Celia nos invita a hacer un recorrido personal por el mundo de las escritoras latinoamericanas, mágicas creadoras de arte y cultura, en especial el caso de Juana de Ibarbourou.
Latinoamérica es una tierra inmesa, diversa, llena de matices, de culturas, de multiculturalidad, de vegetación, de lenguas y cánticos… Es un todo sin ser una pieza homogénea, y a la vez es algo muy diferente entre sí. Es una ilusión hecha realidad, con esos colores y olores. Es una parte del mundo enorme y rica en materiales, en voces poéticas que cantan a la luz de la luna y también en literatura, aquella que nos hace sentir en lo más profundo del alma.
Las escritoras latinoamericanas han salido a la luz, y ya no hay vuelta atrás para no desmenuzar la obra que nos han dejado cada una de ellas, hay muchas, pero como en todas partes del mundo, se habla más del ellos que el de ellas. Yo, como no soy una experta en literatura ni nada eso, pero sí una gran amante, no puedo desglosar en estas líneas ninguna crítica general, ya que para poder hablar de tantas y con tanta (valga la redundancia) responsabilidad, hay que saber mucho y hay que saber bien. No me siento en esa potestad.
Sí que hoy quería hablar de una de ellas que me llevan emocionando desde que soy una adolescente: la poeta uruguaya Juana de Ibarbourou. Su sensibilidad extrema acaba por notarse en sus versos por esa constante suya de sentir a la mujer parte de la naturaleza y la naturaleza parte de la mujer. Juana sí que no murió olvidada, y quizá por ello debamos celebrarlo, al tener mejor suerte que otras compañeras suyas de profesión (y, sin embargo, sí peor en lo personal, ya que se dice que sufrió violencia machista y a consecuencia de ello se volvió adicta a la morfina). Aún así, como mujer del siglo XX, aunque ella nació a finales del XIX, sí que consiguió a través de su poesía emocionar a sus colegas poetas hombres, ya que obtuvo varios reconocimientos a lo largo de su vida: en 1929 fue proclamada «Juana de América» en el Palacio Legislativo del Uruguay, ceremonia que presidió el poeta «oficial» uruguayo Juan Zorrilla de San Martín y que contó con la participación del ensayista mexicano Alfonso Reyes; décadas más tarde, ocupó la presidencia de la Sociedad Uruguaya de Escritores (1950) y en el cincuenta y cinco su obra fue premiada en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. También, en el 1959 el gobierno uruguayo le concedió el Gran Premio Nacional de Literatura, siendo éste el primero de ese mismo año.
En España ese reconocimiento también llegó, ya que García Lorca y Juan Ramón Jiménez fueron a visitarla a Montevideo y Unamuno se llegó a cartear con ella.
De Ibarbourou fue transgesora para la época y circunstancia en la que se crió (aunque no la más revolucionaria en la lucha feminista, pues ella misma no hace mención a ello), ya que fue la primera en hablar del erotismo de su cuerpo con total libertad y en sus primeros poemarios se palpa una despreocupación por los pecados cristianos; más bien llama al disfrute en vida y se sienten sus versos vitales y sensuales.
Dejo este poema de su libro `Raíz Salvaje´, para que la disfrutemos todes en estas líneas:
`Raíz salvaje´
Me ha quedado clavada en los ojos
la visión de ese carro de trigo
que cruzó rechinante y pesado
sembrando de espigas el recto camino.
¡No pretendas ahora que ría!
¡Tu no sabes en qué hondos recuerdos
estoy abstraida!
Desde el fondo del alma me sube
un sabor de pitanga a los labios.
Tiene aún mi epidermis morena
no sé que fragancias de trigo emparvado.
¡Ay, quisiera llevarte conmigo
a dormir una noche en el campo
y en tus brazos pasar hasta el día
bajo el techo alocado de un árbol!
Soy la misma muchacha salvaje
que hace años trajiste a tu lado.
2 Comentarios
Chicas, muy lindo el artículo, pero como mexicana residente en Uruguay,
me hizo bastante ruido leer la denominación «uruguaya» escrita erróneamente con «ll».
Entiendo que es un país pequeño, pero no por eso deberíamos pasar por alto revisar y/o consultar como dirigirnos a sus ciudadanos.
Saludos y gracias por compartir contenido que involucre a este paisito (:
Gracias por tu mensaje, Nela! como puedes ver en el resto del artículo Celia habla de uruguayos y uruguayas así que debió de ser un lapsus o algo pero gracias de nuevo porque lo hemos corregido. Un besito!