El filósofo griego Epicteto de Frigia sentenció «solo el hombre culto es libre». Pues ante este punto de vista, ¿qué podemos leer para llegar a ser libres?
Si tenemos en cuenta una primera definición de cultura: «conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico, o conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo», es indudable que podemos encontrar infinidad de libros que nos empaparán del suficiente juicio como para convertirnos, al menos, en unos «culturetas» sobre cualquier tema que nos podamos imaginar.
En este sentido, encontramos diversidad sobre: nuestro deporte favorito, un determinado género musical, arte, filosofía, religión, política, o porqué no, sexo; y si a este último tema nos referimos, creo que no me equivocaré si digo que todos somos un poquito más ‘cultos’, o sabemos que podemos serlo gracias a… ¿Cincuenta sombras de Grey? ¡Noooo! ¡El Kama -Sutra!, antiguo texto hindú que trata sobre sexualidad y erotismo, y busca mejorar las relaciones sexuales mediante posturas. Considerado como el trabajo básico sobre el amor en la literatura sánscrita (también llamada literatura hindú, y caracterizada por hablar de temas relacionados como la religión, el culto y la sabiduría), el Kama-Sutra fue escrito por Vatsiaiana, a quien se le sitúa entre los años 240 y el 550, y tiene diversas versiones y ediciones con ilustraciones, e incluso con videos sexuales educativos, que te descubre un mundo lleno de posibilidades para disfrutar con tu pareja.
Pero continuemos con el tema que nos ocupa.
La Real Academia Española también define como cultura «el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc».
Los modos de vida y las costumbres en una determinada época son temas recurrentes, ¡hay tantos libros que nos trasportan a remotas civilizaciones que nos son a priori ajenas! Por ejemplo, hablemos de Japón, un país que podemos descubrir a través de la novela Shogun, de James Clavell, que narra las aventuras de un navegante inglés, al servicio de Holanda, que es capturado por los japoneses a principios del siglo XVII. Sus páginas reflejan el choque entre culturas, con un protagonista que parte de una profunda desconfianza hacia lo japonés y que poco a poco pasa a tener un máximo respeto a sus tradiciones, incluidas algunas como el seppuku (hara-kiri).
Pero, ¿ y qué ocurre cuando se rompen esos modos de vida, cuando algo o alguien hace tambalear las costumbres? En (muchas) ocasiones, mujeres valientes, tenaces y revolucionarias, como las retratadas por el escritor James Lord en Cinco mujeres excepcionales, dan una bofetada al papel que en su época se les había asignado. Esta clase de ruptura acaba convirtiéndose en una tendencia, en un movimiento conocido como «contracultura», y de ahí surge, irónicamente, la cultura de la contracultura.
En lo que a literatura se refiere, mencionaré dos ejemplos en los que la contracultura está muy presente. Por un lado, la Biografía de Janis Joplin, de Alice Echols, conocidísima cantante de rock, icono de la contracultura de los años 60, que falleció a los 27 años por sobredosis, si bien a su trágica muerte no dejan de rodearla confusas circunstancias. Figura sobre la que también podemos encontrar documentales como son: Janis, The Way She Was y varias películas, como La Rosa, Janis y Jhon o Buried Alive In The Black.
Por otro lado, El Grupo, de Mary McCarthy, novela que narra las historias de ocho estudiantes de los años 30 que, tras licenciarse, inician su vida adulta. Aunque algunas de las cuestiones que inquietan a las protagonistas (por ejemplo, el divorcio) pueden resultar un poco desfasadas actualmente, en líneas generales, sus preocupaciones siguen siendo sorprendentemente paralelas a las de hoy en día. Temas como el maltrato físico y psicológico, el adulterio, la misoginia, la locura mental y el psicoanálisis, la homosexualidad, la virginidad femenina, el inicio la liberación sexual con el uso de métodos anticonceptivos, etc., son tratados por estas ocho mujeres que representan a aquellas primeras generaciones que tuvieron formación universitaria y para las que el matrimonio no era el único objetivo en la vida.
Historias ficticias en este caso (aunque se vinculan algunos pasajes a la vida real de la autora) pero que al igual que los protagonistas de muchos otros textos contraculturales, ya sean reales o no, mueven conciencias, rompen esquemas, arrancan ideas y, en definitiva, nos convierten en un poquito menos esclavos de nuestros propio convencionalismos.
Los Comentarios están cerrados.