No consigo estar feliz

Una lectora nos cuenta que desde que es madre no consigue ser feliz. Vero, una de nuestras psicólogas, le habla de la depresión post-parto y le da pautas para salir de ella.


Ilustración: Qam


Hola, les escribo porque no estoy feliz con mi vida. Tengo 22 años y tengo una hija hermosa pero desde que nació hace 6 meses no consigo sentirme bien conmigo misma, siento que tengo la autoestima baja y me siento realmente sola aunque muchas personas estén para mí. He leído mucho sobre el tema y creo que es una depresión post-parto. Me siento fea, a pesar de que mi novio me dice lo contrario, me dan ganas de quedarme acostada todo el día, cosa que no puedo hacer ya que tengo que cuidar de mi hija, pero es lo que más quisiera, encerrarme y no salir nunca. ¿Qué me pasa?

 

¡Hola bonita!

Efectivamente, como bien dices, todo apunta a una depresión post-parto. Pero tranquila, ese nombrecito «depresión post-parto» es solamente una etiqueta que se utiliza para dar nombre a aquellos sentimientos negativos que surgen en la mujer que acaba de dar a luz, cuando “supuestamente” debería de ser la persona más feliz del mundo. Como ves, entrecomillo el “supuestamente” porque esto, tal y como otros aspectos en la vida, suele ser a menudo una connotación más social que real. Voy a intentar explicarme mejor:

No quiero decir para nada que tus síntomas no existan ni que el malestar no sea real, sino todo lo contrario. Todas esas sensaciones que tú estás sintiendo aparecen en muchas mujeres que están en tu misma situación y es completamente normal que te ocurra. Todo cambio necesita un proceso adaptativo y hay mujeres que son más vulnerables ante el parto. No inferiores ni menos capaces, ojo con esto

Decía que son sentimientos usuales en muchas mujeres porque además de contribuir en ese proceso de adaptación, que por supuesto es distinto para cada una, hablamos de un cambio que afecta a tu vida en todos los niveles, de vital importancia, que altera tu rutina diaria y que no siempre se está del todo preparada para afrontarlo de la mejor manera. Por ello este periodo puede estar sirviéndote para transformarte y tomar toda esa fuerza que necesitas para comerte el mundo y a tu peque :).

Los factores que pueden determinar que haya depresión después del parto muchas veces coinciden con que el embarazo no fue buscado y os vino de sorpresa, con que tú no te sentías preparada para ello en ese preciso momento o simplemente por la inseguridad y el miedo que puedes sentir a no saber cómo actuar a la hora de cuidar de ella. A todo esto puede unirse esa demanda excesiva que surge por parte del entorno (pareja, familia, amigos,…) que exige que tener un bebé está asociado a felicidad, bienestar, alegría, sueños cumplidos, etcétera y por ello tienes que estar feliz a todas horas y ni siquiera te permite ese periodo de adaptación que te comentaba anteriormente.

Sin embargo, nadie menciona lo estresante que puede llegar a ser el tener que estar 24 horas pendiente de una criatura que no se comunica, que llora, que grita y que no hay forma de saber qué le pasa… estar un día y otro y otro sin dormir, cambiarle el pañal, darle de comer, sacarle los gases 20 veces al día, asearle… Y además, dejar de realizar de manera drástica todas aquellas actividades que te encantaba hacer como puede ser ir al gimnasio, salir con tus amigas, estar en el sofá viendo una película, leer, salir a cenar, viajar, etc.

Ni tampoco nos explican la cantidad de cambios que se dan en el cuerpo y en la mente de una mujer embarazada: ni el malestar que se siente cuando vas notando cómo te crece la tripa, ni lo anchas que se te ponen las caderas, ni que la cara se hincha, ni que la ropa se te queda pequeña, ni que pierdes las ganas de tener sexo, ni lo incómodo que puede resultar que un ginecólogo te esté metiendo aparatos en la vagina como poco una vez al mes. O que en el momento del parto nos midan el agujero todo el rato o el dolor que causan las contracciones.

Nadie cuenta nunca lo estresante que resulta ser madre y más primeriza. Así que todo eso puede perfectamente ocasionar lo que se conoce como depresión post-parto, la ansiedad acumulada por tantas responsabilidades que llegan de golpe y que no esperan. Es más, por mucha gente que tengas a tu alrededor terminas siendo tú la que lleva el peso de la situación y hay momentos en los que esa situación nos sobrepasa y reaccionamos con problemas de este tipo. Lo que no quiere decir que no quieras a tu bebé o que no seas capaz de cuidarle y mimarle como se merece, sino que ahora mismo no te sientes preparada para hacerlo. Y además se te manifiesta viéndote fea, estando cansada, no queriendo salir ni pasar tiempo con ella. Pero estoy segura de que eres una gran madre y de que tu bebé te va a querer muchísimo, pero ahora, debes parar en seco y dedicarte algo de tiempo a ti.

