Alison Bechdel: la novela gráfica como terapia y viaje vital apasionante

Julia no encontraba referentes en el mundo del cómic… Hasta que descubrió a Alison Bechdel y utilizó la novela gráfica como terapia y viaje vital.

Descubrí el mundo del cómic gracias a un compañero de mi adolescencia. Él dibujaba mucho y, en consecuencia, consumía también muchas viñetas. Me contagió de su amor por lo gráfico; y fue así que me introduje en el mundo del cómic y la novela gráfica.

Me recuerdo fascinada leyendo Hellboy o Sandman. Todos ellos se encuentran aún entre mis preferidos: Ronin, V de Vendetta, Sin City.

¿Dónde estaban las mujeres, las superheroínas o, simplemente, las historias cotidianas sobre la experiencia femenina? Pasó el tiempo y abandoné poco a poco el mundo del cómic. Al crecer me cansé de no encontrar referentes en los que mirarme (he de reconocer que esto ocurrió porque no investigué lo suficiente…).

Comencé, durante aquellos años, una tradición que sigo desarrollando hoy en día: regalo a mi padre un cómic distinto cada navidad. La adaptación de Peter Pan de Loisel y casi todos los de Paco Roca, entre otros. En un intento por conectar con él, le he ido construyendo una biblioteca gráfica bastante bien nutrida. Yo leía todos los cómics que le regalaba, y me encantaban, pero seguía sin encontrar un eco personal necesario para terminar de conectar con ellos a un nivel más profundo, como por debajo de la piel.

Años después, comencé a hacer psicoanálisis. En este viaje, estoy atravesado etapas muy distintas y actualmente estoy en período de descanso. Pero el análisis me ha dado herramientas para usar en el día a día. Una noche, llegué a casa después de una sesión intensa. Al abrir la puerta, me llamó la atención un libro de color naranja que un buen amigo me había prestado meses atrás. Conecté con él como a veces ocurre con algunos libros, de manera inexplicable pero innegable. Lo agarré e inmediatamente me senté en el sofá para comenzar a leer.

Se trataba de Fun Home de Alison Bechdel. No pude soltarlo en toda la noche. Lo devoré. Y la noche siguiente comencé ¿Eres mi madre? Todo cambió entonces. Volví a conectar con el universo gráfico que tiempo atrás había abandonado. Parecía como si Alison escribiera para mí. Me hablaba de su historia para ayudarme a entender la mía.

Fun Home. Una familia tragicómica fue publicado en 2006 y se centra principalmente en el padre de Alison. ¿Eres mi madre? se publicó en 2012 y algunas críticas lo calificaron de menor calidad e intensidad que su predecesor. En mi opinión, los dos son obras maestras y conforman un perfecto círculo vital, lleno de sentido, emociones y abrumadora realidad.

Ambos cómics relatan su infancia y las conexiones de esta etapa con su madurez. De manera ágil y brutalmente honesta, la autora nos abre las puertas de su vida, sin reservas. Se desnuda, llora, ríe, se descubre, cae y se vuelve a levantar. La terapia supone una parte muy importante del argumento, sobre todo en ¿Eres mi madre?, y es alucinante cómo la autora consigue compartir su viaje con les lectores, haciéndonos partícipes en todo momento de sus confusiones pero también de sus pequeños logros y significados. He llorado con muy pocos libros en mi vida, y estas dos novelas gráficas se cuentan entre ellos.

Si no os habéis acercado al universo de Bechdel os aconsejo fervientemente que lo hagáis. La autora, nacida en 1960, publicó además, entre los años 1983 y 2008, las tiras Dykes to watch out for(traducidas al español como Unas bollos de cuidado/Unas lesbianas de cuidado). En una de estas tiras, Alison definió las tres reglas que definen su famoso Test de Bechdel. Su trabajo es referente de la cultura lesbiana para muchas generaciones que se encontraron representadas en sus ilustraciones y palabras. 

CUANDO MIRO SE ME VE, POR LO TANTO EXISTO. (Bechdel, en ¿Eres mi madre?)