Una Frida (Carla) nos habla de las Enfermedades de Transmisión Sexual, desmontando mitos y mentiras. Lo hace además desde su propia experiencia.
Sospechas que pudiste contraer una enfermedad de transmisión sexual. Para confirmarlo, empiezas a buscar en internet los síntomas de una variada lista de enfermedades: clamidia, gonorrea, sífilis, herpes, VPH, etc.
Conforme te enteras de las formas de transmisión y las consecuencias de cada una, se te empieza a helar la sangre al imaginar tu futuro con una enfermedad intratable.
Antes creías que las enfermedades de transmisión sexual se hallaban, que jamás te sucederían a ti. Pero cuando se convierten en una posibilidad, de pronto te sientes confundida y molesta, y debido a la vergüenza no sabes qué hacer, a dónde ir ni con quién hablar.
Estoy aquí para decirte que no estás sola. Las ETS son una realidad de muchas mujeres. Por eso es momento de hablar clara y abiertamente al respecto. Hoy más que nunca debemos eliminar el estigma alrededor de las ETS para prevenir su contagio y conocer las implicaciones de tener una.
Todas nos podemos contagiar
Vivimos en la época de la cultura del placer. Relaciones abiertas, sexo casual, amigos con derechos, Tinder, todo vale. Parece que ya nadie quiere involucrarse sentimentalmente, que ahora prevalece el deseo de experimentar sin restricciones, cuando sea, con quien sea.
Yo no tengo nada en contra del placer, de la reivindicación de la sexualidad, de la satisfacción del cuerpo, pero mi perspectiva cambió a raíz de descubrir que tengo VPH. Gracias a conversaciones sin prejuicios con amigas y conocidas, ahora entiendo que el placer representa apenas una de las cosas que obtienes cuando dejas entrar a una nueva persona a tu vida y a tu cuerpo.
Basta que lo pienses por un segundo:
Tener sexo con alguien es como establecer contacto sexual con todas las personas que estuvieron en el mismo lugar que tú, antes de ti. Si aplicamos la misma regla a esas personas, la lista se alarga interminablemente, por lo que se hace imposible conocer todo el historial.
Las mentiras que nos contamos sobre las ETS
La sexualidad femenina es una de mis vocaciones, algo de lo que hablo en diferentes espacios, con todo tipo de personas. Me encanta compartir lo que he aprendido y escuchar las experiencias de los demás, sobre todo porque, en general, he recibido confesiones desprejuiciadas y honestas.
Durante estas conversaciones he llegado a entender que hay cuestiones de la sexualidad que nos atraviesan a todos. Una de ellas, por ejemplo, son las mentiras que giran en torno a las ETS. Lastimosamente, solo las identificamos como tales cuando hemos padecido una en carne propia.
A continuación, te cuento las más frecuentes mentiras, para que tú también sepas si te has estado engañando:
«Las ETS les suceden solo a personas promiscuas«
En primer lugar, ¿qué significa ser promiscua?
Si una chica ha tenido 3 parejas sexuales (algo más que común en nuestros días), ¿consideras que es promiscua?
Probablemente, no.
¿Pero qué tal si esas 3 personas, a su vez, estuvieron con 3 personas, y estas con 3 más?
Haciendo cálculos, la cifra parece exorbitante: 27 personas (3x3x3).
¿Qué piensas ahora?
Si me preguntan a mí, yo creo que todos, en alguna medida, somos promiscuos. Sea que hayamos tenido 1 o 20 parejas, todos, aunque no seamos conscientes de ello, hemos estado con más personas de las que creemos.
Por eso, si me preguntan de nuevo, yo considero que la promiscuidad es más bien es relativa y que es un término que solo fomenta los prejuicios.
Mira:
Conozco casos de primera mano en los que el contagio se ha dado en las primeras relaciones sexuales. A una amiga le ocurrió con su primer novio, a otra con su segunda pareja.
Nadie está libre de contraer una ETS, pues es imposible conocer el historial de todas las personas que han pasado por la vida y el cuerpo del otro.
«Quien padece una ETS tiene genitales con apariencia repugnante»
Las ETS no siempre muestran síntomas. Puedes tener una y no observar nada diferente en tu cuerpo. De igual modo, todo puede lucir completamente normal en tu pareja sin que eso signifique que está libre de enfermedades.
En este caso se aplica el proverbio de que no puedes juzgar a un libro por su portada.
«Es imposible contagiarme de una ETS si usamos condón»
Todos hemos pensado que el condón es un seguro contra accidentes. Sin embargo, la realidad es distinta, incluso cuando depositamos toda nuestra confianza en la otra persona.
Te explico por qué:
Aunque cientos de artículos y videos afirmen lo contrario, el condón no es una muralla infranqueable. En realidad, su eficacia se concentra en la prevención de enfermedades producidas por bacterias (como la gonorrea o la clamidia).
Por eso hay muchas enfermedades de las que un condón no puede salvarnos. Un ejemplo claro es el herpes genital, que se transmite por el contacto con la piel.
«Las ETS no se contagian fácilmente»
Suelo pensar en las ETS como solemos pensar en la gripe: una enfermedad que se contagia fácilmente cuando nos ponemos en contacto con una persona infectada. Solo que en el caso de las ETS el contacto es sexual (de ahí el estigma).
Aunque la gripe pasa, y muchas ETS prevalecen, la facilidad de contagio es similar.
«Quien me contagió es una persona irresponsable y mala por no decirme antes»
Suelen presentarse dos problemas respecto a las personas que han contraído una ETS:
1. Muchas no saben que se han contagiado debido a la falta de síntomas. Por este motivo, no muchos se hacen exámenes periódicos y viven por años con una enfermedad que desconocen, contagiando a sus parejas a su paso.
2. Si saben que tienen una ETS, les da vergüenza hablar sobre el tema con su pareja. El estigma en torno a las ETS es muy fuerte. Y tenemos miedo de topar el tema con nuestra pareja porque pensamos que cambiará su forma de vernos. Sin embargo, es imperativo hablar si no queremos que la otra persona cargue con este peso. El secretismo en torno a las ETS únicamente incrementa la posibilidad de contagio.
Para acabar con la epidemia de ETS, y para cuidar de nosotras, como regla, todas y todos deberíamos hacernos exámenes cada vez que tengamos una nueva pareja sexual y, de la misma manera, solicitarle que haga lo mismo. Esta medida puede parecerte muy radical, pero cuando se trata de las ETS, caras vemos, enfermedades no sabemos.
#ConPapelesEnMano si quieren disfrutar por completo sin miedo a arrepentimientos.
Para finalizar
Si realmente quieres saber si tienes una ETS, deja de leer artículos en internet y acude a un médico. Pide hacerte todos los exámenes de ETS, para descartar cualquier enfermedad. Si tu médico no luce convencido porque no muestras síntomas -lo cual sucede frecuentemente- pídelos de igual manera. Tu tranquilidad es más importante.
Detectadas a tiempo, enfermedades como la clamidia o la gonorrea se pueden tratar con un poco de antibióticos. Y si es otro el tipo de enfermedad, como el herpes que no se puede curar, puedes empezar a tratarlo. Ten en cuenta que los remedios caseros poco o nada hacen al respecto.
Recuerda:
El Placer es Poder, pero todo poder conlleva una gran responsabilidad. Es el momento de eliminar el estigma, educarnos y hablar. #PapelesEnMano.
Carla Zuleta, directora de El Placer es Poder
@elplacerespoder
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