Mujeres y poder político

Una Frida se pregunta por qué menos del 15% de los miembros de parlamentos de todo el mundo son mujeres. ¡Es hora de alcanzar puestos de poder y transformar la realidad también desde arriba!

Hola, soy mexicana, y desde hace buen rato estoy siguiendo esta página, y sólo puedo decir: ¡bravo!

Por todos lados encontramos revistas impresas y electrónicas, de consejos para lucir bella, radiante, fogosa y sexy, dejando de ser realmente quien eres, siguiendo un patrón en donde sólo en la delgadez está la belleza, y siempre con la idea de que nuestra vida como mujeres tiene sentido si “le llenamos el ojo al macho”. Hace poco hasta me encontré con un artículo en alguna de esas efímeras revistas, sobre 25 pasos para tener unas cejas de ensueño, ¡caray! no entiendo cómo unas cejas pueden desencadenar numerosas instrucciones, por lo que celebro que existan espacios como Proyecto Kahlo, donde se genera debate y transmisión de ideas.

Hoy quiero poner sobre líneas el inquietante tema sobre la participación de las mujeres en la política. Para esto, echemos un vistazo cómo estamos paradas en el mundo…

Constituimos la mitad de la población mundial, nosotras constituimos el 70% de las 1.300 millones de personas con pobreza en el mundo, 130 millones de niñas y mujeres hemos sufrido mutilación genital, desempeñamos sólo el 1% de los cargos directivos y nuestros ingresos son entre el 30% y 70% menores que los de los hombres, y la mayor parte de nuestros ingresos va directa al seno familiar y según la Unión Interparlamentaria Mundial, de 41.845 parlamentarixs en el mundo, tan solo el 14.6% somos mujeres.
Estas cifras son aterradoras, nos dan una pequeña introducción de lo poco que se han comprometido los gobiernos de todo el mundo en darle al Estado una perspectiva de género.

Las mujeres hemos participado en todos los movimientos sociales a lo largo del mundo, y el apoyo recíproco al movimiento libertador de las mujeres, ha dado mucho a qué desear. Somos muchas las feministas que apoyamos los movimientos en nuestros países, pero pocos los compañeros que se suman a la lucha feminista. Por algo la famosa frase “que se libere la mujer, mientras no sea la mía”.

Se habla por todos lados de democracia, participación, de ciudadanía, olvidando que sin nosotras las mujeres, nada de eso es. Nosotras hemos participado desde siempre en la organización vecinal de nuestros barrios y colonias, en la militancia partidista, en los sindicatos y como voluntarias en cuanto programa social se ponga por enfrente, siendo esto invisibilizado, desvalorizado, y generalmente muy poco reconocido.

Somos llamadas a participar en albergues, comedores comunitarios y con amor apoyamos para aumentar la eficacia de este tipo de programas, pero quedamos lejos de democratizar las relaciones de poder, pues resultan pocas las mujeres que no sólo entran a este tipo de programas, sino que toman las dirigencias de sus organizaciones. Y resultan aún más pocos los compañeros que nos apoyan, pues regularmente se oponen a romper con el monopolio del poder, que hoy en día, está depositado en ellos.

Esto tiene que cambiar, necesitamos incidir efectivamente en las políticas públicas y poder transformar la terrible realidad en la que nos encontramos. Las mujeres necesitamos participar en la toma de decisiones, necesitamos nosotras posicionarnos como protagonistas sociales y políticas en todos los ámbitos de la sociedad, basta de quedarnos sólo en el trabajo hormiga para parar el cuello de los hombres que lideran nuestras organizaciones. Hagamos un compromiso de todas las mujeres conscientes, organicemos unidas a otras compañeras para tomar el poder de nuestros barrios, partidos políticos y organizaciones para entre todas, conquistar espacios estratégicos, incidir y romper al fin con la falta de voluntad para incluir la perspectiva de género en las políticas públicas.

Es hora, chicas, salgamos de nuestras actividades cotidianas, y busquemos en nuestros países la forma de participar y transformar nuestras realidades; y es hora, chicos, de que ustedes se queden en casa y dejen que las mujeres salgamos a conquistar espacios de poder. Es hora de que los hombres sean los secretarios y las mujeres las presidentas 😉

Anylú Hernández (22), San Nicolás de los Garza (México)
@anyluHernandez