Ana nos invita a poner la mirada en nosotras mismas: perdonarnos, cuidarnos, acariciarnos y amarnos.
Repasar el pasado con mirada compasiva y
dar valor a cada uno de mis logros
(uno a uno, poco a poco…)
hasta reconocer el papel de LA que lucha en cada uno de ellos.
Repasar el pasado con mirada amorosa y
perdonar el trato que me he dado.
Perdonar a aquella que nunca cumplió los cánones,
a LA que le obligaba a hacerlo,
a LA que lo conseguía y se sentía bien en la norma.
Ponerlas a todas a hablar y a escucharse;
descubrir que todas son UNA,
una persona entera, completa y preciosa.
Curar las heridas de lo vivido,
las infringidas desde el afuera,
las provocadas desde el adentro.
Lamer mis lágrimas con sabor salado,
acoger la tristeza y darme permiso para sacar
a LA que llora y se queja.
Buscar mi mirada en las fotos de la infancia,
reencontrarme con la energía que emana de ellas,
reconocerla como propia y rescatarla del olvido.
Abrir los sentidos al placer y
descubrir todo lo que mi cuerpo puede aportarme.
Acariciar todos sus rincones,
uno a uno, poco a poco.
Amasar, masajear y apretar la piel
hasta ver a mis brazos rodearme entera.
Asomarme a mis entrañas e
identificar todos mis dones.
Disfrutar con su belleza,
crear, jugar y volar con ellos.
Agradecer lo que tengo y lo que soy,
cada uno de mis días.
Descubrir a todas las mujeres que soy y
verlas andar juntas, riendo y danzando en armonía.
Dejarme SER todas y cada una de ellas.
Mostrarlas a quien me rodea,
salpicar con sus colores el cotidiano de los días.
Enamorarme de mí misma y
permitirme ser
EL UNIVERSO ENTERO.
1 Comentario
Bellísimo.