Marta nos desmonta algunas ideas del amor romántico y nos habla de la importancia del equilibrio y la corresponsabilidad en la pareja.
– «Es necesario tener una relación de pareja para estar completes«. Las medias naranjas ya están pochas de tanto hablar de ellas.
– «Sólo existe un AMOR DE TU VIDA«. Así con mayúsculas, para que si has querido tantísimo a alguien y no sigue adelante esa relación, caigas en el más oscuros de los abismos. El amor es amor, no tiene límites ni número ni se cubre un cupo.
– «Hasta que la muerte nos separe«. El consabido y fueron felices y comieron…wait! que no, que ya sabemos que una relación no tiene porqué ser para siempre. Cambiamos, evolucionamos, la vida, las circunstancias. Hay relaciones que se acaban por mucho que se empeñen en vendernos aquello de «aguanta». Además, hay amores que ni con la muerte desparecen, ¿verdad?.
– «Los celos son amor«. Me cuesta hasta escribirlo. Los celos NUNCA son muestra de amor. Ni «un poquito es sano», ni «dan vidilla a la relación», ni «muestran que le importas». Solo son señales de inseguridad, desconfianza y sensación de posesión.
– «Teniéndote a ti no necesito nada más«. Qué turbio. Da miedo. Qué poco sano. Amistades, familia, compis, tiempo para tí,… hay mucho más y no aprovecharlo solo añade cargas, frustraciones, exigencias y decepciones en tu relación de pareja.
– «Quien bien te quiere te hará llorar«. Demandemos a quien dijo esto, por favor.
Y tantas cosas más. Pero no sigo que no venía a hablar de esto en sí y me lío que este asunto es como el rascar, todo es empezar.
Pongamos que tienes una pareja, ¿qué sería lo más importante en ella? ¿el amor? ¿por aquello de «el amor todo lo puede«? -intento parar, lo prometo pero salen más y más-.
Evidentemente el amor es importante, de hecho yo diría que lo es en todas las relaciones que tengamos. Con más o menos intensidad, con un tipo de muestra afectiva u otro pero qué esencial es querer(se).
¿Y entonces? ¿si no es el amor?
El equilibrio.
Amigues, esta es la clave de todo. El equilibrio es dar y recibir, es igualdad y equidad, es cuidar y ser cuidade. Es respeto. Es responsabilidad o, mejor dicho, corresponsabilidad.
Y si, sucede lo que estáis pensando, andamos muy desiquilibrades en general, así que igual es importante valorar ciertos aspectos y hacer un ejercicio de autocrítica para ver si aprobamos o podemos subir nota.
– A nivel afectivo.
Somos responsables de nuestras propias emociones y comunicarlas a veces se nos hace muy cuesta arriba, por eso os dejo 6 consejos para mejorar la comunicación de emociones en la pareja.
– A nivel de cuidados.
La importancia de los roles y los cambios de roles. Es tan importante cuidar a alguien como dejarse cuidar, como cuidarse a une misme. Porque si te pongo a tí por delante siempre «a pesar de mí», aunque no me lo pidas, al final voy a generar resentimiento. O si, al contrario, únicamente miro por mí «a pesar de tí» igual nos falta empatía. Si no me dejo cuidar porque entiendo que el cuidado indica una necesidad de la que puede leerse cierta dependencia y yo me tengo que saber gestionar absolutamente todo sin ayuda de nadie yentoncesmepongomiescudoymeprotegodelmundo… STOP!
Seamos realistas y no nos fustiguemos. Dejémonos cuidar desde un lugar sano. Porque podemos necesitar a otras personas -dentro o fuera de la pareja- y no por ello somos menos que nadie. Sencillamente estaremos dando voz a esa parte nuestra que es social y relacional. Y no pasa nada. Permítetelo.
– A nivel de responsabilidades domésticas.
Reparto equitativo en función de tiempo, gustos y negociando aquellas cosas que ningune quiera hacer. Y tener flexibilidad. Si tú te encargas de fregar los platos normalmente y hoy estás enferme con indigestión y ayunando, no te voy a hacer que entre visitas al baño te pongas a hacerlo. Respeto. Sentido común y, volvemos a la anterior: cuidados. Aquí añadiríamos todas las responsabilidades que puedan conllevar tener niñes o una mascota.
– A nivel económico.
Todavía hoy en día hay a hombres heteros a los que les molesta que su pareja gane más. Así de frágil es la masculinidad. También hay parejas en las que a lo mejor une gana mucho más y deciden qué quien gana más sea el que se haga cargo de todo. O muchas otras opciones.
Hay mil formas de hacerlo pero al final la ideal es la equitativa, es decir, no ponemos les dos lo mismo -porque eso puede implicar el ahogo de une- pero si el mismo porcentaje. Evidentemente, quien gane más pondrá más dinero pero realmente les dos se están comprometiendo a lo mismo: a un x% de lo que ingreso. Ya os oigo, si, «¿y si une no gana nada?». En circunstancias así yo os recomendaría llegar al equilibrio tirando del punto anterior.
– A nivel individual.
Hay parejas que se desdibujan, que se dejan llevar por la otra persona hasta el punto en el que parecen siameses, que dejan de lado familia, amigues y esos momentos a solas. Y no solo eso. También sus gustos, sus hobbies, desaparecen, ¡chas!.
Es esencial mantener siempre nuestro espacio, escucharnos, permitirnos ser como somos y no vender algo diferente porque te tienen que querer por como eres. Y esto va en ambos sentidos, al mismo tiempo que te grito que no te pierdas en alguien, te suplico que no arrastres a nadie.
Juntes somos más fuertes, nos enriquecemos, aprendemos de les demás, de nuestra singularidad. Intentar ser quien crees que tu pareja querría o forzar a tu pareja a ser algo que no es, no solo no es sano, sino que es dañino y de pronóstico lamentable.
¿Cómo lo veis? ¿Estáis equilibrades cuando estáis en pareja? ¿sois corresponsables? ¿os expresáis, escucháis y negociáis con ella? ¿o sigue quedando alguna telaraña del Amor Romántico por ahí?
Pero esa es la magia, disfrutad una vida equilibrada perfectamente desequilibrada 😉
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