No sé si cerrar o no cerrar Facebook. No sé cuántas veces he oído a alguien pronunciar esas palabras en el último año, pero han sido las suficientes como para pensar que algo pasa. ¿Se vive mejor fuera de las redes?
Pongámonos en situación. Durante diez años has volcado tu vida, la vida de tu pareja, de tus padres y hasta de tu perro en una página blanquiazul que informaba al resto de habitantes del mundo de tu existencia. Donde tus quejas eran escuchadas, tus cambios de look alabados, tus ex parejas te apreciaban cordialmente y nadie se olvidaba de tu cumpleaños. ¿Por qué ibas a decir adiós a algo así?
Bueno, quizás hayas empezado a pensar en la cantidad de tiempo que pierdes cuando te metes en el agujero negro de tu feed de noticias, en la calidad de detalles sobre tu vida que estás contando a personas semiconocidas o en si realmente te interesa saber cómo se alimentan los gatos de personas que dejaste de ver en el colegio. Quizás no te apetezca compartir tu vida virtualmente en este momento, quizás quieras rodearte sólo de personas que quieren formar parte de tu vida. Quizás te hayas hartado de escuchar a tanta gente quejarse sobre las mismas noticias sin hacer nada o discutiendo sobre lo mismo sin escuchar a los demás. Quizás te haya sobresaturado el exceso de información. Cada persona sabe qué siente cuando abre la pestañita azul.
A veces piensas en la posibilidad de dejarlo durante un tiempo, probar. Pero no parece tarea fácil volver al lado oscuro. Ese abismo en el que dependes del recuerdo que los demás tienen de ti cuando no ven tus fotos. Ese mundo solitario en el que sólo a las personas a las que realmente les apetece hablar contigo descolgarán el teléfono para invitarte a un café. ¿Qué ocurre si pasan los días y nadie quiere invitarte? ¿Qué pasa si en realidad nadie sabe cuando es tu cumpleaños? ¿Qué pasa si les colegas del trabajo empiezan a excluirte de los planes, o peor; qué pasa si nadie aparte de tu familia te llama para saber cómo estás? Y lo más asombroso, ¿cómo es posible que antes viviéramos de esa manera?
En realidad, las redes son lo que hagamos de ellas. La vida no se vuelve demasiado diferente cuando te alejas de ellas temporal o definitivamente, pero sí que se pueden apreciar algunos cambios. En mi caso, llevaba 8 ó 9 años en la red social cuando me acechó la duda de si cerrar o no cerrar Facebook, así que decidí pasar todo un verano desconectada. Quería volver a quedar con las personas que conocía para saber qué habían hecho y no descubrirlo por sus fotos. Quería conectar de otra manera con otras personas desconocidas, quería recuperar el tiempo perdido y quería más paz mental descansando de tanta información. El experimento fue tan bien que a la vuelta de las vacaciones acabé cerrando Facebook definitivamente, y creo que ya ha pasado un año. La vida no es mejor, pero he ganado en algunas cosas. A saber:
Tiempo libre para hacer algo que me haga sentir más realizada que mirar publicaciones sin fin, una nueva perspectiva a la hora de valorar cada relación y cada persona, sentirme realmente feliz cuando encuentro a una persona conocida por la calle y siento curiosidad por tomarme un café con ella y que me cuente cosas porque previamente no he visto toda su vida en fotos, tranquilidad al dejar de estar sobreinformada, visión más completa de la realidad al conocer la parte buena y mala de la vida de los demás y no sólo sus logros profesionales, su bonita familia y sus lujosas vacaciones y, por supuesto, cero curiosidad egocéntrica por mirar los likes que tiene lo último que he publicado.
También está la parte mala. Menos integración en algunos grupos que se mueven prácticamente de forma virtual en Facebook al ser la oveja negra que sólo utiliza whatsapp, no saber nada de la vida de personas que viven en otros países y con las que, aunque nunca volviese a quedar, me alegraba saber de su existencia y seguro que algo más pero, sinceramente, me cuesta recordarlo; por lo que deduzco que no será muy importante.
La decisión queda en tus manos, ya nos contarás qué es lo que mejor te ha venido hacer a ti y, sea lo que sea, ¡que disfrutes socializando!
4 Comentarios
Yo solamente me quedé con Instagram. Me cansé de los dramas ajenos y excesivos de los demás… Ahora solamente sigo a restaurantes, bibliotecas y museos… Todo lo que me hace feliz😂
Genial, larga vida a lo que nos hace felices! Lo demás fuera
Por si sirve a alguien, contaré la alternativa que yo tomé:
Borré mi perfil personal, y creé otro con el que estoy suscrito a organizaciones culturales, etc. que no funcionan por correo electrónico. Estoy encantadísime de la vida con la decisión tomada. Ahora me planteo si dar el paso también en WhatsApp 🙂
Es muy buena opción, se de mucha gente que se ha animado a hacerlo y les va muy bien!