para ello -ocultar las revistas que te “inspiran”, cambiar las sábanas corriendo para que no haya muestras palpables de ningún tipo, etc.- no hace más que aumentar la sensación de que lo que estás haciendo no está bien y que no “debes”. ¿Y luego nos sorprende que aparezca la culpa?

También se ha extendido la idea de que el onanismo no está mal como sustituto. Un claro caso de “a falta de pan, buenas son tortas”, por lo que muchas personas se sienten culpables si disfrutan consigo mismas cuando están en una relación de pareja. Esto me parece tan surrealista como que te sientas mal por ir al baño o te leas un libro estando en pareja. Y, tirando de este hilo, te encuentras con la teoría de que hacerlo así es ser infiel. Yo no seré la que diga qué es o no la infidelidad, porque eso es algo a matizar por cada pareja pero, que quererte a ti mismo implique que quieras menos a tu pareja es un sinsentido.

Los mitos sobre la masturbación no han ayudado mucho a todos estos conceptos, ya que el hecho de que se asociase a trastornos mentales, te pudieran salir granos por todo el cuerpo, pelos en las palmas de la mano y demás sucesos variopintos, solo potencian la sensación de “esto no hay que hacerlo”.

La verdad es que el autoerotismo no acarrea nada malo y sin embargo sí que te puede dar numerosos beneficios, porque conocer tu cuerpo -saber qué te gusta y qué no- hará que disfrutes más tanto a solas como en compañía, porque subirá tu autoestima, porque las endorfinas que segregas durante el orgasmo te harán sentir fenomenal, para desconectar de las preocupaciones, para relajarte, para disfrutar del momento,…

Así que, culpa, veámonos en otros momentos que este es solo para mí y mi placer. Yo, mi, me, conmigo.

 

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