Sin plástico, gracias

Reciclar y llevar nuestra propia bolsa al mercado es maravilloso y necesario. El problema es que es como pegarle una tirita de Disney a una persona en estado crítico y pensar que la hemos salvado.


Ilustración: Mitucami Mituca


¿Qué es el plástico y por qué es un inmenso problema global?

¿Qué pasaría si te condenaran a vivir para siempre con todos los envases de plástico que has consumido? ¿Sería una crueldad? Pues esa condena existe: se lo hacemos cada día a nuestro planeta. El plástico, para no liarnos, es un material creado a partir de derivados del petróleo que puede moldearse y conservarse permanentemente. Eso implica que nunca será absorbido mágicamente por el planeta y que la mayoría de los plásticos que consumimos seguirán con nosotros para siempre de una forma u otra a no ser que sean incinerados, claro; lo que no es precisamente la panacea.

 

Thomas Canet
 

Ya habrás comprobado observando la cantidad de envases que tú, yo y millones de habitantes del planeta usamos cada día, que las cantidades no paran ni pararán de crecer. A día de hoy todos los ecosistemas de la Tierra están contaminados por él. En el mar, que se ha convertido en un vertedero global, se ha comprobado cómo más de 600 especies marinas tienen plástico en su estómagos; y se afirma que para el 2050 casi todas las aves marinas también lo tendrán. Por si fuera poco intoxicar a todos los seres que habitan en el mar, seguimos tierra adentro. Producir plástico supone por sí mismo un gran coste medioambiental  (procede del petróleo, que además de ser un recurso finito, supone más contaminación) y a eso añadimos la exportación ilegal (no es raro que se exporte a países pobres donde no se puede tratar en buenas condiciones). Sencillamente nuestro planeta no es capaz de digerir un material que tarda, según el tipo de plástico, entre cien y mil años en descomponerse; y que nosotres, pese a todo, utilizamos cada día, incluso a veces durante 10 minutos ¿Soy la única a la que le parece algo extremadamente alarmante?

¿Por qué el reciclaje de plástico no puede salvarnos?

Seguramente pienses que sería absurdo comprar algo que durase toda la vida para tirarlo en cuanto llegaras a casa, pero lo hacemos cada día con todos los envases de plástico que consumimos. El plástico está tan presente en nuestras vidas que ni siquiera hemos tenido tiempo ni espacio para reflexionar qué diantres estamos haciendo utilizando un material que no se degradará en siglos para transportar unas cuantas fresas durante media hora y luego tirarlo a la basura o aún peor… Transportar mandarinas a las que se les ha arrancado su propio empaque natural, la cáscara. Por favor, pongámonos de pie para aplaudir esta brillante idea.

 

Nathalie Gordon (Twitter)
 

¿Y qué hay del reciclaje? Pero si yo tiro mis envases al contenedor amarillo, eso tiene que solucionar algo. El reciclaje ayuda pero no soluciona porque no es el mundo rosa que nos han contado. El reciclaje no ha servido ni servirá para solucionar la catástrofe, al menos no por sí sólo. El plástico es muy difícil y costoso de reciclar debido a su composición y, muchas veces, si todo se hace correctamente y se consigue reciclar, puede acabar convertido en otro tipo de producto en ocasiones difícil de reciclar como un tejido; algo que no ocurre con el vidrio, que puede reciclarse eternamente en el mismo producto y por lo tanto ayuda a crear un ciclo cerrado y sostenible para el planeta.

Sí, el reciclado no es lo que nos han contado; y es que nos han educado para pensar que lanzando nuestros plásticos al contenedor correspondiente y dejando de pedir bolsa en el súper estamos salvando el medio ambiente. De alguna forma le estamos ayudando porque cada vez más países lo hacen y eso supone un avance inmenso. Incluso por fin algunas ciudades han prohibido las dichosas bolsas, como San Francisco (que además ha prohibido el agua embotellada, ¡cordura!); pero salvar, salvar… Si no paramos de consumir nuevos plásticos no estamos salvando nada.

¿Qué más podemos hacer? Reinas del Zero Waste, eso que ya practicaba tu abuela.

Ante una problemática como esta, ya te podrás imaginar que lo mejor que puedes hacer es reducir tu consumo de plástico y utilizarlo para aquello para lo que realmente debería utilizarse: mejorar tu calidad de vida. Y no hay calidad de vida si mandamos el planeta al garete. Por ejemplo, no necesitamos plástico para transportar la mayoría de la comida que compramos, ni el agua, ni la mayoría de los productos de higiene. Hay personas que utilizan cuatro productos diferentes para la cara, otros cuatro para el pelo y otros cuatro para el cuerpo; sin embargo, todo podría ser más sencillo y barato. Para crear un jabón sólo se se necesitan 3 ingredientes. A no ser que tengas problemáticas muy específicas, puedes utilizar una barra de jabón para limpiar y un aceite natural para hidratar. Te lo digo porque los utilizo a diario y además de librarme de tóxicos, ahorro bastante dinero y envases. Además tampoco compro jabón de manos en botellitas plásticas cada mes (dura menos porque tiene muchísima agua) ni geles ni champús (más de lo mismo).

Pero yo no soy ni mucho menos una experta por hacer tres tonterías que no me cuestan nada. Para expertas están nuestras abuelas y, como embajadoras modernas, tenemos a las dos mujeres que han popularizado el Zero Waste (residuo cero) y que te presento ahora mismo.

 

AFP Getty Images
 

Bea Johnson, pionera del movimiento. Empezó a reducir los envases en 2008 hasta el punto de que toda la basura generada por su familia cabe cada año en un tarro de cristal. Sí, verdad verdadera. Hacer tu propia pasta de dientes, tus productos de limpieza, tu propio eyeliner con almendras, llevar tarros de cristal a la compra, comprar sólo ropa de segunda mano. Bea es un ejemplo de cómo unir tus valores con el sentido común y la creatividad para ayudar al planeta. Este es su blog, Zero Waste Home, donde puedes seguirla.

 

Instagram @trashisfortossers
 

Lauren Singer cursaba estudios medioambientales cuando un día observó como una de sus compañeras no paraba de utilizar cada día bricks, cajas, platos y tenedores de usar y tirar. Primero se enfadó y luego descubrió que ella también lo hacía; así que si quería cambiar algo en el mundo, debía empezar siendo un ejemplo. Siguió los pasos de Bea y a día de hoy es la figura Zero Waste más reconocida. Hacer tu propia cosmética, utilizar la copa menstrual, beber agua del grifo, llevarla en cantimploras, bolsas de tela siempre disponibles, utensilios de madera en la cocina… Las posibilidades son ilimitadas. Aquí encontrarás su blog Trash is for Tossers.

Existen muchas más mujeres que lo practican y por ahora muy pocos hombres, al menos visibles; pero si incluimos a todas jamás terminaríamos este artículo. Desde aquí te invito a que sigas leyendo e informándote sobre un estilo de vida más sostenible y muchísimo menos plastificado. En internet vas a encontrar varios buenos documentales, del que quizás el más famoso para empezar a explorar sea Océanos de plástico.

Un abrazo muy sostenible.

 

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