Una de nuestras Fridas decide compartir con nosotres este íntimo y profundo poema.
Te va menguando el sol, implacable, que se bebe lentamente tu humedad. Te vacían los empujones, que salpican un poco tu esencia sin producir más que un leve escozor en los demás o, a veces, hace girar por un momento alguna cabeza que volverá a su posición tras una ingrata sacudida. Cuando viene alguien y se sacia contigo, el asalto duele menos. Puede llegar incluso a ser placentero, pero igualmente contribuye a tu merma.
Te sientes revivir sólo cuando llueve, cuando consigues retener por unos instantes las gotas que te golpean, creando una mezcla efímera en tu superficie que se parece poco a ti. Que acelera la evaporación.
Hasta que ya no queda nada más que una grieta. Árida, oscura y afilada.
Entonces todo el mundo ve la grieta. Qué fea, la grieta. Qué áspera, la grieta. Qué inhóspita, la grieta. Todo el mundo repara en la deshidratación que te ha cuarteado la vida, en la sequedad que ha resquebrajado tu fachada y ha hecho que se tambaleen tus cimientos.
Pero la grieta es lo suficientemente grande para que quepa una semilla. Para que se pasee por sus recovecos el tiempo.
Y saliva y sudor y lágrimas y sangre y leche. Todo cabe y todo te nutre. Y creces.
Y a partir de ahí todo puede pasar. Todo está a tu alcance. Porque sólo tú te perteneces. Porque después de la raíz y el subsuelo sólo puedes ir hacia arriba.
Y qué vivas están tus yemas y qué carnosos lucen tus tallos y qué suaves se sienten tus hojas. Y qué curtidas las plantas de tus pies. Y qué flexibles tus extremidades. Y qué fuertes tus alas.
Y qué bonita la vida que brota. Qué bella la metamorfosis.
Por Estela Rengel (30) – Huelva, España.
Puedes seguirla en su Instagram o en Facebook.
2 Comentarios
gracias por poner tan bellas palabras a un sentimiento tan profundamente desesperante ( o al menos para mi lo es)
esa vida que brota, y vuelve a brotar, va haciendose cada vez más fuerte pero también mas vieja…y noto también como muchas veces, aunque crezca fuerte, se resiste un poquito mas a salir
pero en ello estamos, no permitir que se corte la vida de nuevo
Muchas gracias por tu comentario, «viento». Tú también pones en pie la otra parte de lo que se siente y sólo con que una persona se haya visto reflejada en mi texto, ha merecido la pena desnudarme para compartirlo.
Un abrazo.