Para que la menstruación no sea más una condena

La menstruación, algo con lo que vivimos la mitad del planeta y sin embargo sigue siendo un tabú. Ceci nos habla de ella a través de un corto documental y un libro, ¡tomemos nota!

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Ilustración de Miriam S. de Arcos

Entre risas tímidas, dos jóvenes adolescentes indias del distrito de Harpur, se empujan una a otra para tomar coraje y responder aquello que la entrevistadora pregunta… ¿qué es el período? Así comienza el documental «Period. End of Sentence», dirigido en 2018 por la iraní Rayka Zehtabchi y disponible en Netflix y también en Youtube. Este documental de tan sólo 25 minutos nos introduce en una realidad que es la de muchas mujeres alrededor del planeta: el tabú que existe aún hoy en pleno siglo XXI, respecto de la menstruación y el vínculo que la sociedad tiene con algo tan natural como el sangrado femenino.

Una aldea rural donde las mujeres permanecen en silencio

A lo largo de las diferentes entrevistas, nos encontramos con muchas mujeres que no pueden poner claramente en palabras qué es aquello que les pasa una vez por mes en sus propios cuerpos. No resulta fácil hablarlo y mucho menos públicamente, delante de una cámara. Mientras los hombres se desarticulan y escapan a responder sobre estos temas, en las caras de muchas de las niñas y jóvenes que participan en el documental parece verse una mezcla de vergüenza pero también de interés, de querer saber, de poder tener la posibilidad de compartir con otras sentimientos y sensaciones sobre la menstruación.

¿Cuál es la razón del sangrado? Eso sólo Dios lo sabe. Lo que sale es una sangre mala.

Son sólo algunas de ellas las que se animan a contar cómo la menstruación se ha convertido en sus vidas en un problema: al no poder contar con medios para higienizarse diariamente, el abandono y la deserción escolar se vuelven parte de su realidad. Incomodidad, enfermedades, prejuicios, frustración. De este modo, más crece la desigualdad en el acceso a oportunidades en espacios en donde la educación es todavía un agente de cambio y de transformación, de ascenso social. Poder estudiar y eventualmente proyectar un futuro diferente al de la dura vida rural parece todavía hoy ser un lujo mayoritariamente masculino.

Un horizonte de cambio: tomar las riendas de la historia

Es así que las responsables del documental comienzan a seguir a algunas mujeres que se animan a pensar en cambiar esta realidad, pero no desde un lugar individual, transformando solamente sus vidas, sino tratando de construir redes y lazos allí donde el patriarcado más fuerza tiene: en la intimidad de la vida femenina. Mediante charlas, y escuchando lo que las mujeres de la aldea tienen para decir, sus sueños, sus miedos, se empieza a crear un vínculo colectivo femenino, el peor miedo y temor del sistema patriarcal: mujeres organizadas.

La máquina de toallas, creada por Arunachalam Muruganantham, hace su aparición en la aldea como una posibilidad de cambio, un atajo a esa utopía que ni siquiera se puede enunciar. El inventor de la máquina enseña a las mujeres de la localidad a producir sus propias toallas femeninas, y a hacerlo en una gran cantidad de manera tal que todas quienes estén interesadas puedan comprar por primera vez en su vida productos de este tipo a un muy bajo costo.

El desafío es grande: romper con los prejuicios y los miedos que hacen que muchas mujeres no se animen o directamente tengan miedo a acercarse a ese tipo de productos. La mirada de los hombres de la familia pesa y aquello que debería quedar reservado a la intimidad de cada mujer puede fácilmente convertirse en tema de censura o desprecio.

La menstruación es tabú en todo el mundo

También producido por la organización «The Pad Project», organización nacida en 2013 y cuyo objetivo fue poner en evidencia la realidad de miles de mujeres de países del Tercer Mundo respecto a la higiene femenina, «Period. End of Sentence» ganó el Óscar a Mejor Documental Corto en 2019, lo cual permitió visibilizar mucho más esta historia y hacer llegar la voz de estas mujeres organizadas a muchos rincones del mundo.

«Period. End of Sentence» nos obliga a pensar cómo en el mundo en el que vivimos la menstruación y la higiene femenina no pueden ser más motivo de desigualdad, de falta de acceso a oportunidades, de injusticia. Mientras podemos muy superficialmente decir que nada de lo que se ve en el documental puede ser fácilmente encontrado en las grandes ciudades del mundo donde el consumo de productos de higiene femenina está al alcance de la mano, la verdad es que este tema sigue siendo tabú aún en las sociedades usualmente entendidas como «avanzadas». Aún se siguen censurando publicaciones en las redes cuyo contenido esté relacionado a la sangre femenina por considerárselo dañino al mismo tiempo que la violencia es parte de la cotidianeidad de tales espacios: accidentes, tortura animal y bromas pesadas que implican violencia sobre los cuerpos de otres no sólo no son censurados sino que además cuentan con el mayor índice de vistas y visualizaciones.

Por otro lado, podemos notar cómo la menstruación es todavía un tabú en sociedades del Primer Mundo cuando observamos las trabas que en diferentes países se imponen al avance de leyes que busquen gratuidad al acceso a productos de higiene femenina, a la concesión de días de licencia o al reconocimiento de enfermedades como la endometriosis que alteran nuestra rutina y nos limitan emocional, física y psíquicamente.

Las respuestas de trolls y de muchxs que entienden el mundo sólo en términos de la lógica individualista a este tipo de búsquedas de parte de organizaciones y colectivos feministas nos da la pauta: «si los tampones son gratis entonces yo quiero que sea gratis la comida«, «si las mujeres pueden faltar al trabajo por estar indispuestas entonces que los hombres podamos faltar por día de partido«, «si habrá que darle licencias a las mujeres por dolor de ovarios entonces habrá que contratar menos mujeres» son sólo algunas de las frases que más se escuchan en las redes. ¿Hay mucha diferencia entre estas bestialidades y aquellas que cuenta el documental donde las mujeres señalan que las mujeres menstruantes no son permitidas de entrar al templo de la aldea mientras dure su menstruación? Diferentes formas de violencia, el mismo patriarcado.

Tal como nos lo cuenta Élise Thiebaut en su maravilloso libro «Mi Sangre», hoy en día las empresas de productos de higiene femenina se encuentran entre las que más facturan en el planeta. Pensar en la gratuidad de los mismos es casi una utopía como pensar que desaparezca la injusticia.

En definitiva, este hermoso y esperanzador documental nos pone de frente a algo que no es menor en sociedades actuales: es sólo a través de la organización colectiva y de la convicción profunda en que las cosas deben cambiar que podremos eventualmente acercarnos a formas de vida más justas e igualitarias. Pequeños pasos, grandes pasos, todo sirve para ir construyendo un mañana en el que las futuras generaciones de niñas y jóvenes no se vean impedidas de continuar su vida menstrúen o no menstrúen. Que esa menstruación deje, entonces, de ser una condena.

Aquí te dejo el link por si te interesa conocer más sobre The Pad Project.

Les comparto aquí el trailer del documental y el momento en que «Period. End of Sentence» gana el Óscar y el discurso de aceptación del premio de parte de su directora y productores.

«No lloro porque esté en mi periodo ni nada por el estilo. No puedo creer que un documental sobre la menstruación acaba de ganar un Oscar»

La directora, Rayka Zehtabchi, agradeciendo el premio

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