En este mes de comienzo de ciclo, os dejamos unas recomendaciones para que tengáis vuestras lecturas bajo control.
Título: Un mundo feliz
Autora: Aldous Huxley
Editorial: Debolsillo
Precio: 0 € en tu biblioteca habitual
Hemos hablado ya en Proyecto Kahlo de muchos de los libros llamados distopías (sociedad utópica indeseable) donde a menudo nos encontramos con gobiernos totalitarios aparentemente abiertos pero que en realidad ejecutan un férreo control de sus ciudadanos. Imaginativas son, a su vez, esas tácticas de control que los grandes escritores del género (George Orwell o Ray Bradbury, que ya hemos reseñado en meses anteriores) han plasmado en sus obras y que, a la postre, han resultado tristemente muy cercanas a la realidad (consultar a Noam Chomsky y su Tesis de la manipulación mediática).
En el caso de Un mundo feliz, el control se consuma a través de la genética y la hipnopedia (aprendizaje a través del sueño). Es esta una sociedad muy avanzada tecnológicamente donde se ha erradicado el hambre y la pobreza y donde, teóricamente, nadie se siente desgraciado (la soma, droga proporcionada por el gobierno, es de gran ayuda), sin embargo, aun así, Bernard Marx se siente desdichado, inconformista, con dudas. Y esa duda le hará buscar respuestas.
Un mundo feliz da una visión irónica de la sociedad, de risas enlatadas y artificiales que hacen la vida más fácil, menos humana. Sorprende que el libro, escrito por Aldous Huxley en 1932 sea tan magníficamente profético en cuestiones tan en pañales en esa época como la genética o los depresivos.
Un buen libro para los amantes de la ciencia ficción y para todos aquellos con inquietudes.
Lo pasaréis bien. Abel
Título: Pyongyang
Autora: Guy Delisle
Editorial: Astiberri
Precio: 18€ (0 € en tu biblioteca habitual)
Hablar de Corea del Norte es hablar de un país donde el control es su forma de ser, donde cada minuto del día de sus habitantes está controlado por un gobierno totalitario que parece mentira que logre sobrevivir en pleno siglo XXI. Por eso, este ¿cómic? ¿novela gráfica? (nunca he tenido demasiado claro cuál es cuál o si simplemente es un eufemismo de cómic para aquellos que no quieran admitir que los leen) resulta extraño y único a la vez. Delisle nos narra los meses que vivió en Pyongyang trabajando para una productora de animación gracias a una colaboración. Algo todavía más raro.
De hecho, en un país como éste, donde cualquier tipo de intrusión extranjera o contacto con el exterior se castiga con la pena de muerte, donde escapar del control del estado aunque sea para llamar por teléfono a la familia, resulta inimaginable pero a la vez esperanzador. Pyonyang nos habla del día a día del autor en una ciudad absolutamente cerrada y de lo difícil que es, incluso, meter un libro. O donde todos los habitantes tienen todo su tiempo estructurado, de manera que cuando no trabajan, deben dedicarse, por ejemplo, a tareas tan absurdas como barrer las carreteras!!!!!!!
Si queréis otra buena razón para leerlo, Delisle ha afirmado que no podrá volver a Corea del Norte puesto que es seguro que se habrá convertido en persona non grata. Algo que lo hace todavía más jugoso. Laura
Título: Las vírgenes suicidas
Autora: Jeffrey Eugenides
Editorial: Anagrama
Precio: 8,90€ (0€ en tu biblioteca habitual)
Uno de los muchos temas de Las vírgenes suicidas es el control. El control que la madre de las hermanas Lisbon ejerce sobre ellas y que las empuja a un final que nadie desea, pero también el que la figura de las cinco hermanas sigue ejerciendo sobre aquellos adolescentes que vivían en el mismo barrio y que siguen buscando respuestas veinte años después. La fascinación se convierte en obsesión que sigue controlando sus vidas.
Esta primera novela de Eugenides, tiene un tono de melancolía y de nostalgia donde el catolicismo tiene un papel en el control que ejerce su madre sobre ellas. Pero las Lisbon son como un collage, cinco hermanas recordadas con amor por quienes las amaron años atrás pero de las que nunca sabemos realmente cómo eran, de igual manera que los recuerdos construyen más el pasado de una persona que la realidad. Es una historia triste pero que sabe dejar un buen sabor de boca. Laura.
P.D. La película, dirigida por Sofia Coppola y con Kirsten Dunst, Josh Harnett, Kathleen Turner y James Woods, también es digna de ver. Laura
Para finalizar os hago llegar una reflexión sobre los libros autoayuda, sin señalar un título en concreto, y que ejercen- o al menos lo intentan- un control sobre lo que creemos que no podemos controlar. Nuestra propia persona.
Los libros autoayuda suelen ser los más vendidos contando ficción y no ficción. Desde que empezó la crisis allá por 2008 no hago otra cosa que ver escaparates y estanterías repletas de volúmenes donde pretenden ayudarnos a salir de esta situación económica y existencial que parece que vino para quedarse para siempre. Personalmente no he leído ninguno en estos años tan críticos porque en ninguna de las dos ocasiones en que he leído un libro autoayuda me ha ayudado en nada sino en reiterarme en mi propia opinión. Que no está ni bien ni mal, como la opinión de casi todos.
El primero de ellos fue ¿Quién se ha comido mi queso?, una recomendación de una compañera de trabajo que quería cambiar de puesto y que encontró en este fardo de papeles el método para conseguirlo. Fueron pasándose el libro una compañera tras otra y cuando llegó a mis manos pensé que no tenía ningún sentido leerlo, si, para entonces, todas ellas ya tenían las herramientas para el ascenso. Pero los ratos en el tren eran numerosos y lo leí en un santiamén. Debo reconocer que fue un libro facilito de leer y no demasiado largo. De esto han pasado ya catorce largos años y todas ellas siguen en el mismo puesto.
El segundo fue Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus, todo un éxito de ventas. Creo que aún hay alguien por ahí que estará a punto de comprarlo. Debe ser que no escarmiento, pero fue una de mis compañeras quien me lo prestó y decidí leérmelo. Atravesaba una temporada baja con el que era mi novio y pensé que no pasaría nada por leerlo. Pues sí que pasó, sí. Cuando terminé el libro, lo devolví amablemente a quien me lo prestó y decidí que a partir de entonces no juzgaría cada gesto, palabra, hecho o intención de mi pareja, como aconsejaban en aquello que alguien tuvo la idea de imprimir. Quería ser libre y vivir sin preguntarme cada acto de nuestra relación. De aquella y de ninguna, y no juzgaría a las demás parejas que conociera porque cada uno debe vivir su vida en libertad.
Habréis concluido que, tras estas experiencias, no volveré a leer un libro de autoayuda. Tal vez os sorprenda si os digo que no lo tengo decidido, bien porque dice el dicho que no hay dos sin tres, o bien porque tenga en alta consideración a alguna amiga y ésta me recomiende alguno. No tendré voluntad y tras pensármelo mucho, claudicaré. Y me arrepentiré. MLuz
Como ya sabréis, el mes que viene estamos de celebración. Desde la sección Libros os invitamos a enviarnos vuestras reseñas sobre Persépolis. Os esperamos otro año con los brazos abiertos.
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