En Honduras se están haciendo unos cambios legislativos que dejan en una situación muy vulnerable a las mujeres que sufren violencia machista. Alejandra María, una Frida, nos lo cuenta en este artículo.
Te están maltratando, estás siendo golpeada, te tienen en el suelo y no te permiten levantarte. Tus gobernantes te tienen atada, tu pueblo está cansado de gritar sin ser escuchado y nosotras nos vamos con vos, porque en nuestra absurda sociedad así ocurre, somos las más afectadas. Honduras, pronto se aprobará un nuevo código penal y verdaderamente, es una pena.
A lo largo de los años, se han alcanzado enormes logros en la lucha por la obtención plena de nuestros derechos. Ser dueñas de nuestra propia lucha, ha permito promover cambios legislativos, que si bien han sido un avance, nos muestran también que todavía queda un camino por recorrer. Sin embargo en mi país ocurre todo al revés. La aprobación del nuevo código penal es un golpe para el esfuerzo y trabajo de las mujeres hondureñas en este aspecto y representa un gran retroceso.
Ahora los pedófilos podrán observar el espectáculo ofrecido por el Gobierno desde la comodidad de sus casas, pues su pena se ha reducido a arresto domiciliario. Sin embargo, protestar contra esto y demás injusticias sí te lleva directo a la cárcel. Las redes sociales serán silenciadas y decir la verdad será un crimen, pero el acoso callejero no. Bajarán las penas para violadores y secuestradores. Habrá cárcel para creadores y difusores de pornografía infantil, pero tranquilos, pedófilos, su pena se reduce si es por consumo propio. Se reducen los castigos para corruptos y narcotraficantes pero también para los maltratadores y perpetradores de violencia intrafamiliar. Desde luego, para ellos la mujer vale menos, por esta razón su consciencia ni se inmutó al reducir la pena por femicidio.
Francamente queda demostrado que nuestros gobernantes no han comprendido que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel nacional e internacional. Lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres y niñas, como lo señala el quinto objetivo de desarrollo sostenible, no está en sus planes. Su objetivo parece ser la instauración de un sistema de justicia que nos desprotege y además nos silencia.
Realmente me gustaría pensar que el problema se resolvería únicamente reescribiendo el nuevo código penal, lastimosamente esto va más allá. La mala aplicación de la ley es el verdadero problema en Honduras. Existe un gran número de casos que han quedado impunes y es frustrante observar cómo la ley se aplica a algunos y otros parecen estar blindados.
Nos quitan los derechos, nos quitan la protesta, la voz, nos quitan la vida. ¿Vamos a esperar a ver si sobrevivimos? Yo no, porque este nuevo código penal, yo no lo apruebo.
Alejandra María Martínez Banegas (22), Tegucigalpa, Honduras.
Instagram: @alemartinez_banegas
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