Reix nos regala un poema personal sobre el placer y dejarse llevar.
Antologías en el cuerpo huracanado
me vencen y derriban
simulando un tormentoso naufragio.
Navegando entre mis aguas
co creando nuestros sueños.
Déjame contarte que, esa noche, bajamos al infierno.
Bulerías, soleás,
fandangos y alegrías.
Pausas y temblores, jaleo,
bailes, palmadas y taconeos.
Acariciando una guitarra con las yemas de los dedos.
Miel en tarros de cristal
mojando mis labios,
dulce y pegajoso edulcorante otoñal.
Fuego ardiente, mar rojizo.
Al compás, los movimientos
alzando las llamas vivas con el viento.
Zambullida en el mar,
las olas nos envuelven.
¡No me dejes naufragar!
Sin tratar de nadar,
flotando al son de tambores
me voy dejando llevar y llevar.
Los Comentarios están cerrados.