Mujeres en prisión

Una mirada a la situación de las mujeres que sufren penas de privación de libertad en países como España, EE.UU., Afganistán o El Salvador. La desigualdad también existe en la cárcel.


Ilustración: Basura Especial


A lo largo de la historia, las mujeres hemos sufrido muy a menudo la falta de libertad. No hemos podido decidir con quién casarnos (o si queríamos hacerlo), si tener o no hijxs, si trabajar fuera o dentro del hogar… En definitiva, tradicionalmente hemos disfrutado de poca libertad a la hora de decidir cómo vivir nuestras vidas.

Pero hay una limitación de la libertad que solemos olvidar: la que supone una pena de cárcel.

En general, son pocas las mujeres que ingresan en prisión en el mundo; al menos, si comparamos las cifras con las de los hombres. Suelen conformar el 7% de la población reclusa, aunque las cifras varían ligeramente dependiendo del país.
Dichas mujeres ingresan en prisión por delitos relacionados con las drogas o el robo, rara vez por crímenes violentos (en 2014 se registraban en España 285 mujeres condenadas por homicidios frente a 3.677 hombres, y en su mayoría existían situaciones previas de violencia de género o intrafamiliar).

Si la situación de estas mujeres presas es dramática en España, con un 88% de casos de malos tratos y un 25% de abusos sexuales durante su período de internamiento, hay países en el mundo en el que resulta dramático ser mujer y ser presa.

EE.UU. – Parir encadenada

 

Prisionera esposada durante el parto. Imagen: Jane Evelyn Atwood

Es bien conocida la fama de este país con respecto al abuso de las condenas de prisión como método correctivo. Esto es aún más evidente cuando hablamos de mujeres: en los últimos 30 años, el número de presas en este país ha subido un 646%.
Pero no se trata solo de que haya mujeres con condenas de varios años de prisión por delitos menores relacionados con el menudeo de drogas, por ejemplo. Es que estas mujeres, además, están expuestas a un entorno de violencia que proviene de sus compañeras de reclusión, sí, pero sobre todo de aquellxs que supuestamente trabajan para protegerlas y garantizarles una vida digna.

De las diversas situaciones de degradación y falta de respeto a los Derechos Humanos, la obligación de dar a luz amarrada es, probablemente, la más descabellada y cruel.
Imagina ponerte de parto y ser trasladada a un hospital ya con las manos y pies atados. Imagina llegar al hospital y sentir cómo, mientras tu cuerpo te pide cambiar de postura, pasear, ponerte de cuclillas o girarte a un lado, te amarran de manos y pies a la camilla, además de colocarte un cinturón que conecta cintura y tobillos con una cadena. Imagina no poder incorporarte para empujar ni abrir correctamente las piernas. Imagina que abrazas a tu bebé por primera vez con una sola mano, porque la otra está esposada a la camilla.

Aunque diversos movimientos sociales y pro-derechos de la mujer siguen denunciando esta práctica y varias sentencias la han declarado ilegal, sigue siendo una realidad en las prisiones norteamericanas.

Afganistán – Encarcelada por amar a la persona equivocada

 

«Quiero estar con el hombre al que amo, el hombre con el que tengo un hijo»
 

Cuando Shoheila tenía cinco años, su hermano mayor cometió la locura de fugarse con una mujer casada. Para compensar la deshonra cometida contra el marido de esa mujer, el padre decidió darle a Shoheila en matrimonio. Cuando Shoheila se hizo mayor, se escapó para evitar un matrimonio con un hombre que superaba en edad a su propio padre, y consiguió vivir tres años y medio con la persona a la que amaba realmente, Niaz Mohammad. Pero finalmente su padre la encontró y la envió a prisión, con una condena de 6 años de cárcel. Su pareja también corrió la misma suerte.
El padre de Shoheila sigue teniendo una deuda con el hombre al que la prometió en matrimonio, y no descansará hasta cumplirla; hasta el punto de que, si ella no se doblega a sus mandatos cuando salga de prisión, la matará.

Historias como esta continúan pasando en Afganistán, un país en el que las leyes tribales suelen tener más peso que las gubernamentales. Aunque legalmente una mujer de 16 años ya puede casarse con quien desee sin necesitar el consentimiento de su familia, la realidad es bien distinta. Esta ley, junto a la que prohíbe los matrimonios forzados, es prácticamente inexistente en el plano práctico.
En su lugar, los denominados «crímenes morales» pueblan las prisiones femeninas del país por razones como practicar sexo fuera del matrimonio, cometer adulterio, huir con la persona amada o escapar de un matrimonio forzado.

El Salvador – Las consecuencias de penalizar el aborto

 

Imagen: Amnistía Internacional
 

En El Salvador, tener un aborto espontáneo puede costarte 40 años de cárcel. Es lo que le pasó a María Teresa Rivera, encarcelada desde 2012 por homicidio agravado. Ni siquiera sabía que estaba embarazada cuando empezó a sangrar en el trabajo. Ahora sabe que su primer hijo tendrá 45 años cuando ella salga de prisión.

Si fuiste violada, si tu propia vida corre peligro o si no puedes permitirte traer a otra boca que alimentar a este mundo, eso no importa. El Estado te obliga a dar a luz, sea esa tu voluntad o no. Como consecuencia de esta prohibición total del aborto, las mujeres más pobres mueren por intentar abortar en situaciones poco salubres y sin profesionales que las traten. Mueren las que llevan un embarazo que pone en riesgo su propia vida. Se condena a una vida de desigualdad y pobreza a las que obedecen y siguen adelante con sus embarazos no deseados.

Para cumplir con semejante ley, el personal médico ha tenido que ser testigo de situaciones como la que relata este doctor:

«Tuvimos una niña de nueve años. Tuvo su parto a los diez. Había sido abusada desde la infancia. Se embarazó y… fue un caso bien difícil…. Ese caso quizás nos marcó mucho a nosotros porque ella no entendía lo que le estaba pasando… Nos pidió colores. Crayoles. Y ahí se nos partió el alma a todos porque nos empezó a dibujar a todos nosotros; dibujaba y lo pegaba. Y nosotros dijimos: `¡Si es una niña! Es una niña`. Y ella al final no entendía qué estaba esperando».

Si quieres apoyar la despenalización del aborto en El Salvador y luchar por la liberación de las mujeres que aún están encarceladas por este motivo, puedes informarte aquí.

Referencias:

http://www.theguardian.com/us-news/2015/feb/13/mothers-prison-illegal-shackled-while-giving-birth
http://www.washingtonpost.com/posteverything/wp/2014/11/06/we-should-stop-putting-women-in-jail-for-anything/
http://www.20minutos.es/noticia/2057658/0/mujeres/prision/espana/
Documental sobre el caso de Shoheila (subt. en inglés): To Kill a Sparrowhttps://www.youtube.com/watch?v=PwfC3WWYNIc
https://www.es.amnesty.org/paises/el-salvador/prohibicion-del-aborto/

3 Comentarios

  1. ¡Saludos querida Mines!

    Siento entrar al trapo pero, ¿Como es posible que se considere homicidio el aborto espontaneo? ¿Como se supone que puedes evitarlo? No lo entiendo, y me encantaría poder decir que es un bulo de internet -aunque teniendo como referencia a Aministia Internacional es imposible no creerte, además que no tengo motivos para dudar de ti claro esta. Pero es que es una locura, si es el cuerpo humano que tiene un fallo y ese posible ser humano se pierde, un ser muchas veces querido y esperado con ansias.

    Todo lo que explicas es desgarrador, pero es que ese dato me ha tocado la fibra. Espero que la lucha en el Salvador consiga sus muy merecidos frutos.

    ¡Un abrazo fuerte!

    • ¡Hola, Aletheiae!

      Es normal que te resistas a creerlo; a mí también me parece inverosímil. Pero la triste realidad es que en El Salvador hay mujeres encarceladas por «homicidio agravado» tras haber sufrido un aborto involuntario. No sé cuál es la lógica de todo esto (quizás, al no poder probar que no lo provocaste queriendo, presuponen que lo provocaste… vete tú a saber).
      Sigue siendo una locura que te encarcelen por ejercer tu derecho al aborto en otras circunstancias, pero esto… Se sale de toda lógica y de toda justicia.

      Te dejo un enlace a una noticia de la ONU (http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=31513#.VTc7sc3hntQ) y a un estracto de noticia de un caso muy sonado que se dio en 2013 (http://www.publico.es/internacional/onu-insta-salvador-cambiar-ley.html).

      Un abrazo!

    • Muchísimas gracias por las noticias Mines, esta clase de cosas que tan lejos nos quedan es muy bueno visualizarlas.

      Mi reacción ha sido contundente pero es que, aunque nunca he sido madre, he vivido casos cercanos de abortos espontáneos o de posibles malformaciones -en algunos casos quedo en nada, menos mal- pero si, cuando estas deseando ser madre y adorando esa criatura que se esta formando, lo peor que te puede pasar es perderlo y si encima te condenan, buff… es inhumano, no puedo definirlo de otra forma.

      Por supuesto que toda condena contra el aborto es siempre aberrante, y más en un país con unos datos sobre las violaciones tan horrendamente altos… ains, «El hombre es el lobo del hombre»

      Pero bueno, creo mucho en las iniciativas como la de las17, por lo que he visto estan haciendo un gran trabajo para que este problema se entienda en su entorno, y a la vez se encuentran reclamando los merecidos indultos. Con todas mis buenas energias, espero que de verdad lo consigan, ya con un indulto han dado un paso de gigante 🙂

      ¡Un abrazo!

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