Las relaciones de pareja se transforman. Nos transforman. Te transforman.
¿En qué momento hay que parar el tren?
¿Hay que esperar una parada, tirar de freno de emergencia o tirarse en marcha?
¿En qué momento sabes que ya no hay vuelta atrás y que lo que hay ya no ES sino FUE?
¿Cómo dar el paso si todo está ‘bien’?
¿Son esos los momentos en los que tienes que respirar, esperar y ver qué pasa? ¿O son los que tienes que dejar a tus emociones al volante?
Si no soy yo, eres tú.
Si no eres tú, soy yo.
¿En qué momento me perderé en ti, en nosotres, si sigo hacia delante?
No sé si me voy o te marchas, lo que se es que se va creando una distancia.
A veces se acorta con miradas, gestos y pensamientos. Otras se acrecienta y parece que estamos cada une en una burbuja individual.
Cuando decimos adiós también lo hacemos a una parte de nosotres.
Lo que pudo haber sido.
Pero ¿qué somos? ¿trocitos de deseos pasados o pedazos de realidad?
A veces soy. A veces no soy.
Al mismo tiempo que me rompo me siento más entera que nunca.
Paremos el tiempo.
Miremos por la ventana del tren.
Quien sabe qué haremos mañana pero ahora mismo la única acción posible es la inacción.
Hasta que esta energía se-me-te-nos transforme.
Los Comentarios están cerrados.