¿Qué es lo que te hace ser quien eres? ¿Tus genes? ¿Tu entorno? ¿Tus experiencias? ¿Tu forma de vivir la sexualidad?
Ilustración: Daniela
«Hoy diré “yo” 276 veces, sin saber exactamente a quién me refiero”. Esta frase es de Miriam Yung Min Stein, artista nacida en Corea que fue adoptada a los 9 meses por una familia alemana. Miriam, en su obra «Black tie», nos cuenta su vida marcada por la adopción. También plantea ese «altruismo» que empuja a las personas a adoptar y cómo la industria se aprovecha de ello. Un relato que me acompaña desde febrero de 2012, cuando tuve la suerte de verla en directo. Un relato que ha dejado huella, y que me ha generado más preguntas que respuestas.
¿Realmente es tan importante saber de dónde vienes? ¿Qué es lo que marca tu identidad: la genética, la cultura, tu género…? ¿Es el sentido de pertenencia fundamental para saber quién eres?
¿Qué es lo que realmente empuja a una familia a adoptar? ¿Y si sale mal? ¿Y si mi hijo o hija adoptada no me quiere?…
Si pienso en identidad de género según la definición sería el cómo te vives como ser con género y sexo (sea éste cis, hombre o mujer; transgénero, hombre o mujer o no binario; diádico o intersexual). Me cuesta poco entender que efectivamente no es lo mismo vivirse como mujer en Inglaterra que en Libia. O que no es igual vivirse como hombre en Ecuador que en Suecia. Y por supuesto ni hablar queda en lo diferente que tiene que ser la vivencia como persona transgénero y/o intersexual en un país como la India respecto a España, por ejemplo.
En esta vivencia sexuada hablo de derechos, de igualdad de oportunidades, de miradas en la calle, de miedos no compartidos… Pues el vivir tu género, ya simplemente por tenerlo, es lo que te da. Por eso, entiendo que esta vivencia está totalmente ligada a tu cultura. Tu cultura son las costumbres, ideas, tradiciones que existen en tu entorno y que están presentes desde que naces. Tu género se forja dentro de unos parámetros culturales. En China, donde vivo ahora, por ejemplo, una mujer que acaba de parir tiene que estar un mes encamada y es el padre y las abuelas las que cuidan del bebé en este primer mes. En España esto es impensable.
¿Y la genética? ¿Cuál es su papel? Tengo claro que hay un papel en esta obra de la identidad para la biología. Que simplemente la disposición del ADN puede darte unos genitales, otros o ambos, unos factores de vulnerabilidad a padecer unas enfermedades u otras o un tipo de sangre más universal y por tanto, más valiosa. A nivel conductual es más difícil saber cuál es el punto que limita lo biológico de lo cultural. Si me comporto así por herencia genética o por aprendizaje social. ¿O es la conjunción de ambas?
Tras estas reflexiones, vuelvo a Miriam Yung y a su frase: «Hoy diré “yo” 276 veces, sin saber exactamente a quién me refiero”¿Cómo va a saber quién es ella?
La única información que obtuvo de la agencia que tramitó su adopción y que la entregó a los nueve meses a una familia alemana fue: “fuiste encontrada en una caja en Corea del Sur en 1977, envuelta en periódicos”.
Miriam nació con unos genitales determinados. ¿Tuvo que ver su género asignado con su abandono? Corea del Sur es uno de los países, junto a China, en los que la desproporción respecto a hombres y mujeres es notoria. Tanto es así, que desde hace unos años existen leyes que prohíben saber los genitales de tu bebé antes de nacer por evitar abortos en el caso de esperar una persona con vagina. El hijo varón era un bien preciado, las hijas no. Miriam fue asignada niña, fue abandonada como tantas otras niñas en un país donde el individuo no cuenta, no se admite tener hijos o hijas fuera del matrimonio y donde la maternidad no se cuida.
«Te miras en el espejo y no te ves del modo en que te sientes. No encajas ni por dentro, ni por fuera.»
Una identidad que se forja dentro de una cultura en la que como ella dice, no encajas. ¿Cómo será sentirse extranjera en tu misma familia? ¿Y en tu país?, me pregunto. Miriam se preguntaba cómo sonarían las calles en Corea o qué canciones cantarían los niños y las niñas en el patio del colegio.