Mi recomendación es que tomes conciencia de que estás en una etapa transitoria, que no padeces ninguna enfermedad ni nada por el estilo y que si tú quieres puedes cambiarla. Por lo tanto, te aconsejo que en primer lugar intentes, dentro de lo que tus circunstancias te permitan, retomar actividades que hacías antes de ser madre, e incluso antes de estar embaraza. Planifícate para que o bien puedas llevar a tu bebé contigo o bien puedas dejarla con alguien mientras tú la haces.

Actualmente se están promoviendo muchas actividades para madres y bebés, por ejemplo clases de yoga o de relajación pueden venir estupendas para afianzar vuestra relación y que surjan los sentimientos de bienestar desapareciendo poco a poco la ansiedad. También podéis salir a pasear. Intenta salir de casa todo lo que puedas y llevarla contigo, siempre teniendo en cuenta la temperatura fuera, las tomas y el cambio de pañal, no te reprimas en casa, dale el pecho cuando le dé hambre; Que no te de vergüenza porque sea un sitio público, para tu bebé comer es vital y hay muchos baños donde poder cambiarle el pañal sin problema.

Simplemente tienes que empezar a tomarte la vida de otra manera, sin complicaciones 🙂 . Para que todos mis consejos tengan resultados pronto te aconsejo que acudas a une psicólogue lo antes posible, con una terapia de pocas sesiones comenzarás a experimentar cambios. Lo importante es ver un poco de dónde viene tu malestar y aprender unas cuantas pautas para adaptarte más rápidamente a la nueva situación.

Recuerda que si se alarga en el tiempo puede tener consecuencias nefastas para ambas y eso sí que puede ser irreversible, lo ideal sería ponerte con ello cuanto antes y no dejarlo más para que ese malestar no se vuelva crónico y puedas volver a sonreír y a disfrutar de todo con más ganas todavía.

Espero haber sabido transmitirte el cariño con el que te estoy escribiendo :). Mucho ánimo y ¡ADELANTE! Tú puedes con todo :).

Un abrazo.

 

2 Comentarios

  1. Veronica

    Hola me llamo veronica me encanto el articulo me gustaria sabr cuales serian las consecuensias inrreversibles? Ya que tambien estaria bueno saber el lado b de la maternidas besos!

    • Hola bonita! Gracias por interesarte en conocer más sobre el tema 🙂

      Verás, durante los primeros meses de vida comienza a forjarse el vínculo emocional entre cuidador/a principal (normalmente la madre) y bebé, o lo que también se conoce como apego. Coloquialmente podríamos decir que es cuando el/la bebé empieza a darse cuenta de que le cuidan, le miman, le dan besitos, le asean, le dan de comer, le hablan, juegan con él o ella… y a reconocer e identificar a quien/es le proporcionan esos cuidados. Por eso son tan importantes esas primeras interacciones, de ahí y durante la infancia se formará ese vínculo que dará lugar a muchos de nuestros rasgos de personalidad futuros y marcará el camino de nuestros comportamientos en la adultez.

      Existen 2 tipos de apego a grandes rasgos: seguro e inseguro o ansioso.
      El seguro surgue cuando se establece una relación de cariño y seguridad que le hace al/a la bebé sentirse confiada, llorar menos y sonreír e interactuar más con su cuidador/a y en un futuro sentirse seguro/a de sí mismo/a, capaz, independiente y tener un concepto positivo de su persona.
      El inseguro o ansioso se da cuando el/la cuidador/a principal se muestra ausente emocional o físicamente, que es justo lo que sucede en aquellos/as hijos/as de mujeres que sufren depresión postparto por ejemplo. El/la bebé siente miedo a la separación. Puede tener un patrón ambivalente con enojo, resistencia y agresividad hacia la madre; un patrón evitativo mostrandose desconfiado/a e inseguro/a; o un patrón desorganizado con una imagen negativa sobre sí mismo/a.

      Antes de los 6 meses de edad no suele haber consecuencias graves para el/la bebé, pero desde los 6 meses hasta los 2 años sí que puede ocasionar problemas importantes que a corto plazo puede ser estrés, agitación o tristeza y a largo plazo convertirse en retraso intelectual, problemas sociales y desequilibrio emocional. De ahí la importancia de que las madres que sufren depresión postparto se pongan en tratamiento psicológico para recuperarse lo antes posible.

      El lado bueno de la maternidad es la grandeza de poder crear personitas increíbles, y eso solo una mujer puede y sabe hacerlo 🙂 Un besito enorme!

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