Una lectora nos habla de su identidad sexual, de cómo ha pasado de ignorarla y esconderla a enorgullecerse de ella y reconocerla como parte de sí misma.
Quisiera contarles por qué titulé así este escrito. Deconstrucción hace alusión a descomponer en partes o de forma analítica los elementos que constituyen una estructura, pero no con la intención de destruir, si no con el objetivo de comprobar cómo está hecho o con la intención de crear nuevas versiones. Pues eso es lo que quiero hacer hoy.
Ahora quiero expresar todo lo que se me vino a la mente cuando leí que en el mes de diciembre PK trataría el tema de la Identidad.
Identidad es una palabra de la cual tomé consciencia cuando tenía 14-15 años. Hoy con 22 años, con muchas más experiencias y conocimientos, aún me da vueltas y se ha vuelto una constante durante el último tiempo. Les contaré brevemente mi historia para que me entiendan.
Desde pequeña que he ido creciendo a partir de lo que otros hacían; a partir de lo que a los otros les hacía felices. De esa forma, fui negando una parte importante de mí, que ahora quiero reivindicar después de dos años y medio de ‘adormecerla’.
Soy bisexual. SIEMPRE me han gustado las mujeres, SIEMPRE… Pero también me gustan los hombres. Me gustan las personas poco convencionales, que salgan de la norma, que sean especiales, y así he ido conociendo a personas que han marcado un antes y un después en mi vida. Paralelo a ello he ido forjando mi personalidad y mis gustos, pero no fui consciente totalmente de mi sexualidad hasta los 18 años, cuando comencé a plantearme la idea de que “yo no era como las demás”, porque desde pequeña que yo tenía conductas y pensamientos amorosos hacia mis pares mujeres; porque me gustaba ver series lésbicas de anime y claro, amaba a mi mejor amiga, pero bueh… eso último es otra historia.
La cosa es que yo comencé a explorar mi sexualidad y entre fracasos, fracasos, alegrías y más fracasos, comprendí que era feliz. Que al fin podía ser feliz, ya que una parte de mí salía a la luz. Pero nuevamente, por diversas razones personales, volví a guardar esa parte de mí, para sumergirme en una depresión insostenible, porque sufrí en demasía al no encontrar a nadie que me quisiera como yo quería. Hasta que encontré a alguien que me mostro que la vida estaba más allá de lo que mis ojos veían, y con él (mi actual pareja) me sentí y me siento más feliz que nunca… Pero sabía que algo no estaba bien, y lo ignoré. Ignoré mi identidad sexual. Preferí ajustarme a la norma; preferí que mis padres creyeran que “se me había pasado la tonterita por las niñas”; preferí ser como el resto y olvidar todo aquello hasta ahora.
Hoy ya no quiero volver a esconderme más, nunca más. Esta soy yo: loca, desordenada, enamorada de los colores del atardecer, enamorada de las mujeres bellas de mi bello país, Chile; mujer come libros, que ama hacer artesanías con papel de periódicos, que quiere ser una profesora excelente, que ama a su pareja, pero que también se ama a ella misma ahora por querer ser feliz.
Es difícil en mi país decir “soy bisexual”. Es difícil pensar distinto al resto y criticar el sistema patriarcal y machista imperante, porque eres extraña, eres loca, eres enferma. Sí. Es así. Las tasas de femicidio este año han aumentado de manera exorbitante y la violencia hacia personas homosexuales y transexuales también es pan de cada día. Yo estoy cansada de ver cómo matan gente, de cómo la violencia se normaliza, de cómo el hombre ha tenido que cumplir con ciertos estándares para no ser considerado un “maricón”.
BASTA. Basta de meterse en nuestra vida; de criticar cómo somos y creer que somos enfermos. Mi cuerpo, mis pensamientos, mis ideas, mi libertad de vivir en paz: mi identidad.
Y por último, quiero decir que me enorgullece ser quién soy. Me enorgullezco de haber crecido y comprendido quién soy y qué es lo que quiero. Sé que debo seguir deconstruyéndome, porque la sociedad me impuso varias normas que mermaron lo que soy, y yo ya no quiero seguirlas más.
Soy fuerte, soy mujer.
Luna, 22 años. Valparaíso, Chile.
11 Comentarios
Me encanto tu historia! =)
Estoy completamente identificada, tb me considero bisexual, y vivir con ello ha sido una lucha complicada, debido al tabú que alberga a las diversidades sexuales…
Gracias por compartir, abrazo violeta
Hola luna, increíble lo parecida que son nuestras historias, me gustaría comunicarme contigo si es posible creo que apoyarnos como bisexuales en este país en que aún somos «indecisas» por parte de heteros y homos es trascendental para poder ser respetadas, espero tu respuesta
Elena, pero por supuesto. Te dejo mi mail y estaré encantada de hablar contigo. [email protected]
Un abrazo 🙂
Miles de aplausos para ti, por dejar de esconder una parta muy importante de tu ser, por eso te felicito.
Muchas gracias.Un abrazo grande para ti 😀
Hola luna, es extraordinario lo escribiste. La verdad es que tengo 18 y se exactamente como soy, que quiero, que no quiero y que me gusta y que no. En mi pais ser bisexual es sinónimo de estar confundido, pero yo mas que nadie se que no lo estoy. Y me amo de esa manera.
Me encantaría tener un contacto contigo. Realmente creo que tenemos mucho que compartir y platicar. Gracias.
¡Hola! Muchas gracias por tus palabras. Significa muchísimo para mí, primero, que les haya gustado lo que escribí y segundo, que se hayan sentido identificadas con mi relato. No tengo ningún problema en platicar contigo. Te dejo mi mail: [email protected]
Abraazos!
que identificada me sentí con el post, cuático. Fue como leer parte de mi (agregando que vivo en chile), quizá por lo mismo sentí la necesidad de comentarlo.
A veces tiendo a pensar, que tratar de asumirme como bi homo o hetero, no es necesario, que en verdad esa parte de mi sexualidad va más allá de las etiquetas, que si un día me gusta o atrae una niña y al otro un niño, no tengo porqué ponerle un nombre.
Gracias 🙂
Gracias. Me alegro que mi escrito haya tenido tan buena acogida en el ciberespacio y sobretodo, en una compatriota. Saludos y estamos acá para servirte 🙂
Muy valiente, Luna.
🙂
Muchas gracias 😀