Después de muchos años, después de irse de su casa en Alemania, se atrevió a ir a Corea. Por primera vez su rostro en los reflejos era uno más, por un instante no era capaz de encontrarse en él. Sin embargo, sólo su cara pertenecía a ese lugar… Su lenguaje, sus costumbres y su historia estaban escritas en alemán. Después de cuatro semanas en Corea, Miriam seguía preguntándose quién era. En quién se había convertido. Y después de 276 veces de decir «yo» se fue sin saberlo. Y se bajó el telón.
Nunca me he tenido que plantear de dónde vengo. El sentimiento de pertenencia a mi familia, a mi gente, a las costumbres, ideas, tradiciones….me han venido dadas. Mi ser mujer, española, me ha dado una identidad. Con los años se ha ido forjando, desarrollando y evolucionando a lo que soy ahora. De esto me he dado cuenta al vivir fuera de mi país, cuando el choque cultural te hace plantearte todos estos aspectos, cuando el lenguaje es una barrera y no te hace libre y cuando es difícil ser quién eres. Y tu quién eres como mujer, tus costumbres, tus valores y tu historia en China no los entienden. Ahora, como Miriam, soy extranjera en un país que no me pertenece, del que no me siento parte. Pero la diferencia es que yo he elegido vivir aquí sabiendo que allí cuando vuelva, seré libre.
Núria Cano (29), Madrid
degustandosexualidades.wordpress.com
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9 Comentarios
Me ha gustado muchísimo el artículo, y me he sentido muy identificada.
Pero hay algo que no entiendo: «También plantea ese “altruismo” que empuja a las personas a adoptar y cómo la industria se aprovecha de ello.»
A qué te refieres? Tengo mucha curiosidad.
Nunca antes hasta ver esta performance me había planteado el tema del altruismo en las personas que adoptan. No quise profundizar más en este artículo porque se podía desviar el foco de atención. Lo que ella plantea es que hay familias que adoptan a niños o niñas por caridad, sólo por sentirse mejores personas. Su caso fue así y lo peor, es que ella, sin haber elegido ser adoptada, tenia que estar agradecida porque…»encima que la habían adoptado» ¿en verdad lo hicieron por ella? ¿O por sentirse mejor ellxs? ¿Qué pasa cuando el hijo o la hija adoptada no sale según lo esperado? ¿Se reacciona igual o hay cierto poso de «encima que…»? Sé que habrá casos cientos, historias para no dormir e historias de vidas maravillosas. A mí este historia me impactó mucho. Me dejó con muchas preguntas y con otra visión de la adopción. Ahora eso si, cada vez que oigo » adoptar un niño negrito» me pongo mala. No sé si era esta respuesta la que buscabas con curiosidad… 🙂
Nunca antes de ver esta performance me había preguntado qué es lo que realmente empuja a una familia, padre o madre, a adoptar. Conocer la historia de esta mujer me hizo pensar en la posibilidad de lo que puede haber detrás de esto: Lo hago por caridad? Me hace sentir mejor persona? Y como en su caso, cuando tu hijo o hija adoptada no cumple tus expectativas, ¿cómo lo afrontas? ¿Será de la misma forma que con hijxs biológicxs? ¿O habrá más reproches, más «encima que te adoptamos» o «así nos lo pagas»? Sé que dentro de las adopciones habrá historias maravillosas y otras como esta, para no dormir. Esta en concreto me impactó mucho por cambiarme el foco o la visión que yo tenía. Me hizo plantearme por lo menos la existencia de otras realidades. Y ahora eso si, no soporto el » vamos a adoptar a un negrito». Espero haber saciado tu curiosidad y si no, estoy disponible para más 🙂
lo que leí fue como: estar fumándome un cigarro mirando el cielo y preguntando que estará haciendo ella? o tal vez yo?
me encanto! lo sentí tan mio!
Qué preciosas palabras. Qué bonito pensar que eres capaz de evocar estas imágenes tan sólo con un texto….Gracias!
Buenísimo, no podría estar más de acuerdo. C:
Me alegro mucho que te haya gustado. Gracias!
Muy bueno, me gustó.
Gracias!