Victoria nos invita a conocer el trabajo de Flama Placer, un interesante proyecto que crea juguetes sexuales de cerámica únicos y hechos con mucha creatividad.
Estamos en viaje y el destino no es una sola forma de placer: son nuevos permisos para que nuestre cuerpe sea el vehículo empujado por el combustible de la diversidad y un sinfín de fantasías. ¿Quiénes nos acompañan? Aliades como los dildos de cerámica que fabrican Marian y Clari de Flama Placer, para todes les cuerpes y disfrutes.
1. ¿Cómo nació Flama Placer?
Somos ceramistas. Todo lo que tiene que ver con objetos para placer sexual es novedoso para nosotras. Hace 10 años que somos socias y cuando empezamos a emprender nos hacíamos chistes con la idea de “pitos en cerámica”. En ese momento empezamos con vajilla, que era algo más convencional. Desde entonces hubo muchos cambios culturales que habilitaron lo que somos hoy. Hasta el año pasado dábamos clases presenciales de cerámica, pero con la pandemia tuvimos que suspender y necesitábamos sobrevivir. Habíamos perdido algo de lo placentero en innovar: estábamos muy emboladas poniendo “asas a tazas”. Y ahí pensamos: ¿por qué no hacemos dildos?
2. ¿Qué particularidades encuentran en la cerámica para los juguetes sexuales?
Hicimos un trabajo muy grande de investigación del material para que sea seguro en este tipo de uso.
Por definición es más sustentable, inclusive desde el modo de producción. Es puramente artesanal, lo hacemos nosotras y prácticamente no hay descarte, todo se puede reciclar. El packaging también es de materiales descartados (y sirve para guardarlo).
Y también hay algo del material que provoca una experiencia diferente a nivel sensorial. Es más duro y más frágil, pero hay un montón de objetos que manipulamos diariamente con los que tenemos que tener los mismos cuidados. Pero es super resistente: no es la misma forma de trabajar el material que para fabricar un plato o una taza.
También apuntamos a la menor porosidad posible para que se puedan usar con lubricante, hervir… ¡y son sumergibles! Además, los objetos de Flama son veganos.
3. ¿Qué querían cambiar del mercado con los juguetes de Flama?
No somos especialistas ni en sexología ni en juguetes, por lo cual vamos aprendiendo mucho sobre la experiencia de quienes lo usan. Pero sí tenemos en claro que suele haber un enfoque comunicacional desde lo binario que no queríamos.
No es “esto es para una persona que tiene vulva”. Para nosotras es “tenés agujeros, lo querés usar, ¡adelante!”. “¿No querés introducirlo en ningún lado? ¡Usalo para hacerte masajitos!”.
La idea es salirse de los usos establecidos.
4. ¿Qué le sugerirían a alguien que nunca usó juguetes sexuales?
Creemos en otro ritmo. Hay un montón de vibradores o de dildos que se venden como “en 2 minutos tenés un orgasmo”. El mercado suele apuntar siempre a orgasmos: muchos y rápidos.
Nosotras proponemos otra cosa: el encuentro de ese objeto con tu cuerpo y con el de otra persona. Dedicarse cierto tiempo y no con un objetivo predeterminado.
Podés empezar con el que quieras y si no sabés por dónde empezar, detrás de Flama estamos nosotras: te vamos a asesorar en lo que sepamos.
5. ¿A qué público nuevo les gustaría llegar?
Uno de los temas es trabajar para instalar el material sobre el que aún hay mucho prejuicio en relación con la idea de fragilidad.
También, un público que nos interesa incluir son personas de más de 60 años. No queremos que sea un “privilegio de la juventud” usar juguetes sexuales.
6. ¿Flama es una forma de activismo?
Y… en 10 años de hacer tazas nunca nos pasó algo como esto [la entrevista]. Hay algo en la manera de hacer y de comunicar que no es azaroso, que tiene que ver con nuestra forma de entender el mundo y de visibilizar otros deseos y otros cuerpos.
7. ¿Qué se viene de nuevo en Flama?
Estamos pensando en objetos tipo “masajeadores” o no necesariamente del tipo “penetrativo”, entendiendo el placer desde otro lugar.
Ya tenemos una serie de dilatadores, pero hay otro tipo que estamos empezando a diseñar que los usan personas que tuvieron cirugías (tipo vaginoplastía) porque tienen otras dimensiones.
8. ¿Qué nos falta aprender en términos de placer + diversidad?
Hay algo de las categorías que todavía nos falta: “si sos marica te vas a relacionar con maricas” y así. Las taxonomías nos sirven para identificarnos y visibilizarnos, pero llega un momento en que nos limitan. Y lo mismo sucede con los juguetes y los mandatos: “si te gusta algo chiquito, ¡que te guste!”.
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