Gracias al verde

A veces pensamos que las personas veganas sólo comen verde. Y sí, comen verde. Pero también rojo, morado, naranja… Angy nos lo descubre.

Ilustración de Patricia

Y es que es verdad. Cómo de agradecides tenemos que estar les veganes por que existan alimentos –reales, y no restos de animales- más allá de los pobres animales y todo lo procedente de ellos. El color verde alegra nuestra vida y no solo la nuestra, sino también la de nuestros compañeros no humanos, pues así dejamos que prosigan con ella en paz. Quizá por eso dicen que el verde es el color de la esperanza.

Pero no os llevéis a engaños, ¡les veganes no nos alimentamos exclusivamente de plantas! Sí, quizá ocupen una buena porción de nuestra dieta; pero oye, con lo ricas, frescas y saludables que son y la cantidad de nutrientes que tienen, a mí personalmente no me importaría que fueran lo único que comiera.

No tenemos una dieta tan reducida como dice la creencia popular; es más, sólo es cuestión de quitar un par de escalafones de la dieta tradicional: eliminar la carne, el pescado, los lácteos y el huevo ¡y no, no se acaba el mundo! Recordemos que aún nos quedan la fruta, la verdura, los cereales, las legumbres, la pasta… ¡Todo un mundo que descubrir y explotar!

En una dieta vegana (vegetariana estricta, en realidad), hay miles de posibilidades con las que crear diferentes opciones, sólo es cuestión de echarle imaginación.

Como he dicho al principio, aunque el verde es una buena parte de nuestra dieta, también es muy importante comer variado y colorido para obtener todos los nutrientes necesarios. Y es que los alimentos hablan por sí solos y precisamente su color nos explica e indica cómo y de qué manera pueden ayudar a nuestro organismo.

El color rojo: los tomates, las fresas, la granada, las manzanas rojas, etcétera, nos ayudan con la circulación, la salud del corazón y además son afrodisíacos.

El color blanco: el ajo, la cebolla, la coliflor, etcétera, ayudan al sistema respiratorio y a veces, bien usados, tienen incluso efectos antibióticos.

El verde: nuestro principal aliado, cuida y es beneficioso para el hígado, regula el colesterol y es muy rico en antioxidantes, lo que hace de él un buen preventivo contra el cáncer.

Los alimentos morados: las moras, berenjenas, uvas, etcétera, protegen la salud de nuestra visión y, al igual que los frutos rojos, ayudan a la circulación.

El color naranja: la calabaza, la zanahoria o las mandarinas cuidan de nuestro corazón e intervienen en la salud de nuestra piel.

El negro: sobre todo semillas, funcionan perfectamente como energéticos y estimulantes.

Fuente: http://www.ligadealimentacion.com/vegetales-3-colores-que-debes-comer-mas/

¿Cuántas más razones necesitas para ponerle cada día color a tu plato?

¡Haz de él todo un arcoíris y que aproveche!

 

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