Una lectora nos da su visión de la regla y nos recuerda la importancia que tiene para nosotras este momento del mes.
A todas las chicas, nos guste o no, nos llega el momento. A algunas nos llega demasiado pronto, a otras tal vez un poco más tarde, pero a todas nos llega. Todas pasamos por esa primera vez de ver algo nuevo en nuestros cuerpos, “en nuestras braguitas” y, algunas nos asustamos, otras nos resignamos a pasar lo que nuestras madres o nuestras amigas ya nos contaron que vendría. Nos sentimos orgullosas de ser ya mujeres porque así nos lo han dicho, pero a la vez nos sentimos mal. Sentimos dolor en nuestros pechos y ovarios, percibimos la hinchazón de nuestras barrigas, nuestro rostro estropeado por la aparición de los granitos, el deseo de dulce y la pena incontrolable. Nuestros días se tiñen de gris pero… ¿¿y si le damos la vuelta a la tortilla?? ¿Por qué no nos paramos a escuchar nuestro cuerpo? Seamos conscientes del poder que encierra, del poder de la mujer y del poder de la regla. Todas tenemos ese periodo reglado, como la luna, que mes tras mes cumple su ciclo. Un ciclo que nos hace conocernos si escuchamos atentas, un ciclo que nos hace radiantes ante los ojos de los demás, un ciclo, que de no cumplirse, nos avisa de desajustes que debemos de atender. Nos sirve también de limpieza. Qué suerte la nuestra, la de las mujeres, que biológicamente y de forma natural, sin esfuerzo, nos deshacemos de todo aquello que no necesitamos.
El periodo es también como un lazo invisible que nos une entre nosotras. Las hormonas (sustancias químicas emitidas por el cuerpo), durante la menstruación son mucho más fuertes, de ahí ese olor más penetrante de lo habitual que emitimos y que en muchas ocasionas nos desagrada, pero que sin embargo, atrae más que rechaza. Esas hormonas hacen que nos regulemos entre nosotras. El olor imperceptible de esas sustancias hace que dentro de un grupo de amigas (de mujeres) tenga lugar la menstruación al mismo tiempo. Y ¿no veis sabia a la naturaleza al hacer coincidir estos momentos en que nos sentimos más sensibles para que así nos apoyemos unas en otras? Pensadlo y como decía, ¡vamos a darle la vuelta a la tortilla! Y cuando nos llegue el periodo, sintámonos fuertes, limpias, guapas y poderosas, porque así somos.
Lucía (27), Málaga
2 Comentarios
Me alegra leer escritos como este, en que se le da vuelta a la «tortilla» (como dices tu :P) y se mira nuestro periodo desde otra perspectiva. Debemos aprender a querer más lo que es natural de nuestro cuerpo, lo que nos ayuda a conocernos a nosotras mismas y nos hace tan especiales. Es una pena que estemos rodeadas de publicidad que nos enseña a avergonzarnos de nuestros cuerpos, como lucen y lo que pasan en ellos, pero es nuestra tarea buscar otras perspectivas que nos ayuden a querernos un poquito más.
Muchas gracias Lucía!
Recuerdo que la primera vez que me vino me asusté mucho, no me lo esperaba tan pronto…me puse a llorar como una magdalena 🙂
Poco a poco lo fui viendo como algo normal y me fue gustando, era (y es) algo especial que no pasaba todos los días ni a todas las personas. Coincidieron mis primeras reglas con la menopausia de mi madre, hecho que sin duda me hizo ver este fenómeno como algo muy positivo para mi cuerpo y mente.
Desgraciadamente fui conociendo el mundo real… Mis amigas se quejaban cuando las venia, no hablaban del tema… me miraban fatal cuando decía que a mi me gustaba o de la posibilidad de tener relaciones durante el período, exactamente igual o mejor 🙂
Tambien me he visto obligada a cambiar de marca de compresas porque Evax y ahora Ausonia han decidido poner «colonia» en las compresas…como si nuestras vulvas no estuvieran ya expuestas a demasiados químicos y encima me parece una forma demasiado directa de decirnos que «naturalmente» olemos mal… ¿que será lo próximo?
Me alegra ver que aún existen personas que valoran este fenómeno y que no lo rechaza como la mayoría, como nos han educado…