El veneno peligroso del amor es el nombre que le da una Frida a los peligros que entraña el amor romántico en este bonito poema.
No es suficiente el amor.
Me niego a beber el veneno violento del amor.
Sí, a ese amor que es como un asesino serial, silencioso, engañador, apostando por las víctimas que se ha de llevar.
No quiero al amor que se viste de poder y romanticismo.
Hay peligro en él, porque en sus brazos hay esclavitud. Pero el amor es esa maldita palabra por la que todes luchan.
Ese amor no me basta y renuncio a la peligrosa conjugación del verbo amar.
Mientras que en la mesa los negociadores sean el temor y la moral, me acojo entre los brazos de la soledad.
Dejaré que el amor libertario humedezca mis labios y con su furia me arranque mis bragas hasta impregnar mi alma.
Entonces, siendo un poco más libre y feliz hablaré del amor revolucionario, del amor que crece día a día, de la clase de amor que te puede lastimar. Pero es un dolor sano, del amor defensor de la independencia y sinceridad.
Abriré mi jaula donde están mis más profundos miedos y bailaré contigo, amor.
Te abrazaré porque soy un poco tuya y la autonomía del amor no teme a mi feminidad.
Crece, amor, transfórmate, no basta con ilusionar.
Kristal M. Rivera González (27), Humacao, Puerto Rico
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