Una Frida nos comparte un poema muy personal sobre crecer, sobre aprender a sanar a través de los ciclos.
Necesito ser libre del amor, de mi amante, de la rutina.
Soy un desastre, no tengo hábitos.
Deseo aprender a despedirme.
Todos dicen que tengo un gran futuro.
Pero yo siento que me repito y para sanar me obligo a soltar.
¡La soledad es un lujo!
¿Dónde está mi primavera? ¿A dónde se fueron los días de verano?
La falta de movimiento, el teléfono verde sin sonar los domingos,
los besos que no tocan otros labios, los “te quiero” atascados en la conciencia.
La quietud también es un ciclo.
Saber que el final es un comienzo.
Mirar con lagrimas la esperanza un lunes.
Aceptarme imperfecta, resucitar en cada libro,
creer que estas palabras son mi propósito
es la transformación de los ciclos.
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Kristal M. Rivera González
Puerto Rico
30 años
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