Lady Bird: en busca de la belleza propia

Una de las películas del momento es la aclamada Lady Bird. Escrita y dirigida por Greta Gerwig, esta dulce y melancólica historia es una muestra de la belleza que cada una de nosotres tenemos dentro cuando somos fieles a nosotres mismes.

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Ilustración: Laura Izquierdo

En el cine existe un género que se conoce en inglés como coming of age y que es aquel que representa el paso de la juventud a la adultez. Este tipo de cine suele ser reflexivo y siempre busca mostrar las variadas problemáticas que caracterizan a les jóvenes de diferentes épocas: la rebeldía, los ideales y convicciones frente al mundo adulto, la última esperanza de juventud, el sufrimiento, el descubrimiento del sexo, etc. En el 2017 una de las películas que mejores críticas recibió y que se ubica dentro de ese tipo de cine fue Lady Bird, escrita y dirigida por Greta Gerwig.

El viaje hacia la adultez: un camino de descubrimiento 

Lady Bird es el personaje principal de esta historia. En realidad, esta adolescente que está a punto de entrar al mundo adulto (¿existe una barrera que saltar o simplemente la edad nos arroja a veces a ese lugar desconocido?) se llama Christine McPherson y vive junto a sus padres, su hermano y su cuñada en una casa simple y austera de la ciudad de Sacramento. Del «lado incorrecto de las vías» como le gusta decir a ella, renegando un poco de su realidad económica.  El nombre Lady Bird es el modo en el que ella se hace llamar a sí misma. Señala muy claramente que ese es un nombre «que ella misma se ha dado por y para sí misma» cuando le preguntan por qué quiere que se la conozca así.

Experimentando los últimos tirones de la escuela secundaria, con el tradicional baile de fin de curso, la búsqueda de universidades y la posibilidad de abandonar el lugar que la vio crecer y que ya no tiene nada para aportarle, Lady Bird se obstina con aspirar a una mejor vida en ciudades llenas de cultura y de opciones, alejadas de Sacramento y de la vida que ella considera común y corriente.

La escuela religiosa a la que asiste no le presenta muchas más opciones que charlas contra el aborto, el grupo de amigos no busca cambiar demasiado su realidad y su madre (principal oponente en su ansiada independencia) le insiste para que se sienta orgullosa de quién es y de dónde viene. Pero nada es suficiente para Lady Bird. Ni siquiera puede ser rebelde porque cuando lo intenta y le hace una broma pesada a la monja directora del colegio, esta se ríe y le dice que fue una broma inteligente.

En el medio, las primeras relaciones de amor, el teatro, las fiestas y el mismísimo aburrimiento son parte cotidiana de su vida. Lady Bird quiere llamar la atención desde el minuto uno: su cabellera es color coral y nunca está peinada, su ropa no es la típica de una adolescente de su edad. El vínculo con su padre, tal vez uno de los pilares en su vida, es hermoso, tierno y lleno de amor.

La protagonista de esta película pareciera ser distinta al resto pero sabemos que en realidad es igual a todas las demás: una chica frágil, que no sabe muy bien cómo encarar el hecho de tener que dejar el nido, llena de aspiraciones, deseos y sueños que al mismo tiempo la llenan de miedo e inseguridad, rebelde pero amorosa, que intenta ser adulta e independiente pero que no puede dejar de correr en búsqueda de su mejor amiga cuando la necesita. La belleza de esta historia es clara: Lady Bird nunca deja de imaginarse otra vida y de darse golpe tras golpe con tal de llegar a su sueño de elegir su propio destino. 

¿Las voces de una generación? No, las voces de todas las mujeres

Las películas que se describen como coming of age suelen ser muchas veces enmarcadas como representantes de la juventud o de la adolescencia de cada época. Sin embargo, con Lady Bird no podemos simplemente ajustarla al presente. Los sueños y vivencias de nuestra protagonista son los de quien compuso y dirigió con mucha frescura la obra: la prometedora Greta Gerwig. Pero también los de muchas muchachas en general.

Esta fabulosa artista comenzó su carrera como actriz. Trabajó en un gran número de películas pero su papel descomunal, ese que la hizo dar el salto a la fama fue en Frances Ha. Esa historia estuvo escrita por ella y el director, Noah Baumbach. Cuenta la vida de una joven que vive en Nueva York y que lucha por lograr desarrollar una carrera en la danza, con todos los obstáculos que implica vivir en una ciudad enorme. Desde entonces Greta ha crecido como artista, como mujer y como creativa.

Lady Bird es su ópera prima como directora. Es maravilloso ver que una mujer joven se anime a dar los primeros pasos en la dirección y que los resultados sean tan bellos. La crítica y la recepción de la película han sido muy buenas y tanto ella en su rol como directora como Saoirse Ronan en su rol de actriz han sido nominadas a muchos premios. (Al momento de escribir este artículo, Saoirse ya había ganado como mejor actriz en los Golden Globe y la película en la categoría mejor película comedia o musical, a pesar de que Greta no fue nominada como directora).

Lo importante a señalar aquí es que Greta eligió hacer de su vida una historia digna de ser contada en una película. La historia de una mujer joven, con ansias de descubrir el mundo y de sentirse capaz de hacer realidad sus sueños. Tal vez esa personalidad se encuentre en muchos de los papeles que Greta interpretó y que, quizás, fueron los que la llevaron a pensar en contar su propia experiencia.

Greta es una artista enorme y prometedora. También lo es Saoirse Ronan. El trabajo de ambas es hermoso y llena de esperanzas ver que cada vez más mujeres se animen a relatar y a ser las voces que guían a otras mujeres. Darnos cuenta que somos capaces de mucho más de lo que creemos es belleza y lograrlo es fuerza. En una entrevista reciente que ambas dieron para promocionar la película, Saoirse dijo que es gracias a Greta que comenzó a considerar la posibilidad de ser directora en un futuro no tan lejano. Ese es el poder que tenemos dentro nuestro: de inspirarnos, de darnos fuerza para ser mejores, de hacer arte con nuestras interpretaciones o nuestras creaciones, de acompañarnos, de servirnos de ejemplo, de crear, en definitiva, para unas y otras un mundo más bello.

Aquí el tráiler de Lady Bird por si todavía no la vista Trailer.

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