Una Frida nos cuenta cómo los estilos Pin Up y Lolita sirven para empoderar a mujeres de todo el mundo.
Hace unos meses me uní a un grupo en Facebook sobre cultura Pin up, estilo que cada día me atrae más. Cuando comencé a leer a las chicas del grupo me di cuenta que todas tenían algo en común, además de su admiración por Betty Page, su gusto por las faldas plato y el swing o el rock: ellas no amoldaban su cuerpo a las tendencias, sus gustos se amoldaban a su cuerpo.
“En Chile cumpliste 30 y debes cortarte el pelo, ponerte ropa de “adulta”, comportante como “adulta”, es decir, lo más clon posible. Olvidate de tener un estilo diferente. Eso hay que dejarlo para las pibas. Sé muy bien lo que son las palabras patética o ridícula -entre otras- por no haber seguido la norma” cuenta Carolyn, una docente chilena que llegó a Argentina en 2014 y descubrió el Pin Up paseando por las calles de Buenos Aires.
Si bien se puede considerar que el auge del Pin Up fue entre las décadas de 1930 y 1950, sus orígenes se remontan a 1890 cuando Charles Dana Gibson hace la primera ilustración de este estilo para la revista LIFE. Aunque el nombre de esta subcultura se debe a que durante la Primera Guerra Mundial los soldados recortaban las imágenes y las colocaban a paredes de su cuarto con un chinche, hoy en día el estilo ha resurgido y se ha resignificado, ya no viéndolo como una estética atrayente para los varones sino como un modelo cultural de empoderamiento femenino. Hoy las mujeres que visten y viven el Pin Up encuentran en él una herramienta que, aunque no es la única, ayuda a construir su seguridad, ya que los estándares de belleza actuales no tienen cabida para la diversidad de cuerpo. Modelos de talla plus como Tess Holliday y tantas otras mujeres basan su estética en el Pin Up al encontrar en él algo “sencillo pero intrigante, es cómodo pero sensual, elegante pero sugestivo” según cuenta Analía, una joven de 25 años que comenzó a adentrarse en este mundo a los 16 años a partir de que una amiga le contó sobre el Rockabilly, un subestilo Pin Up que recuerda por ejemplo a las Lady Pink. Las Pin Up son sensualmente poderosas pero no es una sensualidad pensada para el goce masculino, es una sensualidad que construyen para sí mismas y fortalece su autonomía.
Pero si las Pin Up son poderosamente sensuales, también existen quienes se consideran poderosamente elegantes, quienes pueden vestir por la calle combinaciones inspiradas en la época victoriana sin ninguna inhibición. El Lolita llegó a Argentina hace doce años a través de un subforo de la región que tenía lugar en un foro español llamado Lolita in Wonderland, pero el estilo “nació en Japón a finales de la década de los 80 como forma de protesta de las chicas japonesas hacia la cultura sumamente machista de su país que trata a la mujer como un objeto que debe quedarse en casa cuidando de los niños y atendiendo a los hombres. El Lolita tomó la estética de las muñecas de porcelana antiguas, el rococó, el barroco y la silueta de los años 50. A pesar de ser periodos estéticos y culturales que no ocurrieron en Japón, era una forma de ironizar la forma en la que eran vistas y criadas las mujeres” explica Milagros, estudiante de diseño de indumentaria, feminista y alguien que opina que “hoy en día la estética es pura marca, pura pose, puro “me muestro a los demás” y el Lolita, al salir y comerse muchas miradas juzgadoras en la calle, es cagarse en la opinión de los demás”.
«Soy feminista porque la gente sigue diciendo que solo las niñas pequeñas pueden vestir así»
El Lolita se divide en dos categorías, las Otome o las OTT (Over The Top), pero ninguna usa escote y el Petty o enagua es fundamental para ambas. Además, hay distintos subestilos como el Classic, el Gothic y el Sweet. Pero no es un estilo sólo de mujeres; también lo pueden vestir varones, los boys style como Esteban, que cuenta que si él pudiera usaría todo el día los trajes que heredó de su abuelo.
Tanto Pin Ups como Lolitas coinciden en que siempre tienen una nostalgia por el pasado y en que, desde el primer instante en que conocieron la subcultura a la que pertenecen, supieron que eso eran y siempre lo fueron. “Un día una amiga me preguntó “¿Para vos es un disfraz?” y eso me marcó porque para mí no es un disfraz; desde ahí empecé a ir desde mi casa, Florencio Varela, hasta donde sea la reunión a ir vestida de Lolita. No me importa nada. Igual la gente nunca me agredió. A lo sumo se rieron o me dijeron guarangadas, pero el acoso sucede aunque te vistas con un jean”, cuenta Emilia, diseñadora de indumentaria y Lolita desde hace 7 años.
El Pin Up y el Lolita pueden ser vividos por nenas de 3 años hasta mujeres adultas, no distingue de cuerpos ni de etnias ni de religiones, ya que, por ejemplo, en países islámicos hay Lolitas que usan coordinados con hijab.
Pero lo más importante es comprender que no son simples estilos de indumentaria; es preciso entender, como leí hace un tiempo, que los desnudos pueden empoderar a algunas, un jean y una remeras a otras y un vestido color pastel y con flores a tantas otras, que distintas cosas emponderan a diferentes mujeres y que no es de la incumbencia de los demás decirles cuál es la correcta.
Emme (27), Argentina
https://lettera88.wordpress.com/author/lettera88/
3 Comentarios
Hola! Me gustaría saber cual es el grupo de Facebook sobre el estilo pin up ya que me gusta mucho! Muy buena la nota!
Hola! El grupo es «Pin up unidas». Saludos!
Ohh no sabia esto Anany