Una lectora tiene dudas sobre si es o no violación si tu pareja te presiona para tener relaciones sexuales y si las mujeres tenemos la culpa de que haya hombres que no nos respeten. Mónica responde explicando al detalle esta «cultura de la violación».
¡Hola! Soy de México y tengo 15 años. Hace poco me dejaron en la escuela un trabajo sobre movimientos sociales y como quiera terminé en su página, pero al leer sus post me entraron muchas dudas y me da un poco de vergüenza decirlo pero no sé a quién preguntar así que espero no alargarme mucho:
Ya se que es un poco tonto, pero viendo en internet un vídeo (éste: https://www.youtube.com/watch?v=xJ8avSgAwzk ) y leyendo en su página una entrada sobre la chica que decía cómo se convirtió en víctima de una violación y el debate en los comentarios sobre si fue violación o no, voy a la pregunta: ¿Qué es violación y qué no? En el caso del vídeo, la situación que plantea se me hace muy similar a la situación de su entrada, según yo sabía que violación es obligar a alguien a mantener relaciones sexuales pero si en primera él jamás te obligó y tú nunca dijiste que no, ¿cómo se puede considerar eso violación? Es decir, si mi novio me presiona para tener relaciones y yo dejo que lo hagamos aún cuando en el fondo no quiero y después me arrepiento ¿se podría considerar violación?
Y tengo otra duda que también les agradecería que me respondieran. A veces en la escuela, la maestra tiende a hacer comentarios o incluso hay algunas reglas en la escuela de las que no había sido consciente hasta poquito que empecé a leer su página. Resulta que en mi escuela, según esto, a las niñas nos obligan a llevar mallas y de hecho a pesar de ello, el reglamento también establece llevar la falda por debajo de la rodilla (aunque esto último casi nadie lo cumple) y todo porque según esto las niñas distraemos a los compañeros (hombres) y de hecho se encuentran a una pareja besándose, a la que sancionan es a ella y no a él, porque el hombre llega hasta donde la mujer permite. Esto me lleva a otra pregunta: ¿es entonces responsabilidad de nosotras las mujeres tener que taparnos y darnos a »respetar» sino los hombres no nos respetan? ¿significa que no puedo tener la libertad de vestirme como quiero porque si un hombre me ofende es culpa mía? Solamente quería ver su opinión respecto a esto. Gracias de antemano.
Hola Frida.
Antes que nada, muchas gracias por enviarnos tus consultas. Son preguntas muy relevantes, que nos hemos hecho todas (¡y nos seguimos haciendo!) en muchos momentos de nuestras vidas. Voy a comentarte sucintamente mi opinión sobre estos temas, que son peliagudos, y sobre los que se han escrito, y se pueden seguir escribiendo, ríos de tinta.
Con respecto a qué es una violación y qué no, creo que el concepto clave que tenemos que comprender aquí es el consentimiento: si estamos dando nuestro consentimiento a un acercamiento sexual o no. Normalmente, se hace hincapié en que tenemos que decir «no» de una manera explícita y tajante, pero creo que es más útil, y más respetuoso, pensar en si damos, y si se está demandando, nuestro consentimiento o no. Las razones por las que no decimos que no pueden ser diversas: porque estamos paralizadas de terror, porque tememos por nuestra integridad física, por presiones de nuestra pareja, porque no nos atrevemos porque antes dijimos que sí… Pero en todas estas situaciones el consentimiento que ha obtenido la otra persona es más que cuestionable.
Para mis cursos de autodefensa feminista, encuentro el recurso a este vídeo muy interesante para comprender la cuestión del consentimiento. Imaginemos que le ofrecemos a alguien una taza de té: si dice que no quiere, ¿para qué insistirle?, ¿para qué forzarle a bebérsela?, ¿para qué hacerle chantaje para que se la beba? Si está dormida, no le des la taza de té; si te dice que sí, pero luego piensa que mejor quiere agua, no le des la taza de té; si pide té, se lo pones, pero aún así decide que no le gusta, no le fuerces a seguir bebiéndoselo; y así todas las posibles situaciones en las que alguien puede rechazar una taza de té.
Estos, como vemos, podrían ser considerados consejos a los hombres sobre cómo no violar. Pero también nos pueden hacer reflexionar a nosotras sobre qué situaciones sexuales podemos considerar como una agresión sexual o una violación: si no queremos té y nos obligan, si queríamos un té pero no otro, si queríamos té pero no así, porque quizá éste que nos han puesto nos quema demasiado y preferimos esperar, si estamos durmiendo y de repente nos despertamos con la taza en la boca, y un sinfín de situaciones similares.
Sobre tu segunda consulta, describes perfectamente el despertar feminista que muchas vivimos en algún momento de nuestra vida. Nos vamos dando cuenta de normas que se aplican de manera diferente según los géneros, y nos vamos dando cuenta de que socialmente tenemos que aceptar esas normas, si no seremos castigadas de una manera o de otra. Con respecto a la vestimenta, y enlazando con tu pregunta anterior, parece que el castigo que vamos a recibir si no nos vestimos de una manera que la sociedad considera como decente es una agresión sexual. Y se nos manda el mensaje de que es nuestra culpa si sufrimos una agresión sexual: porque nuestra falda era demasiado corta, porque íbamos andando solas por la calle, porque eran las 3 de la madrugada y dónde vamos a esas horas, porque flirteamos con no sé quién… Siempre se encuentra alguna excusa para no poner la responsabilidad en quien agrede, sino en quienes somos agredidas. Esto se llama «cultura de la violación»: una cultura que fomenta todos estos tipos de mecanismos que se nos incrustan en la cabeza y que nos hacen pensar que es nuestra responsabilidad cuidarnos de que algo no nos pase.
Así que me atrevería a decirte que no, que no es nuestra responsabilidad cubrirnos para hacernos respetar. Nuestros compañeros deberían respetarnos aunque fuéramos totalmente desnudas. Si no lo hacen, son ellos los que tienen un serio problema, que pagamos nosotras. Pero el problema lo tienen ellos, por la manera en la que son educados en esta cultura de la violación. La responsabilidad debería ser de ellos; deberían deshacer de su cabeza la idea de que pueden disponer de nuestros cuerpos en cualquier momento, o de que una falda corta es una invitación. Si un hombre se ofende, o se excita por tu ropa, no es culpa tuya; es del patriarcado que tiene en la cabeza, y es su responsabilidad desaprenderlo para empezar a construir juntes un futuro más respetuoso e igualitario.
Mónica.
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