Una Frida nos invita a repensar los roles femeninos en unos de los géneros de cine que más han crecido en los últimos tiempos.
¿Para sobrevivir a un asesino solo puedo ser la sumisa cuya vida depende del héroe o la final girl?
La mujer cuya moral perfecta y plena conciencia de que su lugar es tras un hombre y/o bajo su resguardo será aquella cuya vida será tranquila”, estoy segura que a más de una nos parece familiar ese mensaje, la sumisión y dependencia hacia una figura varonil impuesta por aquella “naturaleza de fragilidad femenina” con la que se nos condena desde una temprana edad; un discurso con siglos de antigüedad, pero que con el paso de los años se convirtió en algo un tanto más “sutil”, hasta llegar al punto en donde señor capitalismo y señor machismo nos dan el respectivo “permiso” de querer plantearnos un futuro de manera “independiente” a un hombre; sin olvidar, las letras pequeñitas de este trato “igualitario” en donde vienen, claro, los obstáculos colocados minuciosa y perversamente a lo largo de siglos atrás, cuyo objetivo es hacerte creer que si no tienes la fuerza, voluntad y velocidad suficiente para correr y pelear hasta resultar vencedora en cada uno de ellos, tal como hombre, entonces lo más idóneo será decidir “por tu cuenta” dejar la carrera, renunciando al final feliz y vencedor.
El arte ha fungido como medio de sentimientos y emociones desde tiempos remotos, y qué poco realista sería el plasmar únicamente felicidad y tristeza, cuando cada persona experimenta una gama de sentires y emociones sumamente amplia; el miedo entre ellas, y uno de los géneros del arte favoritos para ver y sentir aquello ha sido el cine.
A lo largo del tiempo el cine de terror ha buscado plasmar miedos y angustias humanas con el objetivo de generar terror en las y los espectadores sin ponerles en peligro; y pesar de constantemente no ser considerado como un género cinematográfico trascendentalmente social, es erróneo pensar que dentro de este no podemos encontrar más de un elemento proveniente de su contexto social, histórico e incluso político que dé pauta a un análisis. Por lo que la pregunta inicial a este texto es ¿qué papel ha jugado el género femenino dentro de esta tipología cinematográfica?
Entre la gama de subgéneros del cine de terror se encuentra el slasher, el cual surge en los 70´s, y la narrativa se basa en la aparición de un asesino enmascarado (generalmente hombre) que, tras acechar a un grupo de adolescentes en escenarios domésticos y reconocibles, les matará uno por uno con un arma blanca y de forma violenta, teniendo también la característica más importante para fines de este texto: la final girl.
Carol Clover, destaca la importancia del cine de terror para la crítica feminista en su libro “Men, Women, and Chainsaws: Gender in the Modern Horror Film”, establece el término final girl y lo utiliza para referirse a aquel personaje femenino dentro de las películas slasher que sobrevive y enfrenta al asesino.
En un inicio se consideró a la final girl como una reivindicación de lo femenino tradicional, pues en películas previas se podía ver a los personajes femeninos como frágiles y cuya salvación dependía de un hombre que resultaba ser el héroe de la narrativa al enfrentar al psicópata, pero ¿realmente fue una reivindicación de lo femenino?
Empecemos analizando algunas características propias del personaje; se trata de una mujer joven cuya vida sexual aún no da inicio, o con términos propios de nuestra sociedad machista…“una virgen”, la cual posee mayor capacidad intelectual que el resto de adolescentes, es la primera en ser consciente del peligro, moralmente pura y con algunas características en su vestir o actuar “poco femeninas”; representando todo ello “cualidades” brindadas para enfrentar al asesino, a las que también se les suma la “fuerza” y manejo de armas blancas a lo largo de la trama. Aunque al principio podría parecernos características que logran tener a una mujer no frágil e independiente de un héroe, el desglose de cada una de estas características nos dará muestra que no se trata de una representación feminista.
En primera instancia tenemos a la “virginidad” de nuestra protagonista, aspecto que influye en su supervivencia, pues el psicópata a lo largo de los asesinatos va tomando un papel de juez de la moral, asesinando a aquellas y aquellos adolescentes cuya moral se ve manchada por su vida sexual, consumo de drogas, alcohol, etc., pero la chica moralmente buena sobrevive. ¿no suena conocido?, tal como el papel que la iglesia, el sistema judicial y en general esta sociedad machista y patriarcal ha tomado frente a los modos de ser y actuar femeninos.
Aquella capacidad de detectar el peligro, poseer fuerza y manejar armas blancas lleva a dos preguntas ¿fuerte según quién?, ¿fuerte ante qué?; la final girl a lo largo de la trama, los asesinatos, la tortura y el terror ejercido a ella, la ingresan a espacios simbólicos de lo masculino, el uso de armas blancas con connotación fálica (cuchillos, motosierras, etc.) es solo el primer punto hacia un proceso de masculinización por el que pasará. Mientras que aquella fuerza que la ayuda a enfrentar al asesino, la coloca en un lugar desde donde deberá ser igual o más salvaje y agresiva que este, recordándonos este punto a la forma en que hombres y sociedad machista esperan actuemos ante una venganza o defensa, naturalizando en el personaje femenino formas de actuar y de responder propias de ellos en aquel imaginario sangriento, pero que incluso terminan siendo escazas ante su opresor, pues en la mayoría de películas slasher queda la incertidumbre del futuro de la final girl aún después da la derrota del asesino.
Las características poco femeninas por parte de la final girl también tiene que ver con el punto mencionado anteriormente, en donde la reflexión va en dirección a la feminidad, pues esta no tendría porque ser castigada.
Según algunas investigaciones, tanto espectadoras como espectadores logran identificarse y empatizar con la final girl, y ahora puede quedar un poco más claro el porqué ellos también sienten un vínculo con el personaje; mientras nosotras sobrevivimos y estamos en constante exposición a acosos, violencia y psicópatas, ellos saben que su actuar igualando aquella violencia del psicokiller es una respuesta natural y según lo que se les han enseñado es la más idónea de dar ante esas situaciones.
La realidad es que cada muestra de arte traerá consigo una lectura contextual y el cine slasher no es la excepción, el ser mujer con un actuar femenino no tendría por qué ser castigado, ni el actuar poco femenino un motivo para creer que somos objeto de descarga de represiones, violencia y maltratos varoniles; el salir victoriosas en situaciones no tendría por qué llevarnos a soportar un viaje de horror, ni a ser objeto de abusos por parte de asesinos y psicópatas. Confío también en que la deshumanización, actuar agresivo y despiadado no es la única opción que nos queda. En fin, cualquier parecido del slasher con la realidad…es mera coincidencia;)
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Yulibeth Fuentes, 19 años, México, Estudiante de arquitectura.
“ᴄᴏɴsᴛᴀɴᴛᴇ ᴄᴏɴᴛʀᴀᴅɪᴄᴄɪᴏ́ɴ, ᴘᴏsᴇɪ́ᴅᴀ ᴘᴏʀ ᴜɴᴀ ᴅᴜᴇɴᴅᴇ ɴᴀᴠɪᴅᴇɴ̃ᴀ ǫᴜᴇ ᴀᴘᴇsᴛᴀ ᴀ ᴠᴀɪɴɪʟʟᴀ, ᴄᴀɴᴛᴀ ʏ ʙᴀɪʟᴀ ʙᴏʟᴇʀᴏs ᴛᴏᴅᴏ ᴇʟ ᴅɪ́ᴀ”.
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