» Lo fácil es cambiar, recatar mi comportamiento e imagen. Pero no. No voy a cambiar más por ustedes; ya es hora de que ustedes cambien por mí.»
Amo el cine y todo lo audiovisual. Por eso estudio la carrera, porque realmente es mi vida, porque no hay nada mejor que un set de rodaje, ese es mi lugar en el mundo. Me encanta el arte en sí, ya sea plasmado en la estética, la fotografía, la pintura, la literatura. Disfruto tanto de una exposición de fotografía como leyendo tranquilamente todas las noches mientras fumo un cigarro. Es lo que me define, el arte. La expresión natural de mi alma y de mi cuerpo, eso es para mí.
Y amo la música, claro está, no olvidé esa forma de arte. No soy tan melómana, pero mi corazón llora con un buen scratch, el rap es lo que pone mi piel de gallina. Conozco un poco de todos los estilos musicales, sé algo de bandas, disfruto un poco de todos los géneros, algunos obviamente más que otros.
Y me emociono con facilidad, con canciones, con películas. Y disfruto de la comida, siempre lo hice, y ya no me importa estar gorda, como con placer y gusto. También disfruté mucho hacer deporte y sé que pronto tendré fuerzas para arrancar de nuevo. Escucho y observo mucho a la gente, a la que me rodea y a la que encuentro por la calle, por la vida. Y de todos rescato algo, coincida con lo que escucho/veo o no. Mi cabeza siempre está abierta a nuevas posibilidades e ideas, raramente soy necia. Soy feminista, muy consciente de la situación de la mujer en la sociedad y de que necesitamos el feminismo para vivir. Me interesa la política y mis ideales son de izquierda. No temo hablar de nada ni de expresar mis ideas y pensamientos. Me gusta mucho conversar cuando el interlocutor sabe seguir este diálogo. Tengo algo de paz interior desde hace un tiempo porque descubrí la parte de mi ser más mística y zen, la forma de relajar la mente para seguir con el cuerpo.
Y aseguro que si no vieran mis tetas, tendría a hombres cultos y sensibles hablándome y quizás maravillándose conmigo, al conocer esto de mi persona. Pero tengo tetas, que siempre se ven por mis escotes. Y tengo culo, siempre bien marcado en mis jeans o en mis diminutas faldas (y cuando no son diminutas, son recatadas pero ajustadísimas). Y uso siempre un poco de tacón en mis zapatos, mi pelo siempre está bajo control (por mínimo que sea) y mis labios carnosos se hacen aún más notables con el labial rojo que siempre uso y vivo retocándome.
Puedo ser un caos de cigarrillos, marihuana, alcohol y rouge. Puedo bailar de manera sexy, parpadear seductoramente, insinuarme con mis palabras o sólo con mi forma de fumar. Puedo avanzar yo, besarlos yo, tocarlos yo. Puedo dominar sexualmente, como puedo adoptar la sumisión. Puedo balbucear cualquier divague profundo o cualquier estupidez estando ebria. Puedo reírme histéricamente o colgarme mirando a la nada estando fumada. Puedo contar un plan maestro para arreglar el mundo o hablar de la farándula en ambos estados.
Pero nunca, jamás van a saber lo primero que conté si siguen mirando los detalles de lo segundo. Si cuando hablo están pensando en cómo debo chuparla, en qué cubanas debo hacer o cómo debe ser la vista cogiéndome a lo doggy style. No soy solo eso, no quiero solo eso. Hay noches que lo quiero, lo busco, lo hago. Hay noches que no. Hay personas con las que quiero solo eso, hay personas con las que no. Y me JODE, me REVIENTA que el trato ‘distinto’ se lo lleve la ‘virgen’, la ‘delicada’, la ‘santa’.
Porque yo fui virgen, fui inocente, pero jamás tuve esa imagen. Nunca la tuve por todo lo físico, realzado o no, porque también me puse ropa ancha mucho tiempo por eso y no me maquillaba. Y sólo porque yo transmita una imagen o actúe de cierta manera en ciertos momentos, no me condiciona para siempre. No significa que no quiera alguna vez una pareja, que no me gusten los gestos cariñosos, lo que representa una familia y esas cosas. Solo significa que veo todo de otra manera, que vivo también de forma distinta, y mis actos son consecuentes a ello. Pero no modifican lo que siento ni lo que espero.
La letanía de mi madre siempre fue ‘como te ven te tratan’. Una Moria Casán, una Coca Sarli del conurbano y a los 21 años. Y qué importa lo que tenga por decir, lo que sienta, lo que quiera, si siempre van a regirse por eso, porque la forma de mi cuerpo es ésta y no otra.
Porque no saben que todavía conservo intacta mi inocencia en mil aspectos, porque no saben que me gustan los abrazos y que me den la mano, que puedo y me gusta hablar de mil cosas. Y que todo lo que haya podido hacer o decir no me condiciona.
Lo fácil es cambiar (no sé cómo más cambiar) y aunque sea recatar mi comportamiento e imagen. Pero no. Porque antes que reprimirme de nuevo, me pego un tiro.
Esto es lo que tengo que decir al mundo, y principalmente al patriarcado: JÓDANSE. No voy a cambiar más por ustedes, ya es hora de que ustedes cambien por mí y por las que son como yo.
Maleva (21), Argentina
7 Comentarios
Hola, soy Maleva, la chica que escribió esto. Aclarar lo primero, que soy una mujer, no sé por qué asumieron que era un hombre. Gracias a todxs por leer y por el espacio para expresarme <3
olé y olé, y no te reprimas jamás y haz lo que te plazca en cualquier momento, bueno descubrirte ydeshinibirte física y mentalmente , bonita!!
Todo re bien pero es un flaco el que escribió esto
Un flaco???
el indicado llegara tarde pero seguro, por los que solo se dejan llevar por tu apariencia y no se dan la oportunidad de conocerte, consentirte y mimarte, mandalos a freir monos!
No se si se puede creer en la historia del hombre indicado. Pero seguro existe por ahi un grupo de muchachos que tiene un par de neuronas mas que el resto que vea que no eres solo un par de tetas y una cola bonita. Quizas deberias frecuentar otros ambientes. Creo firmemente que siempre hay un roto para un descocido y no todos los hombres son igual de animalezcos e instintivos. Cuidate. Y se feliz con tu teta y tu culo que mucha otra ya deseara! Tu cuerpo es tu cuerpo y debes amarte como eres. Con tus defectos y virtudes. Pronto encontraras alguien que te aprecie de verdad. Saludos 🙂
Exacto, Magali. La historia del «hombre indicado» sólo nos perjudica. Un abrazo